miércoles, 27 de julio de 2011

EVA PERON – parte 3

El embalsamador

Pedro Ara, un anatomista español famoso por haber conservado las manos de Manuel de Falla como si aún estuviera tocando, fue convocado por Perón unas semanas antes de la muerte de Eva a fin de encargarle el trabajo de conservar el cuerpo. Ara observó a Eva en agonía. Su tarea comenzó unos 20 minutos después de la muerte y duró unos tres años. Dispuso de un laboratorio aislado en el segundo Piso de la Confederación General del Trabajo. Su labor fue calificada como una verdadera obra maestra ya que logró conservar todas sus vísceras. Luego que la revolución libertadora tomara el poder, temiendo que el cuerpo de Eva fuera profanado, Ara realizó tres perfectas copias de cera y vinil casi imposibles de distinguir del original.

El cuerpo nómade

Tomás Eloy Martínez en su novela Santa Evita (1996) cuenta con detalles el peregrinaje a que fue sometido el cuerpo momificado de Eva Perón. Para muchos era evidente el poder que tenía el alma de Eva ya que todos los que la manipularon terminaron mal: el capitán Galarza quedó desfigurado cuando con el coche que transportaba a Eva volcó. Murieron dos soldados y él sufrió un corte en la cara de 33 puntos (uno por cada año de Eva). Arancibia terminó en la prisión de Magdalena por haber matado a su mujer embarazada al confundirla con un ladrón cuando escondía a Eva en un altillo del barrio de Saavedra.
El coronel Moori Koenig que amaba e injuriaba el cuerpo fue primero confinado en el Golfo San Jorge, luego fue internado varias veces con delirums tremens y por coma alcohólico. Mientras el cuerpo de Eva deambuló por las calles de Buenos Aires, donde quiera que estaba aparecían flores y velas.

Finalmente, la revolución libertadora decide darle un entierro cristiano y es enviada en el barco Conte Biancamano con el nombre de María Maggi de Magistris y enterada en el cementerio de Milán. En 1971 el cuerpo fue entregado a Perón en Puerta de Hierro (Madrid) -el coronel encargado de esa tarea afirma que hicieron tiempo para no llegar justo a las 20:25.

Tres años después Isabel Perón (presidente de la nación Argentina) trae de regreso los restos a Buenos Aires y son ubicados en la capilla de la quinta presidencial de Olivos, junto a Juan Perón. Con el golpe de estado de 1976, Eva es trasladada a una bóveda en el cementerio de Recoleta donde se está su hermano Juan.

Extraido del cdrom "ALMAS MILAGROSAS, SANTOS POPULARES Y OTRAS DEVOCIONES" por María de Hoyos y Laura Migale, Edición NAyA
Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA



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