viernes, 24 de febrero de 2012

Las “bombitas” del siglo XIX

“Llegado el carnaval se pone en uso una desagradable costumbre: en vez de música y disfraces y baile, la gente se divierte arrojando baldes de agua desde los balcones y ventanas a los transeúntes, y persiguiéndose unos a otros de casa en casa. Se emplean huevos vaciados y llenos de agua que se venden en las calles. A la salida del teatro, el público es saludado por una lluvia de esos huevos.

Las fiestas duran tres días y mucha gente abandona la ciudad en ese tiempo, pues es casi imposible caminar por las calles sin recibir un baño. Las damas no encuentran misericordia, y tampoco la merecen, pues toman una activa participación en el juego.
Más de una vez, al pasar frente a un grupo de ellas he recibido un huevo de agua en el pecho.
Quienes por su ocupación deben transitar por las calles, salen resignados a tomar un baño. Los diarios y la policía han tratado de reprimir estos excesos sin obtener éxito.
Las damas abandonarían este juego si supiesen cuán poco se aviene con el carácter femenino”.

Fuente: Fondebrider, Jorge (Comp.), La Buenos Aires ajena. Testimonios de extranjeros de 1536 hasta hoy, Buenos Aires, Emecé, 2001, pp. 94-96.
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