lunes, 29 de agosto de 2011

Los discretos pasajeros del Eden Hotel - parte 2


Turismo y algo más

El salón de fiestas del Eden —inaugurado en los años 30— exhibe hoy algunas páginas del antiguo álbum de pasajeros. Allí pueden encontrarse apellidos notables de la oligarquía, desde Martínez de Hoz a Anchorena. Los guías que conducen las visitas no se cansan de repetir que ex presidentes de la Argentina estuvieron entre los huéspedes —de hecho el recorrido incluye el paso por una suite presidencial— y hasta es posible escuchar el recitado de un poema que Rubén Darío escribió allí, en enero de 1901, cuando llegó como corresponsal del diario La Nación.

Pero los rastros de otros huéspedes son más difíciles de seguir. Dada la filiación nazi de los hermanos Eichhorn, a lo largo del tiempo se acuñaron numerosos relatos sobre la presencia de criminales de guerra y sobre actividades más o menos ocultas en el hotel, relacionadas con el apoyo propagandístico al III Reich y la preparación militar de simpatizantes argentinos.

El historiador Ronald Newton destacó en su libro El cuarto lado del triángulo que "El Eden era el centro de reunión de muchas de las organizaciones nazis de Córdoba". En Huerta Grande, la Hostería El Lado, de Eugen Erlinger, recibía a los viajeros con una enorme esvástica tallada sobre la entrada y simpatizantes nazis hacían adiestramiento militar en un campamento llamado Kit-Ut y en tierras cedidas por los Eichhorn.

A la vez, el historiador local Carlos Panozzo recordó que "los discursos y arengas de Hitler, en su momento de mayor auge, eran captados por una antena de onda corta levantada en el techo del Edén, y retransmitidos dentro y fuera del hotel por altoparlantes".
En 1934 se formó en La Falda la Unión Germana, grupo que parece haber coordinado las acciones de propaganda pronazis, desde el Eden.

Los Eichhorn se afiliaron al Partido Nacional Socialista Alemán en 1924. Un año después recibieron el ejemplar número 110 de la edición numerada de Mein Kampf (de una tirada de 500 ejemplares presumiblemente reservada a los más cercanos adherentes), el libro donde Hitler exponía sus ideas.
También participaron en un mitín en la Cervecería Ciudadana de Munich y desde entonces su colaboración financiera con los nazis fue constante, incluso en una fecha tan tardía como 1944, cuando hicieron una colecta destinada a Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda de Hitler.

Viejos amigos

El documental de Cuini Amelio Ortiz exhumó parte de la correspondencia sostenida entre Hitler y los dueños del Eden. El 13 de febrero de 1933, escribió Hitler: "Querido señor (Walter) Eichhorn: gracias por sus felicitaciones por mi elección como canciller. En este momento histórico, aprovecho para agradecerles su actuación en todos estos años en el movimiento. Los viejos amigos son los responsables como yo de esta victoria. Con saludo alemán, Adolf Hitler".
Más tarde: "Querido señor Eichhorn y querida señora: me permito otra vez en este momento agradecerles por la ayuda financiera que otorgan, y que me quita y alivia una parte importante de mis preocupaciones". Y el 15 de mayo de 1935, al conceder una condecoración a Walter Eichhorn: "desde su ingreso en 1924 usted junto a su esposa han apoyado al movimiento nacionalsocialista con enorme espíritu de sacrificio y acertada acción".

Pero no sólo se trataba de cartas. Adolf Eichmann y Josef Schwammberger —quien se radicó en Huerta Grande— estuvieron en el lugar y según el historiador Panozzo en los últimos años de la Segunda Guerra unos 1.200 alemanes llegaron a la zona de La Falda. Un enigma todavía inexpugnable tras los muros del Eden Hotel.

Fue construido a fines del siglo XIX y tuvo su esplendor hasta mediados del siglo XX. Con la actual restauración, resurge su rico caudal de historias, y en particular el vínculo de sus antiguos dueños con el nazismo


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