jueves, 30 de octubre de 2014

Encuentro en el banco



Durante el sufragio de 1874 para elegir al presidente de la nación, el vencedor, Nicolás Avellaneda, cometió fraude. En algunas mesas hizo colocar amplios manteles y, debajo de ellas, a enanos de circo quienes a través de singulares agujeros hurgaron las urnas y cambiaron los votos.

Y Bartolomé Mitre, el derrotado, enterado e indignado por la vil maniobra se levantó en armas comandando una revolución.
Mitre también había hecho un fraude similar. Pero en lugar poner de enanos se había valido de pequeños chinos que confundieron las boletas.
La sociedad suele condenar solamente al vencedor. Y en este caso aquel había sido Avellaneda. Entonces, a instancias de Mitre, el coronel Ignacio Rivas reunió un ejército de cinco mil hombres, que incluyó soldados, gauchos matreros, indios y dos buhoneros.
Por otro lado, al mando del regimiento de infantería número seis –también llamado Arribeños- estaba el teniente coronel José Ignacio Arias que apoyaba a Avellaneda. Arias fue un férreo guerrero que manejaba la espada con igual habilidad tanto con la diestra como con la siniestra. Por eso sus soldados solían decir que era “doble mano” 

Las tropas de Mitre encontraron al Arribeños en una estancia cercana a 9 de Julio, llamada “La Verde”. Y suponiendo una victoria fácil –los hombres de Arias eran tan solo novecientos- y envalentonado por Rivas que dijo “los vamos a hacer cagar fácil”, Mitre ordenó un ataque frontal sin estrategia alguna.

Pero el astuto Arias, una semana antes, había enviado a sus soldados a capturar tábanos y a  encerrarlos en cajas de zapatos adaptadas para tal fin. Y cuando las tropas de Mitre avanzaron les arrojaron esas cajas y los tábanos, enardecidos y hambrientos, se la tomaron a picaduras contra los caballos. Los equinos enloquecieron: corcovearon, se desbocaron, se chocaron unos contra otros, pisotearon a los jinetes caídos y se cagaron chirle.

En cuatro horas Mitre perdió un poco más de mil hombres.

Entonces decidió abandonar la lucha y huir. Su destino fue Junín.
En la batalla resultó gravemente herido el coronel Juan Francisco Borges –moriría dos días más tarde- y en el viaje, en su agonía, se lamentó diciendo “¡Morir así! ¡Morirme ya! A mí se me hace cuento que me estea muriendo. Me hubiese gustado tener un nieto escritor”.

Cuando Mitre llegó a la ciudad fue hospedado por su amigo Juan Narbondo, un francés de los bajos Pirineos que había llegado a Junín diecisiete años antes.
Una vez instalado, Mitre se paseó por la ciudad en un lujoso coche que el francés había adquirido recientemente. Pero Narbondo le advirtió sobre lo inapropiado de hacerlo: “Acá son medio chusmas” le dijo “y, además, Arias te está viniendo a buscar”.

Entonces Mitre aceptó una propuesta de esconderse en la casa Basterreix, un comercio de ramos generales que Narbondo tenía frente a la plaza principal.

Pero cuando llegó Arias alguien le alcahueteó y lo encontró.

Narbondo relataría más tarde, en su libro “Mi relación con el general Paz (continuación)”: y Arias entró como una tromba a la casa. Yo traté de encubrir a Mitre y le dije “¿Qué desea llevar, señor?“No se haga el sota”, me contestó. Y después vociferó “¡Y vos, Mitre, salí de atrás de esa bomba sapo! Ya te vi”.

Mitre fue detenido, dado de baja del ejército y estuvo algo más de un año preso. Arias fue ascendido a coronel. 

Hoy ambos se estrechan las manos en una esquina céntrica.


Por Rody Moirón
Para La Máquina del Tiempo

martes, 28 de octubre de 2014

Historia de las tierras...


La madre de Dolores Reynoso (esposa del Gral. Pacheco) Aguada Mas de Sexar y Barreira, falleció años antes del casamiento de Dolores con Ángel Pacheco, y para esa época su padre Domingo Reynoso, ya estaba casado en segundas nupcias con María Ignacia Riglos, la familia Riglos tenía tierras en Tigre, que se conocían como " El Rincón del Riglos". El Futuro General Pacheco, tuvo un trato muy familiar con su consuegra, y posiblemente por ella conoció a fondo las tierras del Tigre. Ángel Pacheco hombre de campo, conocedor de la crianza de caballos y vacas, y a su vez experimentado agricultor, apreció estas tierras, y en 1827 compró miles de hectáreas a varios terratenientes, entre estos a miembros de la familia López Camelo, quienes a su vez las habían comprado a los descendientes de los primeros propietarios, beneficiarios por Juan de Garay al fundador de la Ciudad de Buenos Aires a mediados del siglo XVI.

