miércoles, 24 de abril de 2019

Florencio Escardó, el médico que revolucionó la pediatría - Parte 3




“Todavía se me critica haber conseguido que las mujeres entraran en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en el Carlos Pellegrini. Todavía me dicen: ‘vos sos el que introdujo a las muchachas en los colegios’… (…)
En 1956 Escardó volvió al Hospital de Niños. También retomó su actividad en la Cátedra de Pediatría de la Universidad de Buenos Aires y llegó a ser Decano de la Facultad de Medicina y Vicerrector de la UBA. Fue durante esta segunda etapa cuando logró incorporar a las madres junto a sus hijos en el hospital. Sostenía que había una doble moral en la prohibición: “Si el chico es rico, lo internan en la Pequeña Compañía con el padre, la madre, el amante de la madre y toda la familia… Si es pobre dejan a la madre en la puerta. Puede venir dos horas los jueves y tres horas los domingos. Yo tengo una sola moral”[11].
Otras innovaciones fueron la instalación de un laboratorio de bacteriología en la planta baja del hospital y un laboratorio de Isótopos, la creación de la Residencia en Psicología Clínica, con un Pabellón de Psicología Clínica de 8 consultorios y una sala de Terapia de Grupo y creó una Escuela para Padres, que dirigía su esposa, Eva Giberti. Bajo su dirección aparecieron las primeras asistentes sociales y psicólogas en un hospital pediátrico argentino. Procurando que los estudiantes tomaran contacto con la realidad y las necesidades de la gente, introdujo las prácticas médicas en zonas marginales, que comenzaron a realizarse en el Centro de Salud de la Isla Maciel.
Se oponía con firmeza a la construcción de hospitales grandes. Tenía la convicción de que debían inaugurarse pequeñas salas barriales y contar con buenos servicios de ambulancias, ya que el 90 por ciento de las consultas son sobre resfríos, catarros, diarreas y lesiones en la piel. Por eso fue un gran crítico de la inauguración del Hospital Garraham: “Acá en la Argentina el hospital comete secuestro con el paciente, es impiadoso, lo aísla. El enfermo siempre ha tenido que ir al hospital, cuando debería ser al revés; por eso estoy en contra de los hospitales enormes; sigo sosteniendo que un hospital vecinal es lo mejor….”[12].


En 1958 fue elegido vicerrector de la Universidad de Buenos Aires acompañando a Risieri Frondizi. Propuso y logró transformar en mixtos los colegios nacionales Buenos Aires y Carlos Pellegrini[13]. Hasta entonces solo podían acceder a ellos los varones. “Todavía se me critica haber conseguido que las mujeres entraran en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en el Carlos Pellegrini. Todavía me dicen: ‘vos sos el que introdujo a las muchachas en los colegios’… (…) Me pareció monstruoso que las mujeres no estuvieran en el colegio. (…) Yo me acuerdo que, cuando se debatió mi ordenanza, un político dijo: ‘hace cien años que no hay mujeres en los colegios’. Y Risieri Frondisi le contestó: ‘¿Qué quiere?, ¿Qué la vergüenza siga un año más?’”, recordó años después.[14]
En 1989 fue designado presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, y Miembro Titular de la Academia Porteña del Lunfardo. En 1984 recibió el Premio Konex de Platino y fue declarado “Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires”. Conservaba su consultorio privado en la Av. Santa Fe, en el que atendió hasta su muerte, ocurrida a los 88 años, el 31 de agosto de 1992.

[10] Florencio Escardó, “La investigación en la universidad”, 19 de octubre de 1995, citado en Sara Slapak, Testimonios para la experiencia de enseñar,  Secretaría de Cultura y Bienestar Universitario, de la Facultad de Psicología de la UBA, 1993, pág. 75.
[11] Diamant A. y Marominsky L, “Florencio Enrique Juan Escardó”, en Testimonios para la experiencia de enseñar, Secretaría de Cultura y Bienestar Universitario, Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, 1993, págs. 47-48; citado en Silvia Wasertreguer y Hilda Raizman, La Sala 17. Florencio Escardó y la mirada nueva, Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2014, versión E-Book, pág. 20.
[12] Diario Clarín, 1º de septiembre de 1992, pág. 33.
[13] El proyecto fue aprobado por el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires el 1º de marzo de 1958, Resolución 65, “Proyectos destinados a implementar el sistema coeducativo en los establecimientos secundarios dependientes de la Universidad”, Expediente 93302/56; citado en Wasertreguer y Hilda Raizman, La Sala 17. Florencio Escardó y la mirada nueva, op. cit., pág. 34.
[14] Sara Slapak, Testimonios para la experiencia de enseñar,  Secretaría de Cultura y Bienestar Universitario, de la Facultad de Psicología de la UBA, 1993, pág. 28.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario