sábado, 8 de octubre de 2011

Quebracho Herrado - parte 3

Eran las 4 pm., el combate hasta entonces había sido más bien favorable a Lavalle, pero sus escuadrones ya no evolucionaban con el mismo desembarazo. Los jinetes tenían que rezagarse a su pesar: los caballos estaban postrados. Pacheco observaba como el ímpetu de la caballería unitaria, disminuía a medida que se sucedían las cargas. Decide entonces, lanzar sus regimientos de reserva, que no habían sido todavía comprometidos. Estos frescos y descansados, en el acto arrollan y acuchillan los agotados y desmoralizados jinetes unitarios.

El desbande se produjo instantáneamente. Lavalle, que en lugar de ocupar un punto dominante del campo de batalla como general en jefe para remediar cualquier contratiempo, había preferido convertirse en un oficial cualquiera, cargando al enemigo a la cabeza de sus escuadrones, no se dio cuenta del desastre. No habiendo quien mandara en la línea unitaria, cada jefe decidía como salvar su unidad.

El coronel Niceto Vega, viendo el desastre en que caía sobre el ejército unitario, y comprendiendo que el propio general Lavalle estaba en peligro de caer prisionero o ser muerto, se dirigió hacia el lugar en que éste se encontraba, rodeado por un puñado de oficiales y soldados, y le dijo:

“ – Mi general, por la Patria, a nombre del Ejército Libertador, le suplico que galope, que se salve, porque los enemigos se corren ya por nuestros flancos.
A lo que respondió Lavalle, señalando al enemigo: “- Arroje usted esa canalla.”


Al retirarse Lavalle, y dándose cuenta de que la batalla estaba pérdida, todavía ordenó que se resistiera “a pie firme” el choque de los federales. El resultado fue que, cuando el coronel Vega le convenció del desastre y lo hizo huir a todo galope, mientras él defendía su retaguardia, fue tarde para ordenar al coronel Díaz que salvara la infantería. Los inmensos bagajes del ejército también habían sido abandonados desde el primer instante, sin embargo el ayudante Lacasa, que iba bien montado, logra alcanzar a Díaz. Este se retiraba con su batallón formado en cuadro. Dice Espora: “Los soldados alineados, silenciosos y altivos en medio de su derrota, marchaban sin dejar abrir un claro en las filas. Por su correcta formación parecían hacer ejercicios en un campo de maniobras, más bien que tentar el último esfuerzo de salvación sobre un campo de batalla”. Lacasa trasmite a Díaz la orden de Lavalle, “que se salvase a todo trance”. El valiente oficial no sólo no podía ni debía abandonar su cuerpo, sino que veía el campo de batalla convertido en una confusión indescriptible, y la persecución desplegándose por todas partes. Su contestación fue heroica: “Diga Vd. al general que donde mueren mis soldados morirá su coronel”.

El batallón de infantería era la única unidad que quedaba en pie y organizada del destrozado ejército unitario. La confusión era inmensa, se mezclaban gritos de los soldados, con los relinchos de los caballos, los tiros y cañonazos. Olvidando la indisciplina que había caracterizado al ejército Libertador, los infantes unitarios formados en cuadro y en un orden perfecto con sus banderas al centro, sumaban la desventaja de retirarse por terrenos desiertos, llanos y sin agua.

El coronel Díaz sin apoyo de caballería, ni accidentes en el terreno que lo ayudaran a tomar posiciones defensivas, se dio cuenta que no podía resistir por mas tiempo. El general Pacheco personalmente le ofreció la rendición garantizando la vida de sus hombres, y la misma fue aceptada por el valiente coronel unitario.

El desastre del ejército unitario fue absoluto: de los 4.200 hombres que componían su ejército, Lavalle perdió en esa jornada 1.500, con varios jefes y oficiales, incluso toda la artillería y la infantería; un repuesto inmenso de municiones, armamento de toda clase, 3.000 caballos, vestuario, parque, banderas, imprenta, equipaje, carretas, correspondencia y cuantos elementos de guerra poseía. Los federales, según el parte oficial, tuvieron 36 muertos y 50 heridos, cifra dudosa de acuerdo a las tres horas de batalla y lo intenso de los combates.

http://www.legionunitaria.granaderos.com.ar

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