En 1855, algunos herederos de López Camelo, promovieron un juicio contra el general Pacheco, argumentando que quienes los había representado como apoderado en la compraventa no tenía poder suficiente. Éste juicio duró hasta 1912, tiempo en que ésta tierra había sido heredada por José Agustín Pacheco Anchorena (nieto del Gral. Pacheco), se arriba a un acuerdo, quedando una fracción de éstas (hoy estación López Camelo), en poder de ésta antigua familia.
Al morir en 1869 el Gral. Pacheco deja un testamento, por el cual lega el "casco de El Talar" y parte de sus tierras a su hijo José Felipe Pacheco Reynoso, también heredan parte de la estancia otros de sus hijos : Román Pacheco Reynoso recibe lo que hoy es el centro de la Ciudad de Pacheco, su hija María Elvira Pacheco Reynoso casada con Torcuato de Alvear, recibe la parte que hoy conforma Don Torcuato.

Al morir José Felipe, el "casco" pasa sucesivamente por herencia a : José Agustín Pacheco Anchorena, luego a José Carlos Pacheco Alvear y finalmente a José Aquiles Pacheco Pirovano, que cuando se suicida en 1981 deja como herederos testamentarios a su segunda esposa (casada por Méjico) Patricia Berkier y a sus supuestos amigos José Eugenio Peralta Martínez y José Juan Manny Lalor, su primer esposa Marta Micheo renunció a la herencia a pesar de que legalmente era la única heredera.

Finalmente los beneficiados por el testamento, vendieron a una sociedad integrada por la familia Ganzábal, quienes tuvieron la visión de ver en éste famoso casco de la estancia " El talar" un excelente Country Club, que hoy muchas familias tienen la suerte de disfrutar.


jueves, 23 de octubre de 2014

COQUENA





Deidad diaguita-calchaquí protectora de las vicuñas, llamas y guanacos. Es un enano de rasgos indígenas, vestido con casaca, calzón, escarpines y sombrero de vicuña. Calza diminutas ojotas de duende. Anda silbando por los cerros. Masca coca continuamente y procura ocultarse de la mirada de los hombres. Vigila con celo el ganado que pace en el paisaje andino. Cuando se ven moverse a lo lejos las tropas de animales sin que pastor alguno las conduzca, es que Coquena las arrea hacia sitios de mejor pasto.

También se dice que durante la noche lleva rebaños cargados de plata y oro extraídos de distintas minas cordilleranas hacia elSumaj Orko de Potosí, para que sus riquezas no se agoten. Los bagajes van atados con víboras, a modo de cuerdas. 
Es raro encontrarse con él pero si esto ocurre, se lo toma como un presagio nefasto. Tal visión nodura más que un instante, porque de inmediato se transforma en un espíritu. Castiga con dureza pero también sabe otorgar bienes. Sus víctimas son los cazadores que matan con armas de fuego y los arrieros que cargan demasiado a sus llamas. A los buenos pastores los premia con monedas de oro.



Bibliografía

Adolfo Colombres: Seres sobrenaturales de la cultura popular argentina,  Edic. Del Sol, Bs. As.,

 1999.
http://www.folkloretradiciones.com.ar/creencias/creencias_06.htm

martes, 21 de octubre de 2014

domingo, 19 de octubre de 2014

Prohibición de la caza del avestruz

Prohibición de caza mandada por el Gobierno al Juez de Paz de la ciudad de Junin el 26 de abril de 1879. 



http://junin.gob.ar/archivohistorico/prohibicion-de-caza-del-avestruz/

sábado, 18 de octubre de 2014

Decreto-ley 4161, del 5 de marzo de 1956






Prohibición de elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista

Fuente: Boletín Oficial, 9 de marzo de 1956.
Visto el decreto 3855/55 (6) por el cual se disuelve el Partido Peronista en sus dos ramas en virtud de su desempeño y su vocación liberticida, y

Considerando: Que en su existencia política el Partido Peronista, actuando como instrumento del régimen depuesto, se valió de una intensa propaganda destinada a engañar la conciencia ciudadana para lo cual creo imágenes, símbolos, signos y expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas:

Que dichos objetos, que tuvieron por fin la difusión de una doctrina y una posición política que ofende el sentimiento democrático del pueblo Argentino, constituyen para éste una afrenta que es imprescindible borrar, porque recuerdan una época de escarnio y de dolor para la población del país y su utilización es motivo de perturbación de la paz interna de la Nación y una rémora para al consolidación de la armonía entre los Argentinos.

Que en le campo internacional, también afecta el prestigio de nuestro país porque esas doctrinas y denominaciones simbólicas, adoptadas por el régimen depuesto tuvieron el triste mérito de convertirse en sinónimo de las doctrinas y denominaciones similares utilizadas por grandes dictaduras de este siglo que el régimen depuesto consiguió parangonar.

Que tales fundamentos hacen indispensable la radical supresión de esos instrumentos o de otros análogos, y esas mismas razones imponen también la prohibición de su uso al ámbito de las marcas y denominaciones comerciales, donde también fueron registradas con fines publicitarios y donde su conservación no se justifica, atento al amplio campo que la fantasía brinda para la elección de insignias mercantiles.

