martes, 28 de septiembre de 2010

La rebelión de las escobas


“Ocho mujeres cargaban a pulso el féretro del niño asesinado por la policía comandada por Ramón L. Falcón. Pero el camino hecho a pie, desde Barracas hasta Chacarita era largo, entonces se turnaban con otras mujeres. Aunque en algún punto hubo que dejar el cajón en la calle para defenderse de la represión policial que ni a los muertos respeta. Detrás del ataúd, cerca de 700 vecinas de los conventillos encabezaban una columna de más de 5000 trabajadores que abandonaban talleres y fábricas para concurrir al sepelio del joven mártir. Era un cortejo imponente de los vecinos más pobres de Buenos Aires”(1)
.

Corría el año 1907 en Buenos Aires. El Censo Municipal de 1904 decía que había 11,5 personas por casa en la Capital Federal, casi todas ellas de un solo piso. La estadística informaba que de los 950.891 habitantes de la ciudad, 138.188 vivían en las 43.873 habitaciones que componen las 2.462 casas de inquilinato porteñas; es decir que, más del 10 % de la población se albergaba en conventillos. Una familia vivía en una o ‑a lo sumo‑ dos piezas, por las cuales pagaba casi la mitad del salario que percibía entonces un obrero. Los costos de habitaciones humildes eran ocho veces mayores que en París y Londres.

En agosto la Municipalidad decreta un aumento en los impuestos para 1908. Los propietarios de las casas de inquilinato suben los alquileres para anticiparse a los hechos y cubrir los nuevos desembolsos. Frente a esta decisión los inquilinos de un conventillo propiedad de Pedro Holterhoff, situado en la calle Ituzaingó 279, rehúsan pagar el alquiler. Pronto, otros conventillos imitan la actitud; 500 conventillos responden a la medida de fuerza y el movimiento se extiende a Rosario, Bahía Blanca, Mar del Plata, Mendoza y La Plata, llegando a participar unas 140.000 personas en todo el país y en Buenos Aires unas 120.000, es decir, alrededor de un 10% de la población de la ciudad (2)
. En los primeros días de octubre unos 250 conventillos más se suman a la medida de desacato y poco después son más de 2000 las casas de inquilinato cuyos moradores se declaran en rebeldía. Es la Huelga de Inquilinos que tendrá como protagonistas principales a mujeres, niños y jóvenes. Después de varios choques entre pobladores y policías, la muerte se hace presente en la parroquia de San Telmo, cuando la policía mata a un niño.

(1) Buela, Juana Rouco, “Historia de un ideal vivido por una mujer” Publicado en la Red Informativa de Mujeres de Argentina, enero 2002.
(2) Penettieri, José. "Los Obreros - su nivel de vida en Buenos Aires" Biblioteca argentina fundamental. Serie complementaria: Sociedad y Cultura/18. Centro Editor de América Latina. 1982.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario