lunes, 31 de mayo de 2010

MARIANO MORENO Y EL PENSAMIENTO ENDOGENO - parte 2

En consecuencia, la división de poderes es una meta a conquistar y no un dogma intemporal. Cuando su conciencia y su capacidad analítica lo determinan, abandona la representación de los hacendados y se convierte en el mejor referente del proteccionismo que es posible imaginar. En septiembre de 1810, escribe en “La Gazeta”: “Los pueblos deben estar siempre atentos a la conservación de sus intereses y derechos y no deben fiarse sino de sí mismos.

El extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse… miremos sus consejos con la mayor reserva y no incurramos en el error de aquellos pueblos inocentes que se dejaron envolver en cadenas en medio del embelesamiento que les había producido los chiches y abalorios”. Advierte que el planteamiento de problemas confesionales puede servir en esos momentos sólo para dividir a las fuerzas revolucionarias.

Por eso, al traducir “El Contrato Social”, omite el capítulo titulado “Sobre la religión civil”. En ese marco, relativiza la libertad de prensa y cree legítimo abrir la correspondencia de los presuntos enemigos de la revolución.

En consecuencia, “es un político revolucionario, jacobino, astuto y maquiavélico”. Su pragmatismo se hace más patente aún cuando en el “Plan de Operaciones” aconseja provocar enfrentamientos entre los gobiernos de Londres y Lisboa.

Tiene plena conciencia de “la vergonzosa esclavitud a la que Inglaterra somete a Portugal”. Sin embargo, sostiene que la correlación de fuerzas obliga a la Junta de Buenos Aires a buscar apoyo de Inglaterra, fomentar la revolución en el resto de las colonias y poner en marcha un programa económico nacionalista, con crecimiento autónomo, a salvo de todo vasallaje. Considera que el único reaseguro frente a la política balcanizadota de los grandes imperios es la unidad de la América morena, cuyas perspectivas son ilimitadas.

Estas sus palabras: “El genio americano obrará prodigios en toda la América… lo que se traducirá en la construcción de un Estado respetable que, libre de riesgos y temores, podrá reglar una constitución que haga la felicidad del país y el honor de la humanidad…” Añade con prístina claridad: “Reparad en la gran importancia de la unidad estrechísima de todas las provincias de este continente; unidas impondrán respeto al poder más pujante; divididas pueden ser la presa de la ambición”.

http://www.agendadereflexion.com.ar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario