martes, 12 de junio de 2018

Discursos: Trascendencia de la universidad - Parte 3

Responsabilidad de los hombres de ciencia y los filósofos

Si como gobernante debo reclamar la mayor cooperación posible de la Universidad en su misión formativa y científica, como ciudadano de este siglo de portentosos adelantos, debo formular una suprema apelación a los estudiosos e investigadores de nuestro tiempo.  La ciencia libera la potencia creadora del hombre hasta límites inimaginables.  

La humanidad asiste a esos progresos con legítimo orgullo, pero con preocupación y ansiedad.  Cada paso que avanza por el camino de la ciencia, la conduce hacia metas que hasta ese momento parecían inaccesibles.  Pero también puede ser un paso dado hacia su propia destrucción.  El rumbo definitivo sólo puede dictarlo el espíritu humano, elevándose por encima de las pasiones y de los intereses que nos dividen y colocándose al servicio de los valores superiores que constituyen en definitiva su verdadera naturaleza y razón de ser.

El hombre se ha lanzado ya a la conquista del espacio cósmico.  En esta empresa no puede haber sitio para divisiones entre pueblos y naciones.  Es la humanidad entera, como un todo, que comienza a jugar su papel en el Universo.  Es el saber acumulado por generaciones de sabios y estudiosos de todas las razas y todas las creencia el que está haciendo posible esta hazaña prodigiosa.  

Los científicos que representan la sabiduría de nuestro tiempo y los jóvenes que representan la sabiduría del mañana, deben evitar que ese saber sea puesto al servicio de la destrucción.  Esta será una conquista material de los espacios siderales.  Servirá para demostrar que el hombre, capaz de alcanzar las mayores distancias espaciales, es capaz también de realizar los más altos valores morales y ganar las mayores victorias dentro de su propia alma.

Así como la filosofía y las humanidades abrieron, en la remota antigüedad, el camino hacia la ciencia y la técnica, así también en nuestro tiempo iluminan el camino del futuro.  En esta ilustre Universidad de Fordham, consagrada al estudio de las disciplinas humanísticas, rindo homenaje a los valores perennes del espíritu, que impregnan de eternidad a las creaciones del hombre.



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