miércoles, 24 de febrero de 2010

La increíble historia de una estatua del Monumento a los Españoles


En marzo de 1916 el lujoso buque español Príncipe de Asturias se hundió frente a Ilha Bela, en la costa brasileña. En el naufragio murieron 445 personas. Y también quedaron en el fondo del Atlántico los bronces que originalmente iban a formar parte del Monumento a los Españoles.

Hace trece años, una de esas obras, una ninfa de dos metros, fue rescatada. Y a pedido de un grupo de argentinos, el Gobierno de Brasil decretó una excepción a la ley local que prohíbe donar los tesoros de aguas jurisdiccionales. Hoy, aunque la escultura está en condiciones de ser traída a la Argentina, aún no fue solicitada por las autoridades nacionales.

"Perdí las esperanzas. Son muchos años luchando para recuperarla", dice resignado Juan Manuel Otero. El, junto a otros descendientes de inmigrantes españoles, es uno de los creadores de la Fundación Iberoamericana Príncipe de Asturias, que nació con un solo objetivo: re cuperar la escultura que ahora está en la Base Naval de Ilha das Cobras, en Río de Janeiro.

La historia del monumento empezó en 1910, año del Centenario de la Revolución de Mayo. Los españoles residentes en el país decidieron homenajear a los argentinos con el "Monumento a la Carta Magna y a las Cuatro Regiones Argentinas", más conocido entre los porteños como el Monumento de los Españoles.

"La construcción fue complicada desde el principio", cuenta Otero. Su autor, el escultor Agustín Querol y Subirats, falleció un año después de terminar los bocetos. Lo mismo pasó con su sucesor, Cipriano Folgueras y la obra tuvo que ser terminada por otros artistas. Por eso, el regalo no estuvo listo para los festejos de la Ciudad. En 1910 colocaron la piedra fundamental con la presencia de la Infanta Isabel de Borbón. Pero la culminación se retrasó aún más con el hundimiento del barco, cuando se perdieron los bronces. Un año después encargaron réplicas a España y recién en 1918 estuvieron terminadas. El 25 de mayo de 1927 el monumento fue inaugurado en Libertador y Sarmiento.

"En 1991 una empresa brasileña rescató la escultura hundida", dice Otero, que entonces viajó a Brasil para interiorizarse sobre el tema. El entonces presidente, Itamar Franco, los recibió y creó una Comisión Interministerial que optó por donar la obra. Para concretar este paso, las autoridades argentinas tienen que aceptarla formalmente pero hasta ahora ninguno de los gobiernos que se sucedieron se ocupó del asunto. Hasta que, hace unos meses, la Nación le pasó el expediente al Gobierno porteño.
Según la agencia DyN, la Comisión de Evaluación de Obras de Arte en Espacios públicos —que depende de la Secretaría de la Cultura porteña— se reunirá pasado mañana con la Fundación para estudiar el tema y ver en qué estado se encuentra la obra.

http://www.clarin.com/

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