jueves, 24 de octubre de 2013

Pancho Sierra - Parte 1

 

El "Gaucho Santo de Pergamino", "El Doctor del agua Fría", "El Resero del Infinito" era un hombre modesto y delgado con barba y cabellos largos y enteramente blancos. Nació en Salto, provincia de Buenos Aires el 21 de abril en 1831, de familia de ricos hacendados. Sus padres fueron Francisco Sierra y Raimunda Ulloa y era el menor de cinco hermanos. Estudió en Buenos Aires, se dice incluso que llegó hasta cuarto año de Medicina y que debió regresar a Salto a la muerte de su madre.
Luego de una decepción sentimental sobre la que existen varias versiones: 1) ella se casó con otro; 2) ella murió en Córdoba, donde había sido enviada para apartarlo de él por sus tías porque era de familia humilde; 3) que la alejaron por oposición de los padres de ella. Pero, sea cual fuera la causa, el se retiraría al campo y no volvería a hablarse de otra pareja.
Se instaló en su estancia "El Porvenir", situada en el pueblo de Carabelas, entre Pergamino y Rojas, comenzando una etapa que según sus propias palabras consistía en "servir constantemente a cuantos me necesitaron". Vistiendo trajes anchos, bombacha, camiseta criolla, sombrero de ala ancha, poncho y manta de vicuña; con su rostro blanco, ojos azules y nariz aguileña, se convirtió en protector de desvalidos y manosanta.



Curaba con pocas armas: agua fresca del aljibe, el profundo magnetismo de su voz, su mirada penetrante y, fundamentalmente, la fe de quienes solicitaban su ayuda. Su fama se trasmite de boca en boca y la estancia se llena de carruajes y carretas. Muchos sostienen que se curaron simplemente bebiendo un vaso de agua e invocando su nombre. 

Cosme Mariño, que estuvo presente en las curaciones de Pancho Sierra sostiene en su crónica: "Hemos presenciado la romería permanente de enfermos de toda clase que acudían a caballo, en charret, coches y sulkys. Hemos visto de paso su manera de curar, generalmente con agua magnetizada o por medio de la sugestión. Pero a veces lo hacía por la imposición de las manos, por lo general ya conocía desde que el enfermo detenía su carruaje cuál era su mal". Luego agrega: "Hemos oído, además, en Rojas y Pergamino, a muchas personas que estando desahuciadas por los médicos habían sido curadas por Pancho Sierra. Algunas de éstas eran acaudalados estancieros como Ortiz Basualdo, Roberto Cano y otros más".
Ejerce su actividad de sanador sin persecución policial alguna. La fama de Don Pancho es primero local. Después va más allá del pago chico pero él no se aparta de ahí. Hasta su casa llegan los peregrinos. Vivía de manera austera en un altillo de la estancia (donde estaba su camastro de cuero de vaca, un crucifijo pequeño en la pared, su guitarra, su mate de plata y nada más).

Cercana su muerte, se casó con Leonor Fernández a fines de 1890, dejándole a cargo su estancia y las obras de caridad que él efectuaba. Falleció en 1891, y sus fieles consideran que sus milagros no han cesado.
Los lugares de culto se encuentran todos en Salto, provincia de Buenos aires. Son: 1) el Mausoleo ubicado en el cementerio donde los creyentes rezan y dejan ofrendas florales; 2) una pared exterior y lateral de ese mismo cementerio se utiliza como soporte de numerosas placas y allí se levantaron dos estatuas del "Gaucho Santo", y 3) frente al cementerio un aljibe con agua bendecida por Pancho Sierra aunque el verdadero aljibe está en "El Porvenir". Este último fue tapado tres veces y las tres veces volvió a brotar agua, quedando actualmente al descubierto.

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