martes, 18 de agosto de 2009

"La historia poco conocida de San Martín" - Parte 1


Entrevista a Fermín Chávez

Desde que el general Bartolomé Mitre escribió su Historia de San Martín la vida del Libertador se convirtió en un compendio de lugares comunes que fue aprendido por generaciones de escolares desde las aulas o desde las páginas de la revista Billiken. Al cumplirse 145 años de la muerte de San Martín muchos aspectos de su vida pública y privada permanecen aún en la zona gris de la leyenda o el mito. En la siguiente entrevista, el historiador Fermín Chávez habla de algunas de esas contradicciones todavía no resueltas por la historia oficial, como por ejemplo su vinculación con la masonería, su relación con el catolicismo, su violenta enemistad con Bernardino Rivadavia y las razones que lo llevaron a exiliarse en Europa.

¿Qué opinión tiene acerca de la relación entre San Martín y la masonería? La masonería en un sentido general es una cosa, pero en el sentido riguroso es otra muy distinta. Quienes participaban realmente en la masonería eran aquellos que estaban al servicio de la Gran Logia de Londres. San Martín, curiosamente, no aparece en ninguna documentación inglesa. La Sociedad de Caballeros Racionales de Cádiz, en la que participan San Martín, se crea para impulsar el regreso de todos los americanos que vivían en Europa, y especialmente en España, para que participen en el proceso emancipador que se había iniciado en América a partir de 1809. El fin de esta logia –que tenía todas las formas de rito y el secreto masónico- era muy concreto y determinado: apoyar a los movimientos emancipadores. En 1811, Carlos María de Alvear, que sí era masón, les propone a los miembros de la Sociedad de Caballeros Racionales que ingresen en la Gran Logia y por mayoría deciden rechazar ese ofrecimiento. El fin de la Logia Lautaro -en la que participaba San Martín- es muy claro: ordenar bien el Gobierno y orientarlo para continuar con la emancipación de la corona. El lema de la Logia Lautaro, escrito de puño y letra por San Martín, es: “Nunca reconocerás como gobierno legítimo de la patria sino a aquel que haya sido elegido por la viva y espontánea voluntad del pueblo”. Esta Logia Lautaro, de la que yo tengo los apuntes originales en los que se transcribe la forma por la cual prestaban juramento sus miembros, seguía todo el ritual secreto típico de la masonería. En 1813, en tiempos del Directorio, el sistema político está en crisis. Se estaba pensando en un príncipe europeo. Después Alvear empieza a pensar en el protectorado inglés. En medio de esa crisis, se crea la Asamblea del año XIII para declarar la independencia, pero la independencia no se declara.

Es decir que Alvear y algunos integrantes de la Logia Lautaro como Alvear querían emanciparse para que entrara la influencia del imperio británico en el Río de la Plata. Muchos masones estaban ligados a un proyecto británico. Pero San Martín en su actividad dentro de la Logia Lautaro no participó de esa idea, él sólo se limitó a luchar por la liberación. Existía una tradición de logias masónicas en el Virreinato. La primera que se instaló en el Río de la Plata fue la Estrella del Sur, que llegó desde Inglaterra en la época de las Invasiones. No hay que olvidarse que Buenos Aires estaba ligada a la intermediación y al comercio del puerto. Es probable que la logia de Londres haya tratado de captar a San Martín, pero no hay pruebas fehacientes. La Logia Lautaro por las formas era masónica, pero por el objetivo, no. Porque los objetivos de la masonería consistían en facilitar la influencia británica y San Martín nunca trabajó en forma directa para los ingleses, aunque es obvio que sus planes de emancipación coincidían con los intereses comerciales británicos. Al leer la correspondencia del almirante inglés Bowles y del cónsul Stapples se percibe que existía una relación de gran desconfianza hacia San Martín. La intención evidente era usarlo pero nunca terminaron de confiar en él. No lo consideraban un hombre de ellos. Ese es el motivo por el cual lord Cochrane fue nombrado almirante de la flota libertadora en la campaña contra el Perú. Cochrane debía seguir e informar los movimientos de San Martín. Y con el tiempo se convirtió en uno de sus más duros críticos. En esa época el almirantazgo británico tenía más poder que el propio gobierno inglés.

Durante su exilio, San Martín recibió una condecoración en Bruselas con símbolos masones, es evidente que sus servicios fueron muy bien apreciados. Eso es cierto, pero en ese tiempo andaban por Europa muchos amigos de San Martín que sí eran masones declarados.

¿No tenían demasiados amigos masones? Sí, bueno, en esa época eso era común.

En una investigación publicada en la revista Todo es historia Rodolfo Terragno demuestra mediante una extensa investigación que el plan continental de San Martín tiene muchas coincidencias con el ideado por el inglés sir Thomas Maitland en 1800. Conozco el texto, pero a San Martín no lo veo en eso. Puede ser que haya conocido ese plan, pero él también era un estratega formado en Europa y estaba acostumbrado a planear las batallas sobre los mapas como los militares europeos, así que su plan es absolutamente lógico para un oficial de su nivel.

Fuente: Revista La Maga, miércoles 16 de agosto de 1995, por Sergio Ranieri / Eduardo Blanco.
www.elhistoriador.com.ar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario