martes, 20 de septiembre de 2011

El significado de Epecuén, el lago y la Villa - parte 1


El Lago Epecuén tiene aguas extremadamente saladas que producen cierta sensación particular en la piel de aquellos que se acaban de bañar en ellas.
Diferentes interpretaciones de varios autores sobre etimología y traducción opinan sobre el topónimo Epecuén:
Latzina: 1º) Epu: dos. Cuel: mojones, dos mojones. 2º) Epe: casi. Cuel: límite, casi en el límite.
Zeballos: Viaje al País de los Araucanos, pág. 107: “Hay además otras grandes lagunas. Epecuel, vulgo Epecuén, de Epe: casi, y Cuel: límite, nombre que ha sido oportunamente aplicado. De Epecuén, tomando una línea al Oeste, al Sudeste y al Norte, los campos empeoran notablemente: de ahí que se le considere casi un limite que señala los confines del territorio esencialmente feraz”.
Cuyanito: Casi límite. Viene de Pi: casi, y Cuel: limite. Es el terreno que señala los confines del terreno esencialmente feraz”.
Flury: Epe: casi. Cuel: limite, casi limite.
Tello: Apéndice de Toponimia Araucana de La Pampa, pág. 151: “Epe”: casi. Cuel: límite, “casi el límite”. Con este nombre los indios querían significar que allí se dividían las tierras buenas de las malas”. En Toponimia indígena bonaerense, escribe: Epe: casi, cerca, próximo. Cuen (verbo), asa: casi asa.
Odaondo, Olascoaga, “casi asado”.
Milanesio, Perón:“der. de Epe: casi, y Cuen: asar, “casi asado”.
Leguizamón: interpreta Epecuén como deformación de Apulchen: “flor de ceniza”, y explica: “En esa laguna salobre lo característico es el salitral blanco que espeja a los rayos del sol y con la luz de la luna. Aquella mancha enorme de polvo blanqueando en torno de la laguna no debió pasar inadvertida para la sagacidad del pampa y no pudiendo representarla por medio de una palabra directa, buscó por comparación una cosa semejante que la comprendiera y dijo tal vez Apulchen: flor de ceniza. No tiene esto de antojadizo, de fantásico o de extraordinario?. No es acaso la idea que viene naturalmente a la imaginación de cualquier ser, al salvaje ignaro y al hombre educado, al contemplar el blanco del salitral?”, agrega Leguizamón contestando a objeciones de un contrincante.
Fernández: “La grafía que tenemos a la vista dice ‘casi asado’ (epé kuén). Kankán es también asar. Se han intentado otras etimologías como: epeconén, ‘casi dentro’ “.

La historia de Villa Lago Epecuén

Hacia 1876 Carhué y el Lago Epecuén eran prácticamente desconocidos, pues pertenecían a los dominios indígenas. Fue el 23 de ese mismo año cuando el Tte. Coronel Nicolás Levalle estableció la Comandancia de las fuerzas de la División Sud, sobre una de las barrancas del Lago, e inicio de inmediato la fundación de un pueblo, el 21 de enero de 1887, bautizado Adolfo Alsina, por el entonces Ministro de Guerra y Marina.
Sin embargo, la primera referencia del Lago Epecuén data de alrededor de 1770, cuando el Piloto De La Real Marina Pablo Zizur realiza un viaje en busca de sal a Salinas Grandes, es quién la descubre y la bautiza Laguna San Lucas.

Quiso el destino que San Lucas sea el patrono de la medicina. El primer análisis de sus aguas se produce en 1886, diez años transcurridos de la fundación de Carhué. El análisis fue realizado por un químico italiano que se maravilló por la riqueza mineral del Lago Epecuén, constatando que la salinidad era superior a la del mar en 10 a 1. Además recomendaba su explotación mediante ferrocarril para su uso doméstico y comercial.
A principios del siglo XIX el Lago Epecuén comienza a ser muy renombrado por las propiedades curativas de sus aguas. Los primeros pobladores y visitantes arribaban en galeras o diligencias, provenientes de Azul, 25 de Mayo, y en años posteriores desde Arroyo Corto, que era punta de riel. Todos concurrían maravillados por los comentarios de personas que conocían las propiedades acampando en sus orillas.
Luego el FFCC dará un gran impulso: en 1899 llega el ferrocarril Sud; en 1903 el Oeste con parada en Carhué y en Epecuén a 2 Km. del Lago; y en 1911Midland, desde Estación de Puente Alsina hasta Carhué.
En 1909 el Ministerio de Obras Públicas de la Pcia. De Buenos Aires le da un respaldo científico-médico a sus aguas milagrosas. A partir de allí, el interés y prestigio fueron creciendo, y se comienza a vislumbrar un gran futuro para el Lago Epecuén. Varios pioneros y visionarios efectúan obras cuyo fin es dar a los bañistas confort y servicios. El ritmo de crecimiento se hizo frenético, se construían hoteles de alta categoría, balnearios imponentes y enormes residencias privadas, a la par de la instalación de empresas extractoras de sal, barro radioactivo, fábricas de jabones a partir del fango, etc.

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