martes, 25 de marzo de 2014

MARCELO TORCUATO DE ALVEAR (1922 – 1928)

Alvear es un aristócrata definido vinculado con la élite terrateniente; pertenece a un linaje federal y antimitrista. Diego de Alvear, su bisabuelo, forma parte de los intelectuales que acompañan al virrey Vértiz; Carlos María, su abuelo es el segundo Director Supremo y Torcuato, su padre, propicia la candidatura de Roca. Es el primer intendente de Buenos Aires. Los años veinte en la Argentina son felices, todavía no se perciben con claridad las limitaciones del modelo económico agro-exportador, ni la fragilidad del sistema republicano y democrático. Cuando se trata la sucesión presidencial, Yrigoyen se decide por Marcelo Torcuato de Alvear, correligionario de la Revolución del Parque quien en ese momento se encuentra desempeñando un cargo de diplomático en Francia. 

El 12 de octubre de 1922 conjuntamente con su vicepresidente, Elpidio González, comienza su mandato que marca  estilos diferentes a los de Yrigoyen. Con Marcelo T. de Alvear, apodado el "Pelado", reaparecen en la escena política grupos conservadores pero esta vez dentro de un gobierno legitimado por el voto popular. Esto genera conflictos y en 1924 el Partido Radical se divide entre los Personalistas leales a Yrigoyen y los Antipersonalistas que apoyan al Presidente en ejercicio.

En el marco de un sistema político saneado por el sufragio universal, el deporte, la cultura son claves para definir la identidad de los argentinos. Su presidencia se desarrolla al término de la crisis de la primera guerra mundial, lo que favorece las exportaciones agropecuarias con la consiguiente mejora de la economía y las finanzas. Se incorpora a la explotación agrícola la industria ganadera pero comercializadas por frigoríficos norteamericanos que fijan arbitrariamente los precios a los productores. Se nombra como director de YPF al general Enrique Mosconi y se inauguran las destilerías en La Plata para promover el mercado interno de combustibles. Junto con la primera fábrica de aviones en Córdoba, se instala la base de submarinos en Mar del Plata modernizándose la flota. El ministro de Guerra, Agustín Pedro Justo, realiza cuantiosas inversiones en armamentos fortaleciendo al Ejército en la estructura del Estado. Algunos sectores de la sociedad comienzan a valorizar la función social y política de los militares. El Presidente apoya todas las manifestaciones de la cultura: crea el Conservatorio Nacional de Música "Carlos López Buchardo", en el Teatro Colón se crean los cuerpos estables del Coro, Orquesta y Ballet. Adquiere el Teatro Cervantes y por iniciativa de su esposa, Regina Pacini, se funda la Casa del Teatro, hogar para actores. Arriban el filósofo Ortega y Gasset, el Premio Nobel Albert Einstein, el príncipe Humberto de Saboya y el príncipe de Gales. 
Se lleva a cabo el vuelo transoceánico entre Madrid y Buenos Aires del hidroavión Plus Ultra comandado por Ramón Franco, provoca un verdadero delirio cuando acuatiza en Puerto Nuevo ante el asombro de los porteños. Con Alvear se sanciona la ley que otorga los Derechos Civiles a la Mujer, las leyes de previsión social, jubilaciones y pensiones gremiales. Es reglamentado el trabajo de las mujeres y los menores. Crea la Caja Nacional de Seguros, comienza el servicio aeropostal que une Argentina con Europa. Se inicia la construcción del subterráneo Lacroze. 
Preocupado por el mantenimiento de la armonía social es firme y tolerante en los conflictos de intereses entre el capital y el trabajo. El país vive un período de prosperidad general en el marco de las libertades, la continuidad institucional, la democracia y el respeto a las leyes.
Marcelo T. de Alvear culmina su período presidencial con la satisfacción de haber realizado una administración prolija. Se aleja de la vida pública viajando a París y retomando sus hábitos propios de un "niño bien", de un "dandy" de la elite porteña.

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