domingo, 17 de mayo de 2009

Causas internas y externas

Causas internas

Debilidad y desprestigio de la monarquía: la decadencia española, fue un largo proceso que preparó el camino hacia la revolución. En el siglo XVIII, Carlos III logró la revitalización del Imperio, pero la excesiva centralización y la prioridad de los intereses de la metrópoli, provocaron el descontento entre los criollos y, a comienzos del siglo XIX, el desprestigio de la monarquía.
Rivalidad entre criollos y peninsulares: en el siglo XVIII, las diferencias entre criollos y peninsulares se agudizaron como consecuencia del incremento de inmigración desde la metrópoli. Los recién llegados lograron dominar el comercio monopólico y hacer grandes fortunas, los criollos querían terminar con la intermediación de los españoles en el intercambio comercial, porque en el intercambio que España hacía con otros países se les hacía un precio y lo revendían en su país a otros.
El sistema de funcionarios: en la organización política, especialmente desde la fundación del Virreinato, el ejercicio de las instituciones residentes recaía en funcionarios designados por la corona, casi únicamente españoles peninsulares sin vinculación con los problemas e intereses americanos. Legalmente no existían diferencias entre españoles peninsulares y del virreinato, pero en la práctica los cargos más importantes recaían en los primeros. La burguesía criolla, fortalecida por la revitalización del comercio e influida por las nuevas ideas, esperaba la oportunidad para acceder a la conducción política.
La iniciativa de Buenos Aires: Buenos Aires logró un gran prestigio ante las demás ciudades del Virreinato luego de expulsar a los ingleses durante las Invasiones Inglesas. Este prestigio fue utilizado como argumento por Juan José Paso para justificar en el cabildo abierto el que Buenos Aires tomara la iniciativa de reemplazar al virrey sin consultar previamente a las otras ciudades del virreinato.

Causas externas

El contexto de la época: la independencia de EEUU (1776) de su metrópoli inglesa sirvió como un ejemplo de una revolución e independencia posible, para los criollos. Además, se estaban empezando a difundir los ideales de la Revolución Francesa (1789); y La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano tuvo una gran repercusión entre los jóvenes de la burguesía criolla. Por otra parte, Inglaterra, en plena revolución industrial, necesitaba nuevos mercados para vender su creciente producción. Gran Bretaña vio, en la desintegración del Imperio Hispánico, la oportunidad de lograr nuevos mercados para incorporar a sus sistema económico.
El trono vacante: la renuncia que había forzado Napoleón de Carlos IV y su hijo Fernando VII, reemplazados por José Bonaparte, no había sido aceptada por los españoles. Éstos comenzaron la Guerra de la Independencia Española y nombraron para su gobierno una Junta Suprema Central y Gubernativa. Las colonias y virreinatos aceptaron la autoridad de ésta, y no la del rey José.
Causa desencadenante: invasión de Andalucía y disolución de la Junta Suprema. El 13 de mayo de 1810 llegó a Buenos Aires una fragata que, además de confirmar que las tropas de Napoleón Bonaparte habían invadido nuevamente España, también traía la noticia de que la Junta Suprema estaba disuelta y que los franceses estaban sobre Cádiz. Esta noticia, inocultable ya, le daba la excusa a los porteños para desplazar al virrey: no existían autoridades con derecho en América. A partir de esto se desencadenó el proceso revolucionario.

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1 comentario:

  1. hasta el sistema de funcionarios me sirvio mucho, lo que sigue despues todo lo contrario...

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