viernes, 12 de julio de 2019

El Forjista - Raul Scalabrini Ortiz - Parte 3


En 1936 se alejó del periódico Señales y estableció un contacto más fluido con FORJA, participando de conferencias y redactando los famosos Cuadernos de FORJA, donde abordaba los temas centrales de la dependencia argentina: los ferrocarriles, el endeudamiento financiero y el petróleo.

En 1938 asumió la presidencia de la Nación el doctor Roberto Ortiz, abogado de las compañías inglesas, quién había sido proclamado en la Cámara de Comercio Británica.

Scalabrini perteneció a una generación que dilucidó como la historia oficial que se enseñaba en las escuelas, contenía una importante cuota de distorsión, producto de que la misma había sido escrita por los hombres de la oligarquía liberal. Decía al respecto: “La historia oficial argentina es una obra de imaginación en que los hechos han sido consciente y deliberadamente deformados, falseados y encadenados de acuerdo a un plan preconcebido que tiende a disimular la obra de intriga cumplida por la diplomacia inglesa, promotora subterránea de los principales acontecimientos ocurridos en este continente” ... “La reconstrucción de la historia argentina es, por eso, urgencia ineludible e impostergable. Esta nueva historia nos mostrará que los llamados “capitales invertidos” no son más que el producto de la riqueza y del trabajo argentinos contabilizados a favor de Gran Bretaña”

Realizó estudios históricos a los efectos de mostrar el efecto nefasto del endeudamiento externo, para eso investigó los resultados del préstamo tomado por Rivadavia con la casa inglesa Baring Brothers: “Vamos a demostrar fehacientemente que el primer empréstito argentino no fue más que un empréstito de desbloqueo, un modo de transportar en forma permanente las ganancias logradas por los comerciantes ingleses en las orillas del Río de la Plata. Es decir, que ese primer empréstito representa una riqueza que se llevó de la Argentina a Inglaterra, no una riqueza inglesa que se trajo a la Argentina”.

Cuando las potencias mundiales se aprestaban a enfrentarse en una guerra para el reparto del mundo, Scalabrini Ortiz redactó un documento oponiéndose a que Argentina tomara partido por alguna de las potencias en pugna, haciendo de la neutralidad una bandera en defensa de la soberanía nacional.


Con respecto a la Guerra Mundial pensaba que: “Ir a la guerra sería consumar la completa servidumbre de nuestro pueblo y de todos los hermanos de América. Todos los focos de resistencia quedarían de hecho suprimidos. Todos los rebeldes a la voluntad inglesa serían aniquilados: Todos los hombres de la generación que, por primera vez, ha enfrentado los problemas esenciales de la nacionalidad, serían exterminados en los puestos de mayor peligro. Las pocas fortunas que aún quedan en manos de argentinos, serían liquidadas por los inmensos impuestos de guerra”


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