viernes, 20 de julio de 2012

La CGT: una historia marcada por personalismos, fracturas y luchas de poder - parte 2

Tras el nuevo golpe de 1966, que derroca al radical Arturo Illia, la CGT sufrirá una nueva fractura: mientras algunos sectores peronistas verán con simpatía al nuevo gobierno de Juan Carlos Onganía, otros tomarán una posición marcadamente opositora.

Así surgirán la CGT de los Argentinos (CGT-A), liderada por Raimundo Ongaro, que tendrá un carácter más izquierdista, y a la CGT "oficial". La CGT-A tendrá una gran actividad sindical, particularmente en el "Cordobazo" pero será disuelta en los hechos después de 1974 y la vuelta de Perón a la Argentina.

A principios de los 70, la irrupción del movimiento guerrillero, como la organización Montoneros, también marcará fuertemente a la actividad sindical, al asesinar a dos secretarios generales de la CGT: José Alonso y José Ignacio Rucci.

El 24 de marzo de 1976 se produce en la Argentina el golpe de Estado que sería, a la postre, el más sanguinario de la historia del país. En ese contexto, el sindicalismo cegetista adoptará dos posturas bien diferentes, que provocarán una nueva división: la CGT-Brasil, de fuerte actitud opositora, y la CGT-Azopardo, que tendrá un carácter dialoguista con el régimen de facto.

La vuelta a la democracia con nuevas divisiones

El final de la dictadura en 1983 propiciará una reunificación de la central sindical, bajo el liderazgo de Saúl Ubaldini, aunque no durará mucho.
Para 1989, en el inicio del primer gobierno de Carlos Saúl Menem, la central obrera se fragmentará, una vez más, entre oficialistas y opositores. En el primer bando estaban Barrionuevo y los "Gordos" (Comercio, Uocra, Luz y Fuerza, Sanidad, UPCN). En el segundo estaba Hugo Moyano, con el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA).

Una nueva división de la CGT se produjo el 16 de marzo de 2000: la oficial y la disidente. La primera, liderada por Rodolfo Daer, y la segunda, por Moyano. Ese año se caracterizó por una seguidilla de huelgas nacionales contra el gobierno de Fernando de la Rúa, que a poco de asumir ya mostraba signos de agotamiento.

El 5 de mayo se produjo la primera huelga general, repitiéndose las medidas, el 9 de junio y los días 23 y 24 de noviembre. La cuarta huelga general ocurrió el 21 de marzo de 2001. El movimiento de piqueteros, desempleados apoyados por la CTA, comenzó a hacerse frecuente, cortando rutas e impidiendo la libre circulación.
El fin del gobierno de De la Rúa y la salida de la convertibilidad fueron el corolario de una crisis que fue cocinándose durante años. Y en ese contexto, la CGT logró nuevamente la unificación. En el 2002 asume la conducción un triunvirato integrado Hugo Moyano (Camioneros), Susana Rueda (Sanidad) y José Luis Lingieri (Obras Sanitarias). Finalmente, al año siguiente, Moyano asumiría personalmente la conducción cegetista.

La última escisión se produce en 2008, cuando Luis Barrionuevo decide salir de la CGT moyanista y crea la CGT Azul y Blanca, opositora al kirchnerismo.

Cuando el 3 de octubre el sector antimoyanista realice su congreso y elija a su secretario general, la principal central obrera de la Argentina tendrá tres representaciones, un hecho inédito en la historia del sindicalismo argentino, que demuestra que lejos de la defensa de los derechos de los trabajadores, en la CGT prevalece la disputa de poder y los objetivos políticos de sus dirigentes.

por Juan Pablo Elverdin
Infobae.com 15/7/2012
http://www.diasdehistoria.com.ar

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