miércoles, 8 de julio de 2009

La Casa de Tucumán - Parte 1

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Galería del primer patio, colindante al Salón de la Jura. Sentadas, las señoritas Ernestina López de Zavalía y Luisa Zavalía, poco tiempo antes que la familia Zavalía vendiera la casa al Estado Nacional. (Foto A.Paganelli)


Hacia fines del S. XVII, el alcalde Diego Bazán y Figueroa había construido su vivienda en el terreno que hoy ocupa la Casa de la Independencia, según lo atestigua su testamento de 1695.
En 1765 la Casa pasó a ser propiedad de Doña Francisca Bazán, esposa de Miguel Laguna, que la recibió de sus padres como dote.
Carmen Zabalía Laguna

El frente de la casa, con sus características columnas torsas, debió ser construido por los Laguna y Bazán, ya que este tipo de ornamentación aparece en el Norte a fines del Siglo XVIII.
En 1816, ante la necesidad de contar con un local para las sesiones del Congreso que se reuniría en Tucumán, se optó por la Casa de Doña Francisca Bazán de Laguna. La tradición afirma que Da. Francisca prestó la casa para las sesiones, pero investigaciones posteriores consideran, acertadamente, que el Estado Provincial dispuso usarla, ya gran que parte de la Casa estaba alquilada para la Caja General y Aduana de la Provincia.Una de las hijas de Doña Francisca, Gertrudis Laguna y Bazán, casó con Pedro Antonio de Zavalía y Andía. La hija de ambos, Carmen Zavalía Laguna, casó con su tío carnal, . Da. Carmen heredó de su abuela parte de la Casa y adquirió el resto a los otros herederos, convirtiéndose así en la única propietaria. Sus hijos fueron los últimos miembros de la familia dueños del solar, ya que lo vendieron en 1874 al Gobierno Nacional por 200.000 pesos.

Esta fotografía (tomada por Angel Paganelli en 1869) es una de las dos que documentan el frente original del edificio antes de su demolición en 1874.

El Presidente Nicolás Avellaneda, de origen tucumano, emitió un decreto del Poder Ejecutivo Nacional para la compra de la casa por el Estado, con la expresa recomendación de que se conservara el "antiguo y venerable salón".

La Casa de la Independencia a fines del siglo XIX, fachada construída en 1874, bajo la dirección del Ing. Stavelius. A partir de entonces funcionó allí la oficina de correo

La Casa estaba en muy mal estado entonces el Gobierno decidió demoler el auténtico frente y "las habitaciones del ala derecha del primer patio", dejando intacto el Salón de la Jura, separado de las nuevas oficinas del Juzgado y Correo, que ocuparon el costado izquierdo y el frente. El Ingeniero Stavelius dirigió los trabajos, dando a la casa una fachada "Neoclásica" con un entablamiento y un gran frontis, cuyo arranque estaba flanqueado por "dos leones acostados", como lo describe el Arq. Mario Buschiazzo.

En 1880, la Casa se encontraba en estado lamentable, con excepción de la nueva fachada. Hasta el techo del Salón de la Jura amenazaba derrumbarse. En 1881 se logró que el Correo restaurase y engalanase, aunque modestamente, el histórico salón.En aquella época, se colocaban para las fiestas patrias los retratos de dieciocho de los Congresales, realizados por Augusto Ballerini (1887) y adquiridos por el Gobierno Nacional. Cuando pasaban los festejos, estos eran llevados a la Biblioteca Sarmiento donde eran conservados y custodiados.

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