Años más tarde, bajo la presidencia de Victorino de la Plaza, el presidente del Brasil viajó a la Argentina en una visita de confraternidad.
Entre los agasajos se programó el banquete oficial. Como éste no podía realizarse en la Casa Rosada , por hallarse en reparaciones, resolvió que se celebrara en la casa particular del presidente, en la calle Libertad. Al día siguiente del banquete, Victorino de la Plaza , llamó a su ama de llaves y comenzó a extender los cheques de su cuenta personal, para pagar a los proveedores. Al concluir le observó al ama de llaves:
- Señora, falta la cuenta de los vinos.
Ésta le explicó:
- Sr. Presidente, como era una comida oficial, se trajeron los vinos de la bodega de la Casa de Gobierno.
Victorino de la Plaza le contestó:
- Señora, en mi casa el gobierno no paga los vinos. Vaya al almacén y reponga a la bodega las botellas que se consumieron.
En aquel entonces, la Argentina ocupaba el 6º lugar en la escala mundial.
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