Renuncia de Urquiza como Director Provisorio ante el Congreso Constituyente de santa Fe, con motivo de los sucesos de Buenos Aires a raíz el sitio impuesto por el Coronel Hilario Lagos. (1853)
He practicado cuanto es posible hacer para adelantar y afianzar la organización del país; he tenido que conquistar cada paso de los que a este objeto conducían a fuerza de pesares y disgustos que no es dado a un hombre sobrellevar por mucho tiempo: y cuando el congreso había dotado al país de una constitución, que nos es trazada para la talla de un tirano, que contiene todas las garantías del derecho público y privado que hasta el día ha conquistado la humanidad, que en la estructura de los poderes contrapesados, se abre un campo legal para que todas las opiniones, todos los partidos, todas las ambiciones pudieran ejercer su acción legítima. Cuando esta constitución aparecía con la aurora de libertad, de felicidad y de orden sobre los pueblos Argentinos, la guerra civil se presenta de nuevo amenazadora, para impedir, como otras veces, que estos desgraciados pueblos entren en el goce de un bien que tan ardientemente desean y necesita.
En este estado, he meditado si algún sacrificio me queda que ofrecer a mi país, y creo que aún puedo hacer uno, que, siendo el más leve para mi corazón, no debo privarme de la modesta gloria que puede darme. Mi nombre está unido a la Constitución de la Confederación Argentina y pasará ligado con ella a la posteridad. Me confío a su juicio y me libro sin temor a su fallo. Pero la Constitución no es un hecho histórico que ha pasado ya. Los pueblos la han jurado con deliberación y es probable que se adhieran a ella con perseverancia.
En tal caso, si fuese necesario para que la Constitución sea la ley general del país, que mi persona contra la cual tanta saña se ha desplegado por un partido o por algunos hombres, deje de estar al frente de la organización nacional, renuncio desde ahora con sinceridad ante el Soberano Congreso, el puesto de director provisorio, que me confiaron los pueblos durante el período constituyente. ...
Como Jefe de la Confederación, he tratado de cortar y evitar la guerra civil por todos los medios. Como hombre público o privado, la constitución, la ley y el orden pueden contar con un defensor cierto en el general Urquiza, cualquiera que sea el gobierno que se coloque a la cabeza de la Confederación.
Justo José de Urquiza
http://www.oni.escuelas.edu.ar
He practicado cuanto es posible hacer para adelantar y afianzar la organización del país; he tenido que conquistar cada paso de los que a este objeto conducían a fuerza de pesares y disgustos que no es dado a un hombre sobrellevar por mucho tiempo: y cuando el congreso había dotado al país de una constitución, que nos es trazada para la talla de un tirano, que contiene todas las garantías del derecho público y privado que hasta el día ha conquistado la humanidad, que en la estructura de los poderes contrapesados, se abre un campo legal para que todas las opiniones, todos los partidos, todas las ambiciones pudieran ejercer su acción legítima. Cuando esta constitución aparecía con la aurora de libertad, de felicidad y de orden sobre los pueblos Argentinos, la guerra civil se presenta de nuevo amenazadora, para impedir, como otras veces, que estos desgraciados pueblos entren en el goce de un bien que tan ardientemente desean y necesita.
En este estado, he meditado si algún sacrificio me queda que ofrecer a mi país, y creo que aún puedo hacer uno, que, siendo el más leve para mi corazón, no debo privarme de la modesta gloria que puede darme. Mi nombre está unido a la Constitución de la Confederación Argentina y pasará ligado con ella a la posteridad. Me confío a su juicio y me libro sin temor a su fallo. Pero la Constitución no es un hecho histórico que ha pasado ya. Los pueblos la han jurado con deliberación y es probable que se adhieran a ella con perseverancia.
En tal caso, si fuese necesario para que la Constitución sea la ley general del país, que mi persona contra la cual tanta saña se ha desplegado por un partido o por algunos hombres, deje de estar al frente de la organización nacional, renuncio desde ahora con sinceridad ante el Soberano Congreso, el puesto de director provisorio, que me confiaron los pueblos durante el período constituyente. ...
Como Jefe de la Confederación, he tratado de cortar y evitar la guerra civil por todos los medios. Como hombre público o privado, la constitución, la ley y el orden pueden contar con un defensor cierto en el general Urquiza, cualquiera que sea el gobierno que se coloque a la cabeza de la Confederación.
Justo José de Urquiza
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