La rivalidad por la conquista de América entre los Reyes Católicos y Juan II de Portugal les llevara a firmar el 7 de junio de 1494 en la Villa de Tordesillas (Valladolid) un nuevo tratado. En 1479 se había firmado el Tratado de Alcaçovas (Toledo), pero el descubrimiento de nuevas tierras hará necesario un nuevo "reparto del Atlántico". Por este tratado el mundo se dividió en dos hemisferios: el oriental para Portugal y el occidental para España.
Los Reyes Católicos buscan las bulas del papa Alejandro VI, que respalden sus pretensiones frente al monarca portugués. Las negociaciones las llevará a cabo en Roma el embajador Diego López de Haro con los obispos de Cartagena y Badajoz. En dos días se dan tres bulas:
La Inter Caetera (3 de mayo 1493) por la que los Reyes castellanos consiguen la donación y soberanía sobre las tierras descubiertas y por descubrir, y excluye a cualquier príncipe cristiano de los dominios.
La segunda bula, la Eximiae Devotionis (3 de mayo 1493) equipara las facultades y derechos de los monarcas castellanos y portugueses frente a la evangelización.
La segunda bula, la Eximiae Devotionis (3 de mayo 1493) equipara las facultades y derechos de los monarcas castellanos y portugueses frente a la evangelización.
Y la tercera Intercaetera (4 mayo 1493), por la que los Reyes Católicos logran el establecimiento de una línea o "raya" de demarcación trazada de polo a polo, separando los ámbitos de actuación de Castilla y Portugal.
Colón propuso a los Reyes Católicos que la línea pasase por las Islas Azores y Cabo Verde para que los mares y las tierras situadas al oeste de esta línea pertenecieran a Castilla. Alejandro VI decide desplazar la propuesta de Colón 100 leguas al oeste de Cabo Verde. Juan II de Portugal no lo aceptó y negoció con Castilla el Tratado de Tordesillas, que sitúa la línea de demarcación 370 leguas a occidente de Cabo Verde, lo que justifica la soberanía portuguesa sobre Brasil.
La intervención del pontífice se justifica en la Societas Chistianae por el hecho de que el Papa, como Dominus Orbis podía disponer de las tierras de los paganos o infieles y concederlas con plena soberanía a un príncipe cristiano, que debía llevar a cabo la evangelización de la Indias.
Se establece un período de 10 meses para trazar "la raya", para lo que se reúnen en Salamanca cosmógrafos, cartógrafos y matemáticos. Las Indias se incorporarán a la Corona de Castilla, en las Cortes de Valladolid en 1513.
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