Saúl Ubaldini, fue un conocido dirigente gremial, estuvo a
cargo de la CGT durante el último golpe cívico-militar del 76,
conducido principalmente, por Videla y Martínez de Hoz. Dentro de la CGT,
Ubaldini lideraba la fracción “CGT Brasil”, que se caracterizó por ser de
carácter más combativo para con el gobierno militar, contrario a la otra
fracción, la “CGT Azopardo” que era más “dialoguista”.
Para entender mejor la posición de los gremios y el planteo
de Ubaldini, frente a momento político conflictivo que se estaba viviendo en
Argentina, es oportuno precisar sobre la crisis heredada del proceso militar.
La Argentina, al retorno de la democracia tenía 25.700 millones de
dólares, en promedio, de deuda externa. Pero a todo esto hay que sumarle la
deuda que contrajo el gobierno de Alfonsín, más la estatización de la deuda, es
decir, toda la deuda contraída por los privados durante los años anteriores
pasaba a ser deuda pública, deuda del estado nacional.
Nos es casualidad que se
hayan registrado 13 paros, de los cuales 4 fueron
nacionales. El clima seguía agitado.
Como la historia nos cuenta, siempre que el FMI o
algún acreedor extranjero puso la guita sobre la mesa, detrás venían las
condiciones para que el préstamo se concretara. Estos buitres tendían a fijar
sus intereses sobre nuestras legislaciones laborales, de salud o educación,
pretendían, los de afuera, decirnos a los de adentro cómo resolver nuestros
problemas.
Frente a esta situación conflictiva es que la CGT,
conducida por Ubaldini va a plantear los 26 puntos, para poder
reorientar la economía, dotándola de un carácter más nacional, con un
desarrollo pleno de la industria, más y mejor trabajo, una mejor distribución
de la renta, tratando de apuntar la manguera, por donde se escapaban los
dólares, hacia adentro o por lo menos pincharla un poquito.
He aquí los 26 puntos:
DEUDA EXTERNA
1) Establecer una moratoria para el pago de los servicios de
la pretendida deuda externa, en razón de la necesidad vital de aplicar los
recursos nacionales a la inmediata reactivación de la economía nacional.
2) Someter al Congreso Nacional, como lo establece la
Constitución, la decisión sobre la naturaleza y legitimidad de la pretendida
deuda externa y sobre los compromisos y plazos a negociar una vez superada la actual emergencia nacional, excluyendo terminantemente toda
fórmula que implique la renuncia a la inmunidad soberana, admita jurisdicción
judicial extranjera y coloque al Estado como garante total y solidario por la
devolución de créditos contraídos o en gestión.
3) No contraer nuevas obligaciones para pagar servicios ni
admitir el crecimiento usurario de la pretendida deuda externa por recargo de
intereses bancarios.
REORDENAMIENTO FINANCIERO
4) Colocar el sistema financiero al servicio del país
mediante un Banco Central que actúe como orientador del crédito, Privilegiando
las actividades productivas, a través de una ley de entidades financieras de
prioritario tratamiento por el Congreso de la Nación para poner coto a un
sistema financiero dirigido aún por la ley 21526, de la dictadura, que
desestabilizó a todo el sistema productivo a través de la especulación y
concertación del crédito.
NACIONALIZACIÓN DE LOS DEPÓSITOS BANCARIOS
5) Reimplantar la nacionalización de los depósitos bancarios,
que son el resultado del ahorro público, para que esos recursos genuinamente
argentinos sean empleados para impulsar la producción y los servicios de
interés primordial del pueblo y de la Nación a través de normas y pautas
crediticias decididas por el Banco Central con participación de los sectores de
la producción y el trabajo. De esta forma el sistema bancario oficial y privado
será la palanca esencial de la reactivación económicas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario