domingo, 28 de febrero de 2010

Ushuaia - Historia y leyendas - parte 1


Recién a fines del siglo XIX se inició la explotación ganadera aportada por los navegantes europeos, siendo su población aborigen constituida por onas o selkman y yaganes o yamanas.Los Selkman u onas, eran esencialmente cazadores terrestres y recolectores nómades, que habitaban gran parte de la Isla de Tierra del Fuego, desde las planicies próximas al estrecho de Magallanes, hasta el área comprendida entre el río Grande y las vecindades del canal Beagle. A su tierra le daban el nombre de Karukinka.

Cada grupo Selkmam ó Selk´nam ocupaba un distrito territorial llamado haruwen (tierra), en los cuales vivían grupos ligados por parentesco y con límites geográficos preestablecidos, que debían ser respetados por sus vecinos para mantener una buena convivencia. En cada territorio, sus habitantes tenían derecho a cazar, recolectar frutos silvestres, establecer sus lugares de campamento y realizar todas las actividades necesarias para preservar la subsistencia del grupo.

Los Selk'nam del norte de la isla, se dedicaban preferentemente a la caza del guanaco y del coruro (variedad de roedor), completando su dieta con aves, zorros, algunos frutos silvestres y productos de origen marino. Sus viviendas estaban constituidas por toldos ligeros en forma de paravientos semicirculares, construidos con varas de madera cubiertas por pieles de guanaco, o bien chozas cónicas confeccionadas con ramas de arbustos, matorrales y pasto. Los del sur de la isla, cazaban sobretodo el guanaco y complementaban la alimentación con aves, zorros y variados productos del mar. Habitaban en verdaderas cabañas de forma cónica construidas con troncos de madera, rellenando los espacios entre los troncos con varas delgadas, líquenes y musgos.La vestimenta estaba constituida por largas capas de piel de guanaco, o bien con piel de coruro, utilizando además mocasines de piel de guanaco y los cazadores completaban su atuendo con el kóschel, un tocado triangular en piel del mismo animal, al que se daba una connotación mágica porque se pensaba que favorecía la cacería del guanaco.

La caza tanto del guanaco como del zorro estaba reservada a los hombres, para lo cual utilizaban el arco y la flecha, valiéndose además de perros para acosar o perseguir a la presa. Las aves eran capturadas mediante el uso de trampas con lazos corredizos o con garrote.En la zona costera recolectaban moluscos, y eventualmente usaban rudimentarios arpones para obtener peces en restinga y efectuar la caza de algún lobo marino.

La mujer se dedicaba preferentemente a las actividades propias de la vivienda y los niños, la preparación de los cueros y la cestería, además de la recolección de productos vegetales, moluscos y arponeo de peces.La permanencia del grupo en un campamento era sólo temporal, variando por lo general desde unos pocos días hasta algunas semanas, por lo cual las mujeres debían encargarse del traslado de todos los enseres domésticos y de los niños cada vez que se cambiaba el lugar de asentamiento.

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