viernes, 23 de noviembre de 2018

La Sirena dejó de sonar



Ubicado en la esquina de Ricardo Balbín y Núñez, fue un verdadero templo para trabajadores y vecinos. El “Polaco” Goyeneche era uno de sus clientes más fieles. En 2011 este periódico anunció que le quedaba poco tiempo de vida ya que sus dueños no quisieron declararlo Bar Notable y tenían intenciones de desprenderse del negocio.

El histórico bar La Sirena, que abrió sus puertas en el siglo diecinueve como una pulpería, no era una simple construcción vieja ubicada en la esquina de Ricardo Balbín y Núñez. Se trataba, por sobre todas las cosas, de una leyenda arquitectónica, testigo de una época que ya pasó e ícono del imaginario popular del barrio de Saavedra. Tras permanecer cerrado algunos años, finalmente se construyó en esa propiedad un supermercado Día, que abrió sus puertas a fines de diciembre pasado. Se trata de una empresa que desembarcó con fuerza en la Comuna 12, ya que instaló varios locales simultáneamente en el último tiempo.

Originalmente en esa ochava funcionó, desde 1876, una tienda de venta de bebidas también llamada La Sirena, cuando la zona todavía pertenecía al Partido de Belgrano. En 2011 este periódico anunció el inevitable final con una entrevista al por entonces propietario, Marcelino Mayol, quien contó: “En 1930 mi padre había renunciado a su trabajo y estaba en la búsqueda de una nueva actividad. Junto con mi abuelo descubrimos que se encontraba este mismo local cerrado y en alquiler. Inmediatamente informamos esta situación a mi padre, quien se acercó, lo alquiló y el 12 de febrero de 1930 abrió sus puertas”.

A lo largo del siglo veinte el café se convirtió en la escala obligada entre el trabajo y el hogar, en un verdadero templo para los vecinos de Saavedra. La mayoría de los clientes eran fieles integrantes de las tertulias que finalizaban al amanecer. El propio Mayol contó que en la década del 50, a raíz de la consolidación de las fábricas lindantes Fate y Nestlé, el bar permanecía abierto desde las cuatro de la madrugada hasta la medianoche.Roberto Goyeneche fue un habitué de La Sirena. En una nota publicada en septiembre de 2015, su viuda, Luisa, contó a este periódico que el cantante solía ir al café a tomar “la última” después de algún show en el mítico Caño 14. Cinzano, Campari y Hesperidina eran los tragos que el Polaco solía ingerir en soledad o acompañado por amigos del barrio.

Un final anunciado

El dueño de la propiedad nunca quiso declarar a La Sirena como un Bar Notable, lo que hubiese impedido su cierre. En la mencionada entrevista de 2011, Mayol le informó a El Barrio que el café se encontraba en venta. “Tomamos esta decisión porque los dueños ya somos personas mayores y nuestros hijos no están interesados en continuar con el negocio”, indicó. El final del mítico templo era inminente.

En 2012, cuando cerró sus puertas, se organizó una movida vecinal para impedir la transformación del lugar y con la pretensión que el Gobierno de la Ciudad lo expropiara. “La Sirena constituyó una página de Buenos Aires, con su pasado y su presente”, dijo en aquella ocasión Juan “Tata” Cedrón, músico nacido en Saavedra, quien brindó un show junto a otros artistas para rescatar el bar.

Lamentablemente, el final no se pudo evitar. La propiedad fue vendida a una compañía privada y a fines del año pasado se terminó el último capítulo de una de los cafés con más historia de Saavedra y de la Ciudad de Buenos Aires, cuando la cadena de supermercados Día abrió un nuevo local en la esquina de Ricardo Balbín y Núñez. Un lugar más que sólo quedará en la memoria.




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