martes, 23 de diciembre de 2014

Joaquín Campana, una garantía – Parte 6




El movimiento de los orilleros, 5-6 de abril de 1811

Así llegamos a los sucesos poco conocidos del 5 y 6 de abril de 1811. Dice el Dr. Jorge Oscar Sulé (“La Revolución de los Orilleros”, El Gran Americano Nº 11, mayo 2010): “Sorpresivamente a las 11 de la noche del sábado 5 de abril de 1811, grupos de quinteros, matanceros y otros, orilleros todos, con sus caballos convergen desde los corrales de Miserere, de los pagos de Palermo, de los mataderos de San Telmo, de los rancheríos del Retiro, hacia la Plaza de la Victoria. 

Más de cuatro mil jinetes que no se había visto en las jornadas del 25 de Mayo, en silencio ocuparon la plaza ante el desconcierto de los jóvenes intelectuales que veían materializado "al pueblo" que invocaban en sus discursos y ante el estupor de los vecinos del centro la parte "principal y sana del vecindario" que se atemorizaron ante la presencia de la chusma de las orillas.” Por su parte dice Vicente Fidel López (“Historia de la República Argentina”, 1893): “Era una clase hoy desaparecida, fiel al patriotismo local y rebelde a la “aristocracia” que la dominaba. Los “orilleros” tenían caballo, hogar y medios propios de subsistencia en las orillas y barrios embrionarios de la ciudad, unidos por espíritu de cuerpo a su medio social y poco simpáticos a las clases dirigentes cuyas casas ocupaban las calles del urbano centro.” 

Este movimiento estaba acaudillado por los Alcaldes de sus respectivos pueblos y a la cabeza de todos ellos estaba el Alcalde de las Quintas don Tomás Grigera, del cual dice Vicente Fidel López (op. cit.) que “ejercía una especie de patriarcado bondadoso y responsable” en sus pagos. Lo describe con “la figura característica de los hombres de las orillas: alto y delgado, de cabellos y barbas negras, de ojos benignos pero retraídos entre dos cejas bastante pobladas. Sus modos de hablar y sus conceptos, siempre graves y sentenciosos, revelaban el hábito que había contraído de resolver las contiendas de sus convecinos con máxima de moral y buena ley según las entendía.” El otro caudillo del movimiento fue el Dr. Joaquín Campana, al cual nos referiremos especialmente más adelante. 
Es el Dr. Campana quien entrega el Petitorio firmado por numerosos vecinos encabezados por sus respectivos Alcaldes de Barrio, a la Sala de Acuerdos del Cabildo, donde esperaban reunidos en pleno todos los Capitulares, a las 3 de la madrugada del día domingo 6 de abril. 

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