Perón advierte a la distancia la trascendencia del hecho y su influencia en el futuro político argentino. “Nosotros sobrellevamos el peso de un error tremendo. Nosotros contribuimos a reabrir, en 1930, en el país, la era de los cuartelazos victoriosos. El año 1930, para salvar al país del desorden y del desgobierno no necesitamos sacar las tropas a los cuarteles y enseñar al Ejército el peligroso camino de los golpes de Estado. Pudimos, dentro de la ley, resolver la crisis. No lo hicimos, apartándonos de las grandes enseñanzas de los próceres conservadores, por precipitación, por incontinencia partidaria, por olvido de la experiencia histórica, por sensualidad de poder. Y ahora está sufriendo el país las consecuencias de aquel precedente funesto”. 5 Finalmente, en su autobiografía, recopilada por Enrique Pavón Pereyra,
Perón concluye: “El 6 de setiembre, terminó bruscamente la experiencia radical que había sido promovida por la ley del sufragio universal y por la intención participativa. Ese día histórico es el comienzo de una nueva e tapa en la cual el gobierno será dirigido por las huestes de la oligarquía conservadora donde muchos de los que participaron y contribuyeron al éxito del golpe lo hicieron sin saber exactamente quién se movía detrás de ellos. La proclamación de la ley marcial desde el 8 de septiembre de 1930 hasta junio del 31 puso en evidencia que había triunfado la línea del nacionalismo oligárquico”. 6
(…)
El golpe del 6 de septiembre de 1930 significó para la tradicional elite terrateniente exportadora la recuperación, no del poder real, que nunca había perdido, sino del control del aparato del Estado. Quedaba además demostrado que el radicalismo, por su origen de clase y por sus enormes contradicciones internas, no había podido o no había querido conformar ni impulsar sectores económicos dinámicos modernos que pudieran disputarle el poder al tradicional sector terrateniente.
El golpe terminó también con la alianza que había comenzado en la Revolución de 1890 entre una parte de aquella elite y los sectores medios, que en un principio apoyaran el golpe del 30 porque pensaban que los incluía entre los beneficiarios del asalto al poder y las arcas públicas; sin embargo, pronto se dieron por enterados en carne propia, como ocurriría con todos los golpes de Estado posteriores, que les agradecían los servicios prestados, pero que no estaban invitados a la fiesta. La elite volvió a tener la posibilidad de marginar políticamente —como antes de la sanción de la Ley Sáenz Peña— a los sectores sociales que venía marginando social y económicamente desde siempre.
La vuelta al fraude electoral alejaba a las mayorías populares de la posibilidad de decidir sus destinos; la sociedad se preparaba para los grandes cambios que se avecinarían a mediados de los años 40. Pero para eso faltaba mucho tiempo, mucho sufrimiento y mucha lucha. Estaba comenzando una década claramente infame.
Fuente: Adaptación para El Historiador del libro de Felipe Pigna Los Mitos de la Historia Argentina 3, Buenos Aires, Planeta. 2006.
Referencias:
1 Alberdi, Juan Bautista, Escritos póstumos, tomo X, Buenos Aires, Editorial Cruz, 1890.
2 José Félix Uriburu (1868-1932) nació en Salta. Participó en la Revolución de 1890 del lado de los cívicos. Pero en 1905 reprimió la intentona revolucionaria radical. Fue director de la Escuela Superior de Guerra y observador y agregado militar en Europa. En 1914 fue elegido diputado al Congreso Nacional. Durante la presidencia de Alvear fue nombrado inspector general del Ejército y miembro del Consejo Supremo de Guerra.
3 Agustín Pedro Justo (1876-1943) nació en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Además de militar fue ingeniero civil recibido en la UBA. Fue profesor y luego director del Colegio Militar. Alvear lo designó como ministro de Guerra.
4 En Félix Luna, Yrigoyen, Buenos Aires, Hyspamérica, 1985, pág 382.
5 En Roberto Etchepareborda, Yrigoyen, tomos I y II, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983.
6 Pavón Pereyra, Enrique, Yo Perón, Buenos Aires, MILSA, 1993.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario