miércoles, 18 de noviembre de 2009

Río Chuelo - parte 3



El cruce en canoas era ejercido permanentemente por personas que se dedicaban a eso. Las había en los pasos de Pedro Salazar, en el de los Padres Batlemitas, en el de Burgos, en el Chico y en el Paso de la Capilla de los Remedios.

Pero estos servicios solo los utilizaban los que no tenían ni caballo ni carreta, o todos cuando el río estaba crecido. Ya en 1653 el gobierno toma cartas en el asunto y reglamenta el paso con canoa, se dictamina que "se ponga una canoa para el pasaje de las personas", "poniéndola tomadas con dos cuerdas asidas de una banda y otra, para que en mejor comodidad puedan usar los que van y vienen sin riesgos de sus vidas". Este servicio se realizaba, teóricamente, personalmente, o sea que cada uno se cruzaba agarrado de la cuerda, pero en la practica la gente debía soportar a individuos que, sin autorización, cobraban por cruzarlo a uno.

La primera se coloco en el paso de Pedro Salazar, llamado así por un vecino que tenia una chacra cerca del paso. A partir de entonces se le llamó Paso de la Canoa, fue en este lugar donde se levanto el primer puente del Riachuelo. El 1º de diciembre de 1799 se inauguró el primer puente sobre el Riachuelo. Se disidió levantarlo sobre el paso de la Canoa en el Camino Real al Sud, actuales calles Montes de Oca en Capital y Ameghino, en Avellaneda.

Lo construyó el vecino Juan Gutiérrez Gálvez, al cual le fue adjudicado por licitación. El tal Gálvez no era ingeniero, pero conocía las artes de la construcción. En un principio se pensaba construirlo de piedra, cal y ladrillo, pero a causa de la escasez de materiales y mano de obra calificada, el puente se construyó de madera.
El Cabildo tuvo problemas con Gálvez porque este puso maderos de menor espesor al estipulado, pero todo siguió igual.

El puente se dio en concesión a Gutiérrez Gálvez, que lo explotaría por 5 años, se encargaría de su mantenimiento, y cobraría un peaje para el mismo. El peaje era de dos reales la carreta cargada, y un real por coche, calesa o carretón.

Se le daba tarifa preferencial a los indios, mulatos y negros, que abonaban la mitad.
Este puente tuvo muchos nombres, en un principio se llamo de Gálvez, luego de Madera, de Barracas, y en la época de Rosas se lo pintó de rojo punzó y se le llamó Puente de la Restauración de las Leyes.


Fue reconstruido varias veces, en 1806 cuando los ingleses avanzaban sobre Buenos Aires se lo incendio para que no pudiesen cruzar, igual se las ingeniaron atando varias embarcaciones de un lado a otro del Riachuelo. El 23 de diciembre siguiente, echados los invasores, se habilitaba nuevamente.

El puente deja de funcionar en 1858, tras una caudalosísima avenida del Riachuelo que socavó los pilares del puente. Casi apenas destruido el puente anterior, se construye uno nuevo en el lugar, de calzada más ancha y pilares más resistentes. Algunos años después fue reemplazado por el puente Pueyrredón.


En 1800 se construyó el primer muelle por obra de Lucas Castañeda, quedo de 35 metros de largo.
A fines de 1810, cuando Francisco Gurruchaga organizó la primera escuadrilla patriota, fue creada la maestranza o arsenal a orillas del Riachuelo, en la Vuelta de Rocha. Permaneció ahí hasta 1852.


Para 1855 había mucho trafico en el paso de Burgos, y un vecino de la zona, Enrique Ochoa, dueño de un saladero se ofreció a levantar un puente de mampostería sobre el paso, pagándolo él por completo. Fue habilitado en marzo de 1855. Estaba construido con técnicas de avanzada para la época. Se desvío el agua, se usaron bombas de achique, y muchas técnicas de ultima generación. Pero solo medio año después, una gran creciente arrasó con la estructura del puente. Ochoa, como buen empresario y, según imagino, debería ser bastante terco, levanto otro puente.

Se lo encargo al ingeniero Carlos Pellegrini. Pero resultaron vanos los nuevos esfuerzos, la siguiente avenida de agua se llevo este nuevo puente también. Como se dijo antes, Ochoa no se iba a dar por vencido, así que encaro la construcción de un tercer puente en el mismo lugar. Los construyó con vigas de urunday, quebracho colorado y lapacho.

Se inauguró en 1859 y lo nombró Puente Valentín Alsina, en honor al Dr. Alsina que recién renunciara a su cargo de gobernador de Buenos Aires; a pesar de haber invertido un montón de dinero y tiempo ni siquiera reclamo su nombre sobre el puente. En 1910, 51 años después, por su mal estado se lo remplazó por uno de hierro, que a su vez fue reemplazado por el actual, inaugurado el 26 de noviembre de 1938, pasándose a llamar Puente Teniente General Uriburu.


Por Martín A. Cagliani


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