jueves, 25 de junio de 2009

La Adela

Alcorta y Bigand compartían la colonia La Adela, administrada por la firma Genoud, Benvenuto, Martelli y Cía, que subarrendaba la tierra a doscientas once familias por el 34 % de la producción, trillado, embolsado en bolsas nuevas y puesto en estación, con contratos de un año de duración. Además, los arrendatarios estaban obligados a comprar y vender en el almacén de ramos generales de la empresa, trillar y desgranar con sus máquinas y hacer todos los seguros con ellos.

En los primeros años del siglo XX, este tipo de contratos era moneda corriente en la región cerealera. Algunos con cláusulas más absurdas que otros, algunos por mayor porcentaje que otros –en Firmat alcanzaban hasta el 54% de la producción-, pero indefectiblemente, todos legalizaban, de algún modo, el abuso y la explotación de los arrendatarios.“Los arrendatarios no tenían la menor seguridad en su trabajo, en cualquier momento podían ser desalojados del campo en que trabajaban y despojados de sus máquinas y útiles de labranza. Cualquier mejora que introdujera en la chacra quedaba a beneficio del patrón.” (diario "El Zonda-Suplemento historia")
Frente a la pérdida de la cosecha de 1911, y la certeza de que una excelente cosecha en el próximo año no sería suficiente para recuperar el desastre, los colonos de Firmat y algunos comerciantes de campaña comienzan a reunirse para pensar posibles salidas a su situación.
En estas reuniones comprenden que la salida sólo puede ser conjunta, que debían unirse para reclamar a sus patrones, y que la conformación de una liga agraria los ayudaría a organizarse. Conforman, así, la Sociedad Cosmopolita de Agricultores de Firmat, primera liga agraria de la provincia, que agrupaba a los chacareros de la zona.

En marzo de 1912 escriben un manifiesto en el que alentaban a los colonos a unirse a la protesta y en una reunión a la que asiste Francisco Bulzani, arrendatario de la colonia La Adela, éste se hace cargo de distribuirlos en Alcorta, Bigand y Bombal.
Manifiesto que comenzó a circular en el sur de la provincia a fines de 1911, principios de 1912, elaborado por la Sociedad Cosmopolita de Firmat. Francisco Bulzani, que asistía a las reuniones de esta entidad, tomó el manifiesto para distribuirlo en Alcorta, Bigand y Bombal . (Fuente: Cecchi, A.: "Tras la huella socialista en Firmat")


Francisco Bulzani, se convierte en voz de los pesares de los chacareros, organizando, hablando, demostrándoles que era necesario hacer algo para cambiar la situación en la que se encontraban. Y poco a poco, fueron sumándose: Francisco Perugini, Francisco Gilarducci, Francisco Menna, Nazareno Lucantoni… El Padre José Netri, el comerciante Ángel Bujarrabal.

Pronto decidieron realizar una reunión en la casa del comerciante, quien les explicó que la única manera posible de cambiar la situación en que se encontraban era iniciar una huelga. Además, lea ofreció apoyo económico y ofreció su almacén como centro de reuniones. Decía José Gilarducci, uno de los principales organizadores de la huelga:


Con seis o siete compañeros, los colonos Damián Arfinetti, Francisco Bulzani, Domingo Biagotti, Nazareno Lucantoni y Francisco Menna, a quien posteriormente asesinó la policía durante una reunión agraria en Firmat, solíamos reunirnos en un sótano de la casa del comerciante Bujarrabal. “Era un buen mayorista don Ángel Bujarrabal” —recuerda Gilarducci-, “porque él fue quien principalmente nos aconsejaba de que hiciéramos la huelga y peticionáramos lo que nos correspondía: la rebaja de la tierra.“Al principio teníamos miedo porque la policía nos amenazaba y nos encarcelaba por perturbadores del orden, por eso en la casa de ramos generales, en el sótano entre comestibles, artículos de labranza y cajonería, nos reuníamos y discutíamos la huelga.”(citado en: diario "DEMOCRACIA", 27 de junio de 1954)


Poco a poco, las reuniones comenzaron a multiplicarse: en el almacén, en la chacra de Bulzani, en la parroquia o donde fuera, corridos por los patrones o la policía, los chacareros sabían que la huelga sería un hecho. En Alcorta, en Bigand, en Bombal, en Máximo Paz, sabían que todos trabajaban por lo mismo. Recorrían las chacras, repartían los manifiestos, hablaban, explicaban que la fuerza de todos podía lograr que cambiara la situación en que se encontraban.


El 15 de junio de 1912, los chacareros de la zona se reunieron en asamblea en la plaza de Bigand, en la que Luis Fontana, dependiente de un almacén de campaña del señor Víctor Bigand, sugirió elevar un petitorio a los propietarios para modificar los contratos de arrendamiento, dándoles un plazo de quince días para la contestación.


El 17 de junio los chacareros de Alcorta se reunieron en el edificio de la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción, bajo la presidencia de Francisco Bulzani, y decidieron invitar a los propietarios a una asamblea pública el día 25 de junio para tratar los contratos de arrendamiento.

En Alcorta y Máximo Paz los párrocos eran José y Pascual Netri, hermanos que apoyaron incondicionalmente a los chacareros, participaron de sus reuniones, los escucharon, los confortaron y les ofrecieron el asesoramiento legal de su hermano, el Dr. Francisco Netri. El 18 de junio, Francisco Bulzani y el Padre José Netri visitan al abogado en Rosario para pedirle redactara un modelo de contrato especificando las reformas que los chacareros creían necesarias.


El Dr. Netri no sólo aceptó el pedido, sino que se comprometió a asistir a la asamblea del 25.
En los días siguientes, las reuniones se intensificaron, el Padre José Netri invitaba a los chacareros a la asamblea desde el púlpito de la parroquia, Bujarrabal los ayudaba a organizar y María Robotti, esposa de Francisco Bulzani, los alentaba a declarar la huelga.

Más de dos mil agricultores de Alcorta, Bigand, Bombal, Carreras, Firmat y San Urbano (Melincué) asistieron a la asamblea en el local de la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción el 25 de junio de 1912. Además de los colonos presentes, las delegaciones de las localidades vecinas acercaron petitorios firmados por dos mil colonos más.

"El aspecto era imponente, pues aquella gran masa de hombres acostumbrados a empuñar el arado, convertida en asamblea deliberante, causaba una impresión casi exótica y semejante en algo a la que producen en el ánimo del observador los grandes concursos populares en que se debaten cuestiones ideológicas, de índole política o doctrinaria, en pro del resurgimiento de las colectividades concientes de sus derechos" (3)

(3) “La Capital”, 26 de junio de 1912.








http://www.comunadealcorta.gov.ar

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