martes, 17 de febrero de 2015

La Catedral de Las Heras – Parte 1



LA “CATEDRAL” DE LA AVENIDA LAS HERAS – LA VERDADERA HISTORIA CONTADA POR UNO DE LOS NIETOS DEL ARQUITECTO ARTURO PRINS

El Sr. Enrique Gustavo Prins, nieto del Ingeniero y Arquitecto Arturo Prins, me envió el siguiente texto que escribió sobre los detalles de la historia y el juicio que tuvo que llevar adelante su familia por la construcción del edificio de la facultad de derecho de la Universidad de Buenos Aires sobre la Avenida Las Heras, actual Facultad de Ingeniería. Quisiera compartirlo con ustedes acompañado de algunas imágenes.
Arturo Prins 1877 – 1939


Hay un viejo dicho que algunas cosas suceden no por casualidad, sino por causalidad. A lo largo de mi vida, he ido comprobando con la sonrisa típica del que ve la cosa desde lejos, desde fuera de la escena, la cantidad de dimes y diretes, acerca de tu inconclusa facultad, querido abuelo: un sin fin de artículos, algunos con rigor científico, otros con la sabiduría del que se cree un experto en el tema y con el pulgar escondido en el bolsillo o al costado del chaleco, daba cátedra ante sus escuchas, en al ámbito que le tocara, o escuchar micros televisivos referidos a este tema etc., y hasta en la facultad de arquitectura me han contado alumnos que se escuchaba por boca de algún profesor, que haciéndose eco, se hacía cómplice de la tan difundida y aguda mentira de su suicidio.

Cuenta otro de tus nietos, Alberto R. Robredo, en un artículo: “Las Heras no fue un megalómano intento de Prins, como se afirmó tantas veces, sino el megalómano proyecto inconcluso de las autoridades de la Facultad de Derecho de esa época”…”Cuando dichas autoridades llamaron a concurso, lo ganó con un proyecto afín con el siglo XX, en sus primeros años. El Consejo de la Facultad de Derecho, lo anuló y llamó a un nuevo concurso para construir en gótico, por considerar este estilo más adecuado al Derecho”… “Los debates entre el arquitecto Prins y el Consejo de la Facultad fueron memorables, ya que éste sostenía que edificar gótico en pleno siglo XX era indigno para un país moderno y pujante, además de la enorme inversión que eso representaba”.

El Consejo no dio marcha atrás y Prins viajó a Europa a estudiar gótico. A su regreso nuevamente ganó el concurso, pero sucedió lo anticipado por él: los fondos eran insuficientes y hubo que suspender la obra del Palacio del Derecho, del que sólo queda una inconclusa muestra en Av. Las Heras, inaugurada el 22-12- 1925.  Por supuesto quedaron también inconcluso el pago de los honorarios. Esto derivó en un largo juicio. Y aquí viene no la casualidad sino la causalidad.


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