martes, 2 de enero de 2018

Discursos de Asunción - Parte 1


Asunción de Alfonsin – Discurso

Nada lo obliga, pero salvo Yrigoyen, todos los presidentes inauguraron su gestión discurso por medio. Hubo de todo: desde piezas rebosantes de retórica y reiteraciones hasta dramáticas convocatorias. Félix Luna recuerda y analiza algunos de los discursos más memorables.

La lectura de un mensaje por el nuevo presidente, inmediatamente después de prestar el juramento constitucional ante la Asamblea Legislativa, es uno de nuestros hábitos cívicos más tradicionales. Ninguna norma obliga al flamante mandatario a prorrumpir en esa efusión oratoria. Pero salvo Hipólito Yrigoyen, que omitió esa costumbre movido quién sabe por qué modalidad personal, todos los presidentes, que sepamos, aprovecharon la solemne oportunidad para dirigirse a la Nación formulando consideraciones sobre la problemática del momento y destacando el programa al que habrían de ceñirse.

Un repaso a los mensajes presidenciales es una excelente manera de recorrer la historia argentina a partir de la organización constitucional. Piezas oratorias hinchadas de floreos o sobrias oraciones cívicas, jactancias desmentidas por los hechos o modestas afirmaciones que más tarde se justificaron, todos los estilos desfilan por esos discursos. Hay temas que aparecen en los mensajes de los primeros presidentes con reiteración: hoy nos resultan totalmente remotos. Tal, el problema del indio, que en las piezas inaugurales de Mitre, Sarmiento y Avellaneda ocupan un lugar destacado. Otros temas, en cambio, tienen vigencia permanente, aunque hayan sido desarrollados en lenguaje distinto según los tiempos. Por ejemplo, el tema eterno de la libertad.

Temas de antaño y temas permanentes

En el primer mensaje pronunciado por un presidente constitucional, Justo José de Urquiza afirmaba: "La libertad civiliza y fecunda. La libertad sin moderación es una odiosa algazara. La libertad sin las costumbres y la religión, carece de garantías. La libertad sin el trabajo y la industria, no tiene ocupación digna". Urquiza decía esto en el modesto ámbito del cabildo de Santa Fe el 5 de marzo de 1853. Lo rodeaban los diputados y senadores del Congreso de la Confederación que días más tarde se trasladarían a Paraná, felices al ver concretados su anhelos de organización pero contristados por la separación de la provincia de Buenos Aires, a la que el flamante presidente dedicó varios párrafos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario