lunes, 24 de enero de 2011

La Unión Cívica Radical frente a la crisis de Diciembre de 2001 - parte 2

8. En síntesis: la UCR debería aferrarse a la bandera de que su gobierno cumplió la plataforma y no devaluó. Que con sentido de responsabilidad evitó el default. Que impulsó con éxito el canje de la deuda. Que el FMI había prometido el desembolso de 1200 millones apenas se aprobara el presupuesto.

9. La UCR debería rechazar también la posición del Presidente del Comité Nacional de pedir perdón y no defender a su gobierno absteniéndose de denunciar la maniobra organizada para provocar su caída, desde luego sin excluir la autocrítica por haber pensado ser más fácil una recuperación post Menem. Y rechazar también la posición del Gobernador Rozas de estar de acuerdo con la devaluación, por ser contraria a los intereses del país y violatoria de la plataforma de la Alianza.

10. Por otra parte, el Comité Nacional ha guardado silencio sobre la honestidad del Gobierno de la Alianza y sobre la persecución judicial que retiene preso a Enrique Mathov y que afecta a otros radicales. Siendo que nuestro Gobierno respetó la independencia judicial, no se explica el silencio de la UCR ante la reunión del SIDE Soria con los jueces para influir sus decisiones.

11. Todas estas actitudes llevaron a la UCR a perder identidad y hacerse cómplice del desastre causado por Duhalde y sus políticas.

12. Al obrar por resentimiento y oportunismo se equivocó el sentir de la opinión pública y faltó visión de futuro. Hoy una encuesta dice que 65% prefiere que De la Rúa no hubiera renunciado. Y en lo económico se dieron todos los presagios que expusieron Machinea y economistas de la Alianza: con default y devaluación caen brutalmente los salarios, la salud, el PBI, las reservas, la inversión.

13. Otro grave argumento se agrega a los anteriores. El 20 de diciembre hubo una grave crisis institucional, que produjo una ruptura del sistema. El Presidente De la Rúa la atenuó al renunciar para facilitar una transición institucional, pero las consecuencias fueron igualmente graves. La quiebra del sistema, la interrupción del mandato votado por el pueblo, fue altamente perjudicial para la República. La UCR siempre defendió las instituciones pero en este caso debe hacer una profunda autocrítica porque no las defendió, como no defendió a su Gobierno. Al contrario, empujó a la renuncia y a la crisis. Los presidentes de los bloques parlamentarios pidieron y anunciaron la renuncia. El Comité Nacional nada dijo, al contrario, se mostró complacido. Lo mismo las autoridades del Partido incluidos quienes promovieron expulsar al Presidente. Si la UCR hubiese actuado con sentido de unidad eso no habría ocurrido y la institucionalidad se hubiera preservado. En toda la historia de la UCR no hay un sólo precedente en que la UCR se sume a una actitud desestabilizadora y golpista como ésta, para sumarse alegremente a la maniobra del PJ para tomar el poder.

14. Al obrar así se transformó en el instrumento de quienes vinieron a producir la devaluación y a través de ella la más feroz redistribución del ingreso, licuando los pasivos empresarios y los ahorros de la comunidad. Ello tuvo una magnitud inédita, nunca antes vista en toda la vida del país. Esto justifica una enérgica y profunda autocrítica, y señalar las responsabilidades del caso.

Texto inédito y exclusivo para 'Ricardo Balbín Web Site', enviado por el Dr. Fernando De la Rúa.

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