jueves, 24 de septiembre de 2009

El primer Ingeniero de la U.B.A. - parte 2


Pero la obra de Huergo no se agota con el proyecto del puerto de Buenos Aires. En 1870, por encargo del Gobierno viajó a Inglaterra para contratar la construcción de 120 puentes, cuyo armado en nuestro país él mismo dirigió. En 1874 ideó, para la localidad bonaerense de San Fernando, el primer dique seco construido en Argentina. También participó en el proyecto del ramal inicial del Ferrocarril Pacífico, entre Buenos Aires y Villa Mercedes, San Luis. En 1888 fue consultado por el Ministro de Gobierno de Córdoba con motivo de la construcción del dique de San Roque. Diseñó y construyó, con Guillermo Villanueva y el ingeniero Luis Luiggi, el puerto militar conocido luego como Puerto Belgrano. En el exterior, proyectó las obras del puerto y de salubridad de Asunción, Paraguay.

Ocupó, entre otros cargos, el de ministro de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires; profesor y decano, por tres períodos, de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y cofundador y presidente de la Sociedad Científica Argentina.
Dedicando los últimos esfuerzos de su vida a la función de Presidente Honorario de la Comisión Administrativa de los Yacimientos de Petróleo de Comodoro Rivadavia, el ingeniero Luis Huergo murió en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1913. Hoy un colegio industrial lleva su nombre, al igual que una de las avenidas de mayor tráfico de camiones y vehículos que traen y sacan mercaderías del puerto de Buenos Aires.

Recordemos aquí las palabras que le dedicó en el acto de entregarse los restos de Huergo al sepulcro, el sabio Angel Gallardo: "Huergo ha sido el primer ingeniero argentino no sólo en el orden cronológico sino también por sus virtudes y su labor profesional. Sus colegas lo amábamos como a un padre, recurriendo a su consejo y experiencia en todas las cuestiones difíciles, en las que no escatimaba su opinión franca y sincera expuesta con su voz grave y reposada, con el valor de sus convicciones y sin anteponer jamás al bien general los intereses particulares ni propios ni ajenos".

Como muy bien dijo en el acto del sepelio del ingeniero Huergo el representante de Gobierno Nacional: "Desde temprana edad trabajó sin descanso por el progreso de la República. Fue hombre de ciencia y hombre de acción. En las universidades presidió las más altas funciones docentes. Maestro respetado y querido, pudo servir de modelo a la juventud. Fue legislador, fue ministro, exploró y estudió nuestros territorios, construyó puertos, tendió rieles en los desiertos de ayer, contribuyó al desarrollo de las industrias nacionales y tuvo siempre un estímulo moral y material para los que solicitaban su consejo o apoyo al emprender una obra vinculada al adelanto del país. Pero sobre todo, fue un patriota".

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