miércoles, 26 de enero de 2011

El Crimen Contra José Luis Cabezas - parte 4

Lo cierto es que el imperio Yabrán, al que se le adjudican empresas postales, aéreas, depósitos fiscales, free shops, compañías de impresión de documentos y padrones electorales, transportadoras de caudales, inmobiliarias, empresas turísticas, de seguridad y de cargas, entre otras, cobró muchísimo poder haciendo negocios con el Estado, en situaciones donde muchas veces este último no salía beneficiado. Hubo quienes caratularon a este imperio como un "Estado dentro del Estado", sobre todo porque sus negocios tenían un directo interés en el estratégico manejo de las áreas sensibles.

Además se denunciaron un sinnúmero de metodologías poco ortodoxas y violentas que buscaban correr del medio a los competidores de Yabrán. Cuando su nombre comenzó a sonar con más fuerza, el periodismo buscó indagar sobre quién era este enigmático empresario y varios hombres de prensa fueron agredidos y/o amenazados durante esta misión. Hubo balazos, persecuciones y todo tipo de intimidaciones hacia quienes osaron acercarse a los muros de silencio que encerraban al enigma Yabrán.

La foto del magnate caminando plácidamente junto a su mujer por las playas de Pinamar se tomó el 16 de febrero de 1996. En este balneario el empresario tomaba sus vacaciones desde mucho tiempo atrás y además invertía en multimillonarios negocios. Esa fotografía, de amplia repercusión, tomada por José Luis Cabezas, ilustró la portada de Noticias del 3 de marzo de 1996 bajo el título de "Yabrán ataca de nuevo". Allí se detallaba la estrategia del misterioso hombre para defenderse de las acusaciones de Cavallo ante el gobierno y el empresariado norteamericano, nota en la que desnudábamos algunas de sus últimas operaciones en Pinamar.

Al año siguiente –1997 –con José Luis seguimos en Pinamar con la investigación sobre los negocios de Yabrán y descubrimos los alcances de un proyecto para realizar un puerto deportivo en el balneario. Un negocio de dudosa rentabilidad y destino.
Esa temporada teníamos como objetivo máximo poder conseguir una entrevista con el enigmático empresario. Durante esa búsqueda tuvimos varios episodios al menos sospechosos :una fuente le advirtió a José Luis que la gente de Yabrán había intentado averiguar su domicilio en Buenos Aires; recibió comentarios sobre su beba de parte de gente cercana al empresario; a él y a mi nos cortaron el neumático del vehículo cuando montábamos una guardia periodística frente a la playa donde había estacionado el magnate; y, entre otras cosas, su custodia me obligó a retirarme de las afueras de un restaurante donde festejaban el cumpleaños de su esposa. Pocos días después vendría el asesinato de José Luis.

Si bien crecían las sospechas sobre Yabrán y su entorno –siempre se denunció que en su numerosa custodia personal y la de sus compañías se alistan exrepresores y torturadores de la dictadura militar –varios miembros del oficialismo y hasta el propio presidente Carlos Menem se empecinaron en tratar de alejar las sospechas sobre el empresario, aún cuando empezaron a aparecer indicios contundentes que lo comprometían. En el momento donde se descubrieron los vínculos entre Prellezo y Yabrán desde la Presidencia de la Nación decidieron recibir al empresario en la Casa de Gobierno, a pesar de la protesta de toda una sociedad que por sentirse abofeteada se congregó frente a ella para repudiar el encuentro. Incluso el presidente Carlos Menem llegó a decir "atacan a Yabrán porque quieren atacar al gobierno ".

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