martes, 14 de marzo de 2017

La locura del Coronel Estomba - Parte 1



En nuestra historia, una mención debe llevar la del coronel Ramón Estomba, que no por corta (sólo vivió 38 años) deja de ser interesante.

Vida particular la de este oficial, que nació en Montevideo hacia 1790. La madre de Estomba era tía de Bartolomé, Emilio y Federico Mitre (al pobre Federico, que llegó a coronel, nadie lo recuerda.) El nombre de bautismo fue Ramón Bernabé Antonio y a los 20 años comenzó su carrera militar sirviendo en el ejército del Norte, combatiendo en Suipacha, las Piedras, Tucumán y Salta, hasta los desastres de Vilcapugio y Ayohuma. Herido durante este combate, fue tomado prisionero, la vida de Estomba fue defendida por dos subalternos, que murieron defendiéndo. Cayendo prisionero, fue detenido durante siete largos años en las infames Casamatas del Callao. Terrible lugar era esta cárcel ya que los españoles no tenían misericordia por los criollos a los que consideraban traidores. 


Las condiciones de hacinamiento y salubridad convertían a esta prisión en una trampa mortal. De 1500 prisioneros patriotas, solo 500 sobrevivieron a este presidio. Entre ellos estaba Ramón Estomba, que aprovechó ese tiempo para leer y cultivarse entre el horror. Finalmente, cuando la Expedicíon Libertadora del Perú llegó, recuperó la libertad tras un cambio de prisioneros que el General San Martín concertó con el virrey del Perú. Prontamente se incorporó al Ejercito Libertador sirviendo con distinción, y el Protector le otorgó la Orden del Sol. Participó en la toma de Lima y persiguió a las tropas derrotadas de Canterac.

Cuando las tropas del Regimiento Río de la Plata, acantonados en el Callao defeccionaron, dado el estado crítico de vestimenta, alimentación y falta de pago, Estomba fue tomado prisionero y volvió a su antiguo calabozo. Allí fue cuando el negro Falucho, gracias a el relato de Mitre, ganó fama y bronces eternos, al negarse a sumarse a la rebelión.


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