martes, 24 de noviembre de 2009

Yrigoyen y la neutralidad





La entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial y la revolución bolchevique en Rusia son dos hechos que tienen enorme repercusión en la Argentina durante 1917.
Una flota de guerra estadounidense visita Buenos Aires y su tripulación desfila por las calles, siendo aclamada por una multitud partidaria de los aliados.

Regresa al país el piloto Vicente Almandos Almonacid, quien se enroló como voluntario para la lucha aérea por los aliados, y es recibido y homenajeado como un auténtico héroe. Una nutrida cantidad de gente asalta el 12 de setiembre el Club Alemán, destrozando vidrios y muebles, luego se dirige a la Legación Alemana, a la Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad, y al restaurante Aue's Keller.

La campaña llega a su punto máximo cuando se publican telegramas secretos del ministro alemán en Buenos Aires recomendando hundir barcos sin dejar rastros y haciendo apreciaciones insultantes contra nuestro canciller, Honorio Pueyrredón .

Yrigoyen defiende la neutralidad pese a que el mercante Monte Protegido es hundido por un submarino alemán. Un sector importante de la opinión pública, radicales incluidos, presiona para que el gobierno rompa relaciones con Alemania.

Luego, cerca de Tolón es torpedeado el velero Oriana aunque se establece que el uso que hacía este navío de la bandera de nuestro país, era ilegal. También es hundido el carguero Toro, cerca de Gibraltar.
Los diputados socialistas votan por la entrada en la guerra, opinión que se exacerba cuando llega la noticia de estos hundimientos pero Yrigoyen continúa inflexible en la política neutralista.
Vicente Almandos Almonacid en una cena de gala a su regreso
Canciller Honorio Pueyrredón

Ante estas agresiones, el Presidente Hipólito Yrigoyen exige a Alemania que se comprometa a respetar los navíos de bandera nacional, compromiso que el gobierno del kaiser acepta y que se liará efectivo después de la guerra. Pero, mientras tanto, la presión de los aliadófilos es muy intensa y, en Buenos Aires, hay manifestaciones contra instituciones germanas.

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