jueves, 20 de agosto de 2009

EL ARROYO VEGA

Cuando era chico (y no tanto), se inundaba mucho, Blanco Encalada y alrededores eran un desastre, a fines de los 90, cada vez que llovia, los negocios salian a vender al costo todo lo mojado (y lo invendible...). Era motivo de insultos para el Intendente de turno, cada vez que llovia fuerte, tenías agua por todos lados, los canales de televisión buscaban la imagen mas insólita, árboles caidos, cables de alta tensión sueltos, autos flotando, perros nadando, hasta José De Zer y su inseparable el camarógrafo "Chango", de todo un poco .
Hace algunos años hicieron por Monroe un aliviador, y parece que algo ayudó. Espero que lo mantengan limpio, porque se cuenta que dentro del arroyo encontraron hasta el Arca de Noé dando vueltas ….
En la actualidad no se está inundando, es más, hace años que no se llena la pileta y todo eso se lo debemos a nuestros políticos que utilizaron el dinero de nuestros impuestos para realizar las obras correspondientes….. falta de lluvias?, sequía?, noooo, eso es solo en el campo!!.
Jorge

El nombre se debe a un antiguo poblador de su ribera. El recorrido del Vega parte de La Paternal, corta en diagonal desde Chorroarín y Donato Alvarez, continúa por esta calle hasta Holmberg, de allí a Juramento y por esta a Estomba. Al llegar a Mendoza tuerce ligeramente hacia la calle Superí; retoma su cauce por la calle Juramento hasta Conde. Diagonalmente llega hasta Freire y Echeverría; de ahí a Zapiola y Blanco Encalada donde dobla hacia Húsares y Monroe, debajo de la cual llega al Río de la Plata, al norte de Ciudad Universitaria.
Antiguamente sus desbordes lo hacían peligroso. Sus crecientes arrastraban animales y carros, destruyendo las viviendas.
Los avances del río por un lado, y las aguas que bajaban atravesando las calles de Belgrano como un verdadero río, convertían a Belgrano en un lugar intransitable e insalubre.
Las inundaciones y el desborde del arroyo Vega, fueron una constante preocupación. En 1869 la Corporación Municipal determinó que había que abrir una zanja que permitiera la salida de las aguas estancadas cuando el arroyo bajaba. En 1884, el Congreso dispuso que el Poder Ejecutivo practicase estudios de nivelación y desagues de las zonas inundadas, entre las que se contaba Belgrano. No obstante los problemas del Vega no fueron resueltos.
El Vega no sólo era un peligro durante las inundaciones, también lo era pos sus pésimas condiciones de salubridad.
En 1908 un vecino de Belgrano, el Ingeniero Francisco Beltrame estudió y proyectó un sistema de colectores, por los que desaparecería todo el agua de las calles de Belgrano. El proyecto no prosperó y así fue que en los primeros días de mayo de 1911 se unieron una terrible sudestada y una lluvia intensa provocando que Belgrano se inunde. En 1934 comenzó la obra de entubado del arroyo Vega.
A pesar del tiempo transcurrido, las crecientes del arroyo Vega siguen constituyendo una amenaza para los vecinos del Barrio de Belgrano.
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