sábado, 19 de septiembre de 2009

Un antecedente del Mercosur en 1882


El pasado mes de mayo, en un remate de arte y antigüedades de la casa Gaona Wernicke, adquirí un documento fechado el 10 de junio de 1882, que llevaba el rótulo de "Absolutamente Reservado" en el cual, el entonces presidente Julio Argentino Roca, daba instrucciones al representante diplomático argentino en Río de Janeiro, Jacinto Villegas, acerca de cómo manejar la relación con el Imperio del Brasil.

Firma también el documento, además de Roca, Victorino de la Plaza -su condiscípulo del Colegio de Concepción del Uruguay- quien ejercía en ese momento el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Pero los antecedentes de nuestro representante diplomático ante la Corte del Brasil, son menos conocidos. Jacinto Mariano de la Natividad Villegas había nacido en Buenos Aires el 11 de setiembre de 1819, siendo hijo del doctor Miguel de Villegas.

Desde joven actuó en política enrolándose en las filas opositoras a Rosas, por lo que tuvo que partir al exilio en Montevideo.

En 1842 publica bajo seudónimo el folleto: "Rasgos de la política de Rosas: o escenas de barbarie, seguidas a la Batalla del Quebracho. Por un testigo presencial y paciente". Se trata de un relato sobre las crueldades que cometieron las fuerzas que, al mando de Oribe, derrotaron a la coalición antirrosista que comandaba Lavalle en la batalla de Quebracho Herrado el 28 de noviembre de 1840, en la cual el joven Villegas participó.

Concretamente relata la toma de la infantería del Ejército de Lavalle por las fuerzas rosistas y las escenas de barbarie cometidas contra los prisiones.

Este folleto fue editado primero en la Imprenta del Comercio del Plata y después de la caída de Rosas en el año 1854.

Villegas fue un funcionario que actuó durante más de tres décadas con dedicación, cumpliendo diversas tareas diplomáticas.

En 1872 se encuentra en Montevideo -ciudad que conocía muy bien por haber vivido en ella durante su exilio- desempeñándose como cónsul argentino, cuando el 6 de abril de ese año realiza la mediación en la firma del tratado de paz que reconcilia a los dos partidos tradicionales del Uruguay que se venían enfrentando en forma cruenta.

Semanas después es designado "Ministro Plenipotenciario" ante el Brasil, nombramiento que motiva la instrucción "absolutamente reservada" a la que hemos hecho mención.

La representación diplomática argentina en Río había estado, entre 1875 y comienzos de 1882, a cargo de Luis L. Domínguez. Este es reemplazado por José E. Uriburu -quien después sería ministro en Santiago de Chile, vicepresidente y posteriormente Presidente de la Nación- el que no llega a asumir sus funciones.

Es en estas circunstancias, que el ministro de Relaciones Exteriores Victorino de La Plaza, decide nombrar a Villegas. En cuanto a la política exterior, que llevaba adelante en ese momento el presidente argentino Julio A. Roca, es interesante analizar su mensaje leído ante el Congreso el 1 de mayo de 1882, días antes de firmar la designación de su nuevo ministro ante el Brasil.

Destacaba como logro principal la paz con Chile, que se había alcanzado mediante el acuerdo de límites firmado el año anterior, señalando que "La cuestión de límites con la República de Chile, que tanto preocupaba los ánimos y que había pasado por variadas y peligrosas alternativas, quedó amistosamente terminada, como vosotros lo sabéis, y nuestras relaciones con aquella Nación descansan ahora en la más completa armonía".

Pero a la vez que remarcaba este logro advertía acerca del riesgo que implicaba para la paz de la región la llamada "Guerra del Pacífico" que en ese momento estaba librando Chile contra Perú y Bolivia.

Decía Roca al respecto que "sensible me es anunciaros que la cuestión del Pacifico en la que están comprometidas tres naciones amigas, se mantienen en el estado de guerra y en una incertidumbre tal, que no permite prever su terminación".

Seguidamente, daba cuenta de la gestión que había intentado para mediar junto con Brasil, en los siguientes términos: "Animado el Gobierno Argentino por los sentimientos de amistad que lo ligan con las naciones en contienda, se había propuesto ofrecer una mediación conjunta con el Gobierno del Brasil y con los Estados Americanos que aceptaran el pensamiento, para propender a la solución del conflicto por medios equitativos y decorosos. Al efecto, presentó sus insinuaciones al gobierno del Brasil, y aun cuando éste desintió en algunos puntos, acogió en general el pensamiento con deferencia".

Inmediatamente Roca expresa la razón por la cual la Argentina suspende su gestión diplomática, para lograr una mediación conjunta con Brasil, y así poner término a la Guerra del Pacífico argumentando que "En tales circunstancias, apareció la interposición del Gobierno de los Estados Unidos, y se creó prudente suspender toda proposición al respecto por nuestra parte, para no interrumpir el curso de las negociaciones que se habían promovido".

Aparece acá algo que será permanente durante los sesenta años siguiente: la disputa entre Washington y Buenos Aires por liderar las iniciativas diplomáticas en la región. Había sucedido con la Guerra del Pacífico y volvió a ocurrir, pasado más de medio siglo, con la Guerra del Chaco.


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