viernes, 12 de julio de 2019

El Forjista - Raul Scalabrini Ortiz - Parte 1

  
  

Raúl Scalabrini Ortiz nació el 14 de febrero de 1898 en la provincia de Corrientes, pero de muy niño su familia se trasladó a Buenos Aires.
De joven se sintió atraído por las ideas de izquierda y en particular por la Revolución Rusa, dichas influencias lo llevaron formar parte, por el año 1919, del grupo Insurrexit, aunque esta militancia no perduró por mucho tiempo.

Se recibió de agrimensor, pero siempre mantuvo vivo su interés por la literatura, también se mostró atraído por las actividades deportivas, particularmente por el boxeo, actividad que llegó a practicar.

Su primer libro se llamó La Manga, publicado en 1923, a la edad de 25 años, más o menos por esos años se vinculó al grupo literario Florida, donde conoció a Borges y Mallea, entre otros.

En el año 1924 visitó París, ciudad a la que admiraba como todos los intelectuales latinoamericanos de la época. Luego emprendió una serie de viajes por el interior del país, donde pudo ver en directo la explotación del trabajador por parte de las oligarquías lugareñas.
Por aquellos años tomó contacto con un grupo nacionalista que publicaba “La Nueva República”, es ahí donde conoció Ernesto Palacio y a los hermanos Irazusta. Pero esta relación no duró mucho tiempo pues no podía congeniar con ese nacionalismo elitista y sectario.
La Década Infame
Scalabrini Ortiz no tenía demasiada simpatía por el caudillo popular Hipólito Yrigoyen, pero luego del golpe de estado del 6 de septiembre de 1930 revisó su posición, al ver el carácter reaccionario de las fuerzas que se habían confabulado contra el líder radical. Renunció a la redacción del diario La Nación y comenzó a criticar con dureza a la dictadura desde Noticias Gráficas.
Empezó a trabajar en su libro “El Hombre que está sólo y espera” donde reflexionó sobre el comportamiento del porteño. Este fue un intento de investigar el alma argentina.
Con respecto a esta obra dijo: “Yo realzaba en mi libro las virtudes de la muchedumbre criolla y demostraba que su valoración no debía emprenderse de acuerdo a las reglas y cánones europeos: daba una base realista a la tesis esencial de la argentinidad y sentaba la tesis de que nuestra política no es más que la lucha entre el espíritu de la tierra, amplio, generoso, henchido de aspiraciones aún inconcretas y el capital extranjero que intenta constantemente someterla y juzgarla”.

Con la denominada “Década Infame”, Scalabrini Ortiz ingresó resueltamente en el análisis y la crítica de la realidad nacional. En el año 1932 comenzó el estudio de los problemas económicos del país, cuando más los conoció más se le hizo evidente la mentira de la oligarquía, instaurada a través del control del aparato educacional y cultural.


Luego de urgar en documentos y en libros llegó a percibir lo que nadie había visto a pesar de encontrarse frente a las narices de todos, Argentina era una colonia inglesa, los principales resortes económicos estaban en sus manos.

Scalabrini realizó un estudio detallado del pacto Roca – Runciman por el cual la oligarquía argentina se sometió vergonzosamente a los dictados ingleses, para poder seguir vendiendo la carne a Inglaterra entregando todos los recursos nacionales a los deseos británicos.

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