sábado, 15 de marzo de 2014

LA GUERRA GUASÚ: El capitalismo es peor que el feudalismo – Parte 5


–¿Cómo ve a la academia actual? ¿Se mete en los debates importantes o la ve más bien alejada de la realidad?

–No, está alejada, y sus interpretaciones de la historia dejan mucho que desear. El mero hecho de que la guerra del Paraguay esté ausente de los cursos en la universidad… eso ya no es ignorancia, sino ocultamiento deliberado. Por ejemplo, una antigua alumna mía, Mirta Lobato, hoy es profesora y no incluye en su programa de estudio a la Guerra del Paraguay. Ella sostiene que fue una "guerra externa". Inventar ese argumento significa que hay algo que no es exactamente lo equivalente a la honestidad que debe tener un historiador.

–Hoy en día hay un debate entre dos posturas que parecen irreconciliables: los divulgadores y los llamados historiadores profesionales. ¿Usted se para en alguna de esas veredas?

–Yo estoy parado en el Instituto Varela, de Galasso. A mí me cuesta trabajo encontrar historiadores en el Instituto Dorrego, por ejemplo, con la excepción de Hugo Chumbita. La habilidad de Pacho O'Donnell es leer diez libros sobre Rosas y publicar un libro sobre Rosas. Jamás ha ido a un archivo y desde el punto de vista metodológico es muy rudimentario. Enfrente están Luis Alberto Romero y compañía, que son discípulos de Halperín Donghi, un gran historiador, muy inteligente, que maneja la ironía. Pero ellos no son grandes historiadores. Lo único que tienen es el monopolio de la academia y del CONICET.

–¿Le gusta que la historia sea cada vez más masiva y aparezca en televisión, radio y diarios?

–Me encanta. Yo lo he visto a José Pablo Feinmann, por ejemplo, que no es historiador pero sabe de historia, y me parece muy bien la divulgación que hace. Félix Luna era un gran divulgador y tiene obras muy importantes. Después está Felipe Pigna, que tiene menor estatura intelectual que Luna, pero hace bien en popularizar la historia, sacarla de cenáculos cerrados, hacerla masiva, algo que siempre es positivo.  


Castelli, el elegido

Para León Pomer, el personaje más interesante de la historia argentina fue Juan José Castelli, uno de los hombres de Mayo. “En Tiahuanaco, él lee un documento que si se hubiera podido realizar significaba la ruptura del régimen colonial, la liberación de los indios y su igualación con los no indios. Castelli era posiblemente el hombre más culto de los hombres de la revolución”, aseguró el historiador.


Las debilidades de la integración regional

Todas las mañanas, León Pomer dedica dos horas y media de su día a leer noticias internacionales. "Eso me ayuda a entender un poco lo que pasa acá", explica. Para el historiador, el proceso de integración latinoamericana está en un momento de "debilitamiento" producto de las complicaciones que tuvieron –y tienen– los gobiernos de la Argentina, Brasil y Venezuela. A esa delicada situación se suma lo que él llama las "amenazas" de Paraguay y Uruguay.

"Tabaré Vázquez, viejo amigo de Estados Unidos y posible candidato del Frente Amplio el año que viene, declaró que está convencido de que EE UU ya abandonó su política imperialista y, de paso, salió a criticar al Mercosur. En Paraguay, antes de que Cartes asumiera, un senador dijo que debían mirar más a la Alianza del Pacífico. Ellos, además, reniegan del ingreso de Venezuela al Mercosur. Vamos a ver qué pasa con eso, pero hay una amenaza ahí, es para tener en cuenta", sostuvo Pomer.

–¿Por qué cree que el pueblo paraguayo eligió como presidente a un personaje como Cartes? ¿El progresismo cometió errores?

–Cartes es un prontuariado en Brasil por contrabandista y tiene denuncias por narcotráfico. El grave error del progresismo fue dividirse en tres grupos. Es esa manía que tiene la izquierda por fragmentarse. El otro error fue haber confiado excesivamente en su propia fuerza, hubo una falta de desconocimiento total por lo que se estaba jugando ahí. Por otro lado, el Partido Colorado armó un régimen clientelístico en un pueblo con carencias sociales tremendas. El clientelismo implica que el pobre va a seguir siendo pobre, pero de vez en cuando va a tener algún rédito. Es lo que hacen acá algunos caudillos del PRO.

Fuente: Tiempo Argentino.

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