lunes, 13 de julio de 2009

Historia del Parque Rivadavia


El parque Rivadavia, sin duda alguna el corazón del tradicional barrio de Caballito, surgió oficialmente como paseo público el día 10 de julio de 1928, fecha en la que se dictó la Ordenanza N° 2702 que determinaba la denominación de Parque Rivadavia al solar que antes ocupaba la “Quinta Lezica”. Siete días más tarde, el 17 de julio, se inauguraba oficialmente el parque con un diseño en su traza a cargo del prestigioso paisajista Carlos Thays.

Orígenes del parque

Los primeros intentos por convertir la Quinta Lezica en un paseo público se remontan a la intendencia del Dr. Joaquín S. Anchorena (1910-14), cuyos esfuerzos se vieron frustrados por las tratativas y gestiones de compra que eran trabadas por las reclamaciones de los propietarios y sus descendientes. Es interesante leer la nota del Mundo Argentino del 25 de junio de 1924 que decía: “La Quinta de los Fantasmas va a ser transformada en Parque Público”. La misma revista, el 12 de diciembre de 1926, decía: “Hay $11.000.000 para hacer calles y habilitar paseos públicos, pero el Caballito aún continúa sin una triple plaza…”

En 1925, la Comisión de Estética Edilicia, creada por el intendente Noel, preparó un gran proyecto de formación de parques, plazas y jardines cuya ejecución demandaría un presupuesto de $66.236.012. A este proyecto se le sumaría la formación de grandes áreas de bosques y parques donde se incluía la adquisición de la quinta mencionada.

El retraso de la inauguración, desde sus primeros intentos en 1913, se vieron varias veces frustrados ante la acción de los herederos de don Ambrosio Lezica, que pretendieron la obtención de mayores cifras en la expropiación del predio en cuestión.

Quien fuera la viuda de Lezica, doña Rosa Lastra de Lezica, demandó a la Comuna por una cifra que rondaba los $2.450.000 moneda nacional, que fue desestimado por las autoridades. En otra gestión, realizada por el señor Ángel Lezica y otros familiares, solicitaron por los 53.240 metros cuadrados del predio un valor de $4.300.000.

La falta de un acuerdo definitivo llevó a la Comuna a dictar una ley de expropiación que obligó a ambas partes en conflicto a acatar. Fue entónces que el litigio quedó resuelto y, por fín, se procedió a la construcción del actual paseo, no sin antes tener que asistir a un pedido adicional de los descendientes de Lezica, quienes exigieron respetar el nombre original del propietario, en lugar del elegido como Rivadavia…

La inauguración

Como se ha dicho, el 17 de julio de 1928 se inauguró el paseo con la presencia del Presidente Marcelo T. de Alvear, el intendente municipal Horacio Casco, varios funcionarios públicos y los representantes de diversas sociedades de fomento y vecinos. El acto se inició con los acordes de la marcha Ituzaingó, ejecutada por la Banda Municipal y continuó con las palabras del Intendente. Este elogió las tareas realizadas por el Departamento de Obras Públicas por haber convertido el predio, en estado selvático, en una moderna y alegre plaza. Continuaron el señor Ricardo V. Muscio en nombre del Consejo Deliberante y, finalmente, el mismo Alvear. Por la tarde, la banda ofreció un concierto que fue muy concurrido por los vecinos del barrio.
El 19 de julio de 1931 la colectividad catalana en la República Argentina decidió donar una escultura cuya imagen consistía en una mujer desnuda que sacaba agua de un pilón, obra del artista barcelonés José Llimona. En el acto inaugural, donde una banda interpretó los acordes del Himno Nacional y algunas tradicionales melodías catalanas, habló el ingeniero Canals en nombre de esa colectividad hispánica. Su discurso fue respondido por el Prosecretario General de la Comuna, el señor Bary, quien agradeció la donación realizada a la ciudad de Buenos Aires.
Esta escultura fue expuesta en el Parque Rivadavia por varias décadas hasta el año 1971, no sin sufrir durante ese tiempo los atentados a los que nuestros sufridos monumentos acostumbran. Ese año, el sacerdote Fernando Carballo, cura párroco de la cercana iglesia de Santa María, junto a otras asociaciones religiosas que le secundaban, consiguieron el traslado de esta singular escultura a la Plaza San Martín por considerarla inadecuada y chocante con el entorno, máxime si en la cercanía existía otra escultura de la Virgen de Luján…

Su crecimiento artístico y cultural

El monumento más importante es, sin duda, el que recuerda al libertador Simón Bolívar, obra del escultor argentino José Fioravanti. Fue inaugurado el 28 de octubre de 1942 con la presencia del Presidente, el Dr. Ramón S. Castillo, miembros del gabinete, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, el Dr. Caracciolo Parra Pérez y diversas asociaciones barriales. Consta de un gran arco de líneas rectas y macizas de 11 metros de altura y 22 metros de ancho, con una inscripción en su cornisamiento que dice: “A Simón Bolívar, la Nación Argentina”. En el centro aparece la figura ecuestre del prócer, que es enmarcada por dos grupos escultóricos, así como cuatro bajorrelieves de la vida del Libertador.

El mástil existente en uno de los vértices sería donado por el Hogar Policial Sección 10a. el 25 de noviembre de 1951. Se complementaría con una serie de placas, como las incorporadas el 5 de julio de 1961 por el Concejo Deliberante de la ciudad, dedicada a la República de Venezuela en el sesquicentenario de su independencia.

Otra escultura que adorna hoy el Parque Rivadavia es la que fue inaugurada el día 15 de octubre de 1961 y donada por el “Club de Leones de Caballito”. Realizada en piedra blanca de Mar del Plata por el escultor Luis Perlotti -otro ilustre vecino del barrio de Caballito- estaba dedicada a las madres. Esta obra de arte había sido instalada como anticipo al siguiente festejo del Día de la Madre y que estaba próximo a realizarse aquel mismo año. En su inauguración estuvo presente la esposa del Presidente de la Nación, el Intendente de la ciudad de Buenos Aires, diversos funcionarios y autoridades del Club donante.

Respecto de la estatua de la Virgen de Luján, esta se inauguraría el 15 de agosto de 1969 con una misa de campaña oficiada por monseñor Juan Carlos Aramburu. Esta obra fue erigida merced a los donativos realizados por los vecinos y feligreses del barrio.

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