lunes, 12 de julio de 2010

La Cárcel de Ushuaia - parte 2

Durante la dictadura de Felix uriburu, conscriptos de los regimiento 1,2 y 3 de infantería fueron enviado a Ushuaia para custodiar al grupo de presos políticos radicales.

“A menudo los guardias—dice uno de los testimonios— para distraer su ocio, organizaban carreras macabras. En un extremo del pabellón colocaban uno o dos presos y persiguiéndolos a golpes, con látigos, los hacían desarrollar velocidades fantásticas.

Los presos tropezaban o sus piernas cedían, rodando por el suelo, estrellándose contra las paredes, pisoteando el uno al otro, en medio de estrepitosas carcajadas y aullidos de los carceleros, que festejaban tales ocurrencias.

Esas crueldades trascendieron y dieron lugar a que el penal tuviera una aureola trágica. Solía decirse por aquellos años que ir allí era ir “a la muerte en vida, que es la peor de las muertes”. Pese a todo, había un mínimo de alivio para aquellos seres humanos caídos en la desgracia.

Algunos trabajaban en los talleres según el oficio que tenían, otros eran llevados al monte en un trencito para realizar diversos trabajos, tala de árboles, desmalezamiento, etc.; trabajos que, aunque duros y fatigantes, podían llegar a servirles como una descarga para hacer menos angustiosa la soledad. Además, vistiendo el uniforme de franjas horizontales azules y amarillas, la banda del penal los días festivos daba conciertos al aire libre, a los que concurría la población.

Según Canclini “El presidio y el pueblo eran casi la misma cosa. Quienes no eran detenidos, eran guardianes, personal administrativo, familiares de todos ellos y aun algunos ex reclusos que se quedaron a vivir en él".

Hay que diferenciar los condenados por delitos varios y los que fueron allí por cuestiones políticas. En 1934, Ricardo Rojas, Honorio Pueyrredón, Adolfo Güemes, Enrique M. Mosca y otros, conocieron el frío y la soledad de esas lejanas latitudes, pero no conocieron el horrible penal: vivieron en casas particulares, siendo su única obligación presentarse periódicamente a la delegación policial del lugar.

También conocieron Ushuaia en las mismas condiciones Emir Mercader, Pedro Bidegain, Néstor Aparicio, Arturo Benavidez, Carlos Montes y Mario Cima, Víctor Juan Guillot, Mario Guido, Alvarez de Toledo y José Pecco.

Todo Es Historia Nro. 396 Nota de Gerardo Bra
http://www.portalplanetasedna.com.ar/carcel_ushuaia.htm

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