jueves, 10 de septiembre de 2009

Estaciones de Tramways

.
Un domingo de carnaval, el 27 de febrero de 1870, comienzan a traquetear cansinamente por Buenos Aires aquellas moles de metal tiradas por dos lánguidos rocinantes, deslizándose suavemente sobre una doble fila de rieles, dejando oír sus quejumbrosos chirridos y suscitando no pocos temores. Se polemizaba acerca de que el trepidar de los pesados armatostes provocaría el aflojamiento de los cimientos de las casas, el derrumbe de las paredes y la desvalorización de las propiedades.

Acostumbrados a la pachorra pueblerina, el vértigo por la velocidad había calado hondo en los porteños. Les inquietaba la posibilidad de serios accidentes, por lo que hubo que anteponer a cada coche, abriendo paso a unos treinta metros de distancia un empleado a caballo que se llamó "postillón", ataviado con verde uniforme, agitando una bandera roja y soplando un cornetín, como advertencia de que se acercaba el "peligroso vehículo".
Así nació el tranvía; Balvanera Oeste y el Este de Almagro, un barrio campero que comenzaba a dar sus primeros escarceos, se poblaron de vías y no pocas estaciones de tranvías. Enormes galpones de varios cuerpos a dos aguas, que ocupaban gran parte de la manzana, con salida hacia dos o tres calles simultáneamente. Nació con nombre importado: "Tramway", término que con el tiempo se aporteñó por el de Tranguay. La palabra tranvía tardó bastante en imponerse. La primera concesión fue para el Tramway Central de los hermanos Julio y Federico Lacroze, un 22 de agosto de 1868, seguida por la de los hermanos Méndez del Tramway 11 de Septiembre.

El negocio pintaba como importante y redituable. A cambio, los concesionarios debían empedrar y mantener la parte de calzada comprendida entre los rieles, lo que originó un mejoramiento en los empolvados caminos, verdaderos lodazales en días de lluvia. Quienes también aprovecharon fueron el resto de los carruajes, que más que rápido adaptaron sus ejes a la dimensión de la vía para circular sin sobresaltos. Tiempo después la Municipalidad de tornó más exigente y los nuevos concesionarios debieron hacerse cargo del empedrado de toda la calzada. Así, gran parte de las calles principales se encontraron empedradas, sin que las arcas de la ciudad invirtieran un peso. Otros beneficiaros fueron los grandes tenedores de tierras, que vieron revalorizadas sus propiedades al paso del tramway.

Publicaban los periódicos en 1870 avisos como éste: "Venta de 18 lotes en la calle Corrientes, cerca del Mercado Once de Septiembre, a veinte minutos de tramway de Plaza de la Victoria" (hoy de Mayo).

Miguel E. Germino
Publicado en PRIMERA PAGINA - N° 82 - Enero/Febrero de 2001.

http://www.info-almagro.com.ar/historia/tramway.htm


No hay comentarios.:

Publicar un comentario