Pero
poco después que Rondeau asumió el mando se supo que Posadas había designado a
Alvear para reemplazarlo. Entonces sus jefes y oficiales se sublevaron contra
el Director negándose a aceptar el cambio; Rondeau continuó en el mando del
ejército. Posadas resolvió entonces renunciar, y así lo hizo el 9 de enero de
1815.
En la Asamblea
dominaba Alvear, que fue designado para reemplazar a Posadas como Director
Supremo. En verdad, todo estaba preparado para llevar al gobierno al reciente
triunfador de Montevideo.
Alvear,
el nuevo Director Supremo, joven e inexperto, tuvo que afrontar problemas muy
difíciles. La situación militar se agravaba en el Norte, donde los realistas
amenazaban con una nueva invasión desde el Alto Perú. En el interior del país,
los gobernadores provinciales, disgustados porque no tenían participación
directa en el gobierno se oponían al nuevo Director Supremo.
El descrédito de
Alvear, por su errónea política exterior y su oposición a los caudillos
gobernadores provinciales, determiné su rápida caída. El 2 de abril de 1815, es
decir, menos de tres meses después de haber asumido el poder, se sublevó en la
posta de Fontezuelas, situada cerca de Buenos Aires, el ejército que Alvear
había enviado a Santa Fe para actuar contra los gobernadores del litoral,
especialmente contra Artigas, virtual jefe de la Banda Oriental.
Dirigió
la sublevación el comandante Ignacio Alvarez Thomas, quien regresó a Buenos
Aires con las tropas para proteger la ciudad. En Buenos Aires el Cabildo asumió
una vez más la representación popular y pidió la renuncia al Director Supremo.
Alvear tuvo que salir del país. La Asamblea Constituyente, reunida desde 1813,
se disolvió inmediatamente.
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