martes, 28 de julio de 2009

El Puerto de Santa María de los Buenos Ayres - Parte 2


El Puerto de Santa María de los Buenos Ayres mantuvo su fisonomía original hasta el 1607, año en que fueron propuestas las primeras renovaciones destinadas a otorgar un mínimo de espacio de amarre para la descarga de buques. Estas obras consistieron en un muelle de madera junto con varias torres dotadas de defensas de artillería y se emplazaron en la denominada "Guardia del Riachuelo". Posteriormente se introdujeron otras mejoras a las precarias instalaciones portuarias tales como un muelle de atraque en el "Bajo de las Catalinas"

Inicialmente todos estos territorios conformaron la Gobernación del Río de la Plata, dependiente del Virreinato de Perú, con capital en Asunción, pero en 1617, viendo la imposibilidad de manejar un territorio tan grande se la separa en dos, poniendo una parte de los territorios bajo jurisdicción de Asunción y dependiendo la otra de Buenos Aires, acrecentando su importancia administrativa de esta manera.

Las primeras descripciones escritas sobre el río corresponden a finales del siglo XVI y a mediados del XVII. El gobernador Pedro Esteban Dávila informaba al Rey de España en 1635 de las características del Puerto y el Río: “... de la dicha isla de San Gabriel se viene a dar fe de este puerto, el cual tiene por frente de la ciudad un banco o bajo de arena que se prolonga desde el riachuelo de los navíos, que es debajo de la ciudad un cuarto de legua hasta lo que llaman de Palermo, que para entrar en este puerto es menester descabezar este bajo y luego se viene prolongando la tierra firme donde esta situada la ciudad entre ella y el dicho bajo; que habrá de canal del banco a la tierra firme media legua, poco más o menos, donde hay tres pozos que sirven de surgidero , el uno enfrente del convento de nuestra señora de la Merced y más adelante hacia el Sud , otro pozo que esta enfrente del fuerte y casas reales, que es en medio de la ciudad, la parte mas eminente y donde esta mejor para ser señor de mar y tierra , y otro mas adelante casi en la boca del riachuelo donde invernan los navíos, que es un estero que tendrá de largo de su principio díez leguas y ancho muy poca cosa, capaz para muchos navíos de hasta 200 toneladas”.

Azcarate du Biscay, un viajero vasco con sobrenombre afrancesado confirma, pocos años después, la descripción del gobernador Dávila, al decir que: “...desde el Montevideo a Buenos Aires aunque hay un canal del lado norte, cuya mayor profundidad es de tres brazas, para mayor seguridad el viaje se hace cruzando frente a Montevideo hacia el canal sur porque es más ancho y tiene tres brazas y media de agua en el lugar menos profundo todo el fondo es fangoso, hasta dos leguas de Buenos Aires donde se halla un banco de arena, allí se toma práctico para ser conducido a un lugar llamado “El Pozo” justamente frente a la ciudad distante un cañonazo de la playa, adonde no pueden llegar más buques que los que tengan licencia del Rey de España; aquellos que no tengan semejante permiso están obligados a anclar una legua mas arriba.”

Como se ve por las descripciones el río frente a la ciudad, por la forma y características de sus fondos, hacía sumamente difícil el acceso por agua hasta cerca de la playa, ya que el frente de la población hacia el río estaba “protegido” por un gran banco de arena, llamado “Banco de la Ciudad”,de unas tres millas de ancho, que impedía el acceso directo, el cual debía hacerse por canales y canaletas que lo rodeaban y atravesaban hasta comunicar las “Balizas Exteriores”, detrás del “Banco de la Ciudad”, con las “balizas interiores” entre el banco y la ciudad, que eran un ancho canal abierto por el Norte pero cerrado al Sur (que es hoy la zona del viejo Apostadero Naval y del Puerto Madero), donde finalmente fondeaban las embarcaciones.

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