Hacia 1812 bajo la barranca en la que en 1897 terminaba la barranca del Ferrocarril Central Argentino (hoy Rosario Norte) existía una playa como de una cuadra de anchura, desde donde con sus milicias se opuso a un posible desembarco hispánico. Esa playa desapareció socavada por las impetuosas crecientes del Paraná, quedando la barranca a pique.
El 28 de enero de 1813, el gobierno patrio, teniendo conocimiento que una escuadrilla realista remontaba el Paraná con la intención de destruir las baterías del Rosario ordenó desarmarlas, y partir desde el Retiro al teniente coronel José de San Martín con su flamante regimiento hacia jurisdicción santafesina.
Galopaban constantemente por la costa siguiendo a los buques españoles, para atacar a sus tripulantes en el momento que desembarcaran.
El día 30 de enero, la escuadrilla enemiga compuesta de 11 embarcaciones armadas en guerra con la bandera española al tope de la capitana, tripulada por más de 300 hombres de combate y dirigida por el corsario Rafael Ruiz y el capitán Juan Zabala, fondeó próxima al Rosario.
La resistencia de Celedonio Escalada compuesta de 58 hombres, 22 de los mismos armados con fusiles, 30 de caballería con chuzas, sables y pistolas, mientras 6 manejaban un cañoncito de montaña, la hizo replegar dispuesta a levantar anclas cuando Escalada les hizo fuego con su modesto cañón en medio de una polvareda levantada a propósito para engañar al enemigo que no tardaría antes de poner proa hacia San Lorenzo responder con fuego de artillería de mayor alcance.
Ese sería el preludio del Combate de San Lorenzo, que merece ser recordado.
Nos dice Miguel Angel De Marco: “Escalada nació en Rincón del Soto, provincia de Logroño, Castilla La Vieja, el 31 de agosto de 1762. En 1780 se trasladó al Río de la Plata y se afincó en la villa de Santo Domingo de Soriano, Banda oriental. Ocupó allí importantes cargos, contrajo matrimonio con María Teodora gadea, y ascendió sucesivamente en la milicia hasta el grado de capitán.
La resistencia de Celedonio Escalada compuesta de 58 hombres, 22 de los mismos armados con fusiles, 30 de caballería con chuzas, sables y pistolas, mientras 6 manejaban un cañoncito de montaña, la hizo replegar dispuesta a levantar anclas cuando Escalada les hizo fuego con su modesto cañón en medio de una polvareda levantada a propósito para engañar al enemigo que no tardaría antes de poner proa hacia San Lorenzo responder con fuego de artillería de mayor alcance.
Ese sería el preludio del Combate de San Lorenzo, que merece ser recordado.
Nos dice Miguel Angel De Marco: “Escalada nació en Rincón del Soto, provincia de Logroño, Castilla La Vieja, el 31 de agosto de 1762. En 1780 se trasladó al Río de la Plata y se afincó en la villa de Santo Domingo de Soriano, Banda oriental. Ocupó allí importantes cargos, contrajo matrimonio con María Teodora gadea, y ascendió sucesivamente en la milicia hasta el grado de capitán.
Cuando estalló la Revolución de Mayo adhirió, como otros tantos españoles, a la causa patriota, y se opuso tenazmente a la acción de las fuerzas de marina instaladas en Montevideo, opuestas al gobierno patrio y decididas a recuperar la campaña oriental que se había pronunciado en su favor. Rechazó con sus milicianos el intento de desembarco del capitán de fragata Juan Angel Michelena, y recogió luego caballos y víveres para el ejército sitiador de Montevideo a las órdenes de José Rondeau.
Aún no se sabe con exactitud, es posible que Escalada dejase Santo Domingo ante el avance portugués, para presentarse a aquel jefe.
Con su permiso pasó después a Buenos Aires, acompañado con su familia, y en 1812 se incorporó a las tropas que, al mando de Belgrano, en el mes de enero partieron hacia el norte. Al llegar a Rosario, el 15 de febrero se lo designó comandante militar del partido de los Arroyos, por lo que doce días más tarde estuvo entre los que enarbolaron la nueva enseña patria. Y pudo contribuir eficazmente cuando el teniente general San Martín siguió por la costa los buques realistas para impedir que desembarcaran.
Aún no se sabe con exactitud, es posible que Escalada dejase Santo Domingo ante el avance portugués, para presentarse a aquel jefe.
Con su permiso pasó después a Buenos Aires, acompañado con su familia, y en 1812 se incorporó a las tropas que, al mando de Belgrano, en el mes de enero partieron hacia el norte. Al llegar a Rosario, el 15 de febrero se lo designó comandante militar del partido de los Arroyos, por lo que doce días más tarde estuvo entre los que enarbolaron la nueva enseña patria. Y pudo contribuir eficazmente cuando el teniente general San Martín siguió por la costa los buques realistas para impedir que desembarcaran.
El 3 de febrero de 1813, con sus milicianos que arrastraban un cañoncito de campaña, ocupó en el Convento de San Carlos en San Lorenzo las posiciones que el futuro Libertador le indicó, y combatió cerca de los granaderos cuando cayeron como un alud sobre los marineros y soldados de Montevideo, venciéndolos en contados instantes. Fue muy justa la mención de su comportamiento y la de sus milicianos, en los documentos vinculados con la acción que San Martín elevó al Triunvirato.
En mérito a sus servicios, la Asamblea General Constituyente lo designó el 13 de abril de 1813 “ciudadano americano de las Provincias Unidas del Río de la Plata”.
En mérito a sus servicios, la Asamblea General Constituyente lo designó el 13 de abril de 1813 “ciudadano americano de las Provincias Unidas del Río de la Plata”.
En 1816 se trasladó a Buenos Aires como comandante general del Parque de Artillería. Murió allí, tres años después, mientras su hijo José Celedonio ilustraba su nombre en los campos de batalla de la emancipación
Bibliografía:Folleto publicado por la Municipalidad al cumplirse el cincuentenario de su creación. Rosario, 12 de enero de 1910.De Marco Miguel Angel (H): “A las órdenes del Libertador”. Art. de la revista Rosario, la fuerza de su historia. N°7. Julio 2001.
http://www.datanordic.com.ar
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