sábado, 18 de enero de 2014

El pensamiento de Juan Bautista Alberdi - Parte 2

Junto a Esteban Echeverría y Juan María Gutiérrez fundó la Asociación de la Joven Generación Argentina, siguiendo el modelo de las asociaciones románticas y revolucionarias de Europa. Este grupo de intelectuales pasará a la historia como la "Generación del 37". La mazorca comenzó a vigilarlos de cerca y a perseguirlos. Alberdi llegó a Montevideo en noviembre de 1838 y colaboró en publicaciones como El Grito Argentino y Muera Rosas. De ese período son también sus dos obras de Teatro: La Revolución de Mayo y El Gigante Amapolas, una sátira sobre Rosas y los caudillos de la guerra civil.

En mayo de 1843 partió con Juan María Gutiérrez hacia París, la Meca de todos los románticos de la época. Llegó en septiembre y visitó al general San Martín con quien mantuvo dos prolongadas entrevistas. Quedó muy impresionado por la sencillez y la vitalidad del viejo general que lo abrumó con preguntas sobre la patria.

A fines de  1843 decidió, como Sarmiento, radicarse en Chile. Allí vivirá por 17 años. En un artículo publicado en El Comercio de Valparaíso dirá: "Los Estados Unidos no pelean por glorias ni laureles, pelean por ventajas, buscan mercados y quieren espacio en el Sur. El principio político de los Estados Unidos es expansivo y conquistador".

Al enterarse del triunfo de Urquiza sobre Rosas en la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852, escribeBases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina y se lo envía a Urquiza que le agradece su aporte en estos términos: "Su bien pensado libro es, a mi juicio, un medio de cooperación importantísimo. No ha podido ser escrito en una mejor oportunidad". La obra será una de las fuentes fundamentales de nuestra Constitución Nacional sancionada el primero de mayo de 1853.


Dirá comentando el texto: “Reconociendo que la riqueza es un medio, no un fin, la Constitución argentina propende por el espíritu de sus disposiciones económicas, no tanto a que la riqueza pública se grande, como bien distribuida, bien nivelada y repartida; porque sólo así es nacional, sólo así es digna del favor de la Constitución, que tiene por destino el bien  y prosperidad de los habitantes que forman el pueblo argentino, no de una parte con exclusión de la otra”. 1

1  Juan Bautista Alberdi, Obras Completas, Tomo IV, Buenos Aires 1887.

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