jueves, 13 de noviembre de 2014

Historia de la Plaza de Mayo - Parte 1



La Plaza de Mayo, Plaza Mayor de Buenos Aires, es tan antigua como la ciudad misma. Cuando Juan de Garay fundó la Ciudad de Trinidad Puerto de Buenos Aires, dejó trazado el lugar de la Plaza Mayor. Desde los comienzos de la ciudad, la Plaza de Mayo fue escenario de todos los acontecimientos conmovedores de su historia. Esta plaza vio cómo todas las convulsiones políticas y las fiestas populares más importantes se desarrollaban sobre su perímetro, a lo largo de 420 años. La Plaza de Mayo, como Plaza Mayor, era un sitio multiuso: en ella se llevaban a cabo ceremonias religiosas y oficiales, estaba el mercado, era estacionamiento de carretas, plaza para las corridas de toros, y lugar de las ejecuciones públicas o cepos de castigo. Pero a pesar de ser tan importante, no era más que un descampado barroso y polvoriento, dependiente del clima, que recién fue mejorado en 1803 con la construcción de la Recova, de la cual hablaré más tarde.

A lo largo de tantos años es de imaginar que la plaza tuvo innumerables cambios, incluso de nombre. En un comienzo era llamada Plaza Mayor y ocupaba menos espacio que ahora, ya que en la mitad norte, desde 1608 a 1665, frente a la actual Casa Rosada, estaban los jesuitas. Cuando los jesuitas se trasladaron a otro lugar, la zona se transformó en un baldío -con restos de los edificios- al que llamaban Plaza de Armas (también Plaza del Mercado) y donde hacían sus alardes las milicias. También ahí se instaló la horca, justo donde hoy está la estatua de Belgrano, durante más de un siglo fue escenario de las ejecuciones, espectáculo macabro al que asistía mucho público. El resto del terreno de la actual Plaza de Mayo, o sea frente al Cabildo, era paradero de carretas y mercado y era llamado Plaza Mayor. Hay que imaginarse este mercado como muy precario. En un comienzo era "de piso", o sea, vendían sobre mantas o ponchos y luego se vendía con "bandolas", que eran unos cajones a modo de puestos de feria.
Casi tan antiguas como la plaza son las palomas. Ya en 1755 se tiene que poner una cubierta al balcón del Cabildo a causa de ellas, y los regalitos que dejan detrás de sí.
Recién en 1803 se concretan los proyectos para embellecer la plaza. Se construye la Recova, un magnífico edificio que consistía en dos tiras de 20 locales de largo cada una (10 de cada lado) separadas por un espacio que al año siguiente fue cerrado por un arco central. Los locales tenían su frente hacia ambos lados de la Recova, apuntando, 20 al Cabildo y 20, al Fuerte. Tenía 11 arcos en cada ala, techo con azotea. A su gran arco central se trasladó la horca, colgándose a los ajusticiados por espacio de varias horas.


La Recova fue la primera galería comercial de Buenos Aires, y estaba ocupada por diversos comerciantes que pagaban entre 14 y 20 pesos mensuales de alquiler. Había vendedores apiñados en la doble fila de cuartitos, ofreciendo de todo para la gente de clase baja, desde ropa hecha hasta monturas. En 1805 el Virrey Sobremonte hizo empedrar el camino que iba del Fuerte (actual Casa Rosada) al arco central de la Recova y dispuso que las carretas se dirigieran a otras plazas, la de Montserrat y la de San Nicolás. Durante las Invasiones Inglesas, la Recova cobró gran importancia, ya que los ingleses se defendieron desde sus techos y arcos contra las tropas reconquistadoras, y ahí mismo, en la Plaza de Mayo, se libró la batalla final por la Reconquista.

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