Asesinado en EE.UU.
Ringo Bonavena: a 43 años de la muerte absurda de una
leyenda del boxeo argentino
Aunque nunca fue campeón del mundo, es uno de los personajes
que quedará para la historia del deporte argentino.
Uno de los personajes más emblemáticos del deporte
argentino. Eso es Oscar
Natalio Bonavena, boxeador en una época de oro de los pesos pesados y que
adoptó el apodo de "Ringo" después de que lo confundieron en una
ocasión con Ringo Starr, entonces baterista de Los Beatles, en las calles
de Nueva York.
Bonavena era uno de esos tipos que no podían pasar
desapercibidos. Por su gran envergadura física, primero, pero sobre todo
por una personalidad extravagante y particular que lo hizo ser un protagonista
de su época.
Ringo se fue temprano, con tan solo 33 años de edad,
asesinado en el Mustang Racing, un conocido prostíbulo en la ciudad
estadounidense de Reno, Nevada. El guardaespaldas William Ross Brymer le
disparó seis veces, y uno de los proyectiles le atravesó el corazón. El
asesino pasó solo un año y 3 meses en prisión porque fue condenado por
homicidio involuntario.
Más allá de su repentina partida, Ringo dejó una
marca imborrable para el boxeo argentino. Fue considerado de los mejores
púgiles del mundo en su categoría a finales de la década del 60 y
principios de los 70 y llegó a enfrentar a grandes leyendas del
deporte: Joe Frazier en un par de ocasiones, y Muhammed Alí, con
quien tuvo una pelea estelar en el Madison Square Garden.
Ringo con un derechazo al mentón de Muhhammed Alí. (Foto:
Archivo Clarín)
En el comienzo de su carrera, Bonavena cometió un error que
le costó caro: durante unos Juegos Panamericanos en San Pablo, en plena pelea
le mordió la tetilla al estadounidense Lee Carr, lo que le valió una
suspensión de por vida de parte de la Federación Argentina de Boxeo. Tuvo que
marcharse a Estados Unidos para convertirse en profesional.
Durante su carrera fue campeón argentino, y dejó un registro
de 58 victorias (44 KO), 9 derrotas y un empate.
Tras el estupor que generó su muerte, los restos de Ringo
fueron velados en el Luna Park y asistieron más de 150.000 personas que posteriormente
acompañaron el cortejo hasta el cementerio de la Chacarita. Pese a que sus
éxitos deportivos habían quedado atrás, Bonavena seguía teniendo un fuerte
arraigo popular.
La escultura de Bonavena, vecino de Parque Patricios y
orgullo del barrio, fue inaugurada en 2003. (Foto: Julio Juárez)
Aun hoy, Huracán no olvida a uno de sus más grandes y fieles
hinchas. La tribuna local del estadio lleva su nombre, y hasta una calle de
Buenos Aires lleva su nombre desde 1997. En el corazón de los fanáticos del
boxeo Ringo todavía vive, a 43 años de su muerte.
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