Por ello, el presidente provisional de la Nación Argentina, en ejercicio del Poder Legislativo, decreta con fuerza de ley

Art. 1º

Queda prohibida en todo el territorio de la Nación:

a) La utilización, con fines de afirmación ideológica peronista, efectuada públicamente, o propaganda peronista, por cualquier persona, ya se trate de individuos aislados o grupos de individuos, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, sociedades, personas jurídicas públicas o privadas de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas artículos y obras artísticas, que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales pertenecientes o empleados por los individuos representativos u organismos del peronismo.

Se considerará especialmente violatoria de esta disposición la utilización de la fotografía retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto el de sus parientes, las expresiones "peronismo", "peronista", " justicialismo", "justicialista", "tercera posición", la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales "Marcha de los Muchachos Peronista" y "Evita Capitana" o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto o su esposa o fragmentos de los mismos.

b) La utilización, por las personas y con los fines establecidos en el inciso anterior, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina artículos y obras artísticas que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales creados o por crearse, que de alguna manera cupieran ser referidos a los individuos representativos, organismos o ideología del peronismo.

c) La reproducción por las personas y con los fines establecidos en el inciso a), mediante cualquier procedimiento, de las imágenes símbolos y demás, objetos señalados en los dos incisos anteriores.

Art. 2 º

Las disposiciones del presente decreto-ley se declaran de orden público y en consecuencia no podrá alegrarse contra ellas la existencia de derechos adquiridos. Caducan las marcas de industria, comercio y agricultura y las denominaciones comerciales o anexas, que consistan en las imágenes, símbolos y demás objetos señalados en los incisos a) y b) del art. 1º.

Los ministerios respectivos dispondrán las medidas conducentes a la cancelación de tales registros.

Art. 3 º

El que infrinja el presente decreto-ley será penado:

a) Con prisión de treinta días a seis años y multa de m$n: 500 a m$n. 1.000.000;

b) Además, con inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena para desempeñarse como funcionario público o dirigente político o gremial;

c) Además, con clausura por quince días, y en caso de reincidencia, clausura definitiva cuando se trate de empresas comerciales.

Cuando la infracción sea imputable a una persona colectiva, la condena podrá llevar como pena accesoria la disolución.

Art. 4º

Las sanciones del presente decreto-ley será refrendado por el Excmo. Señor vicepresidente provisional de la Nación y por todos los señores ministros secretarios de Estado en acuerdo general.

Art. 5º

Comuníquese, dése a la Dirección General del Registro Nacional y archívese

Aramburu - Rojas - Busso - Podestá Costa - Landaburu - Migone. - Dell´Oro Maini - Martínez - Ygartúa - Mendiondo - Bonnet - Blanco - Mercier - Alsogaray - Llamazares - Alizón García - Ossorio Arana - Hartung - Krause.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

viernes, 17 de octubre de 2014

Puente del aburrido



Bajo de Belgrano: "Puente del Aburrido" sobre el arroyo Vega a la altura de la calle Artilleros y Blanco Encalada, año 1911.
Documento fotográfico. Inventario 74015.

Archivo General de la Nación

jueves, 16 de octubre de 2014

Mapa de San Juan



Plano Topográfico de la Provincia de San Juan, realizado por orden del Gobernador Domingo F. Sarmiento, en el año 1863 por el ingeniero Enrique Schade.
Mapoteca IV-121.
Archivo General de la Nación

miércoles, 15 de octubre de 2014

Las pulperías de antaño – Parte 4

En estas pulperías solían enfrentarse los guapos y malevos de la zona, con el solo objeto de dejar sentado su coraje y habilidad en el manejo del facón y del poncho, utilizado este último para parar los recios golpes tirados por el adversario.

Así fueron pagando con la vida por defender su cimentada fama en episodios de resultados adversos, temibles peleadores como: Bustamante (el sombrero puntudo), Leguizamón (El invencible), Teófilo Lemmer (el francés malo) y otros.
Sobre el camino a Bayauca y Lincoln a unas cinco leguas de Junín, se encuentra el almacén "El Eucalipto" antigua pulpería del mismo nombre que por mucho tiempo perteneció a don Estanislao Gorosito.
Sobre el camino hacia el Cantón morote, existía la conocida pulpería de la viuda de Corro, cuya bella y donosa sobrina Isabelita había llegado a conomover y trastornar a los mozos de la vecindad como también a los soldados de Ataliva Roca que se hallaban acantonados en la estancia "San Francisco" y en el Cantón Morote. Aquí viene a repetirse el histórico caso de la pulpera de Santa Lucía relatado por el poeta Héctor Pedro Blomberg, versos éstos que tiempo más tarde fueron difundidos con tanto sentimiento por el popular cantor de la voz de seda, Ignacio Corsini.

Finalmente terminaré mencionando la pulpería más antigua de nuestro partido, ubicada en las inmediaciones de lo que fue después del año 1879, el campo "La Cruz" poblado con los aborígenes romados prisioneros en la Campaña del Desierto.

Esta pulpería fue fundada por don Manuel Zampayo antes del año 1870 a la vera del camino demarcado en 1832 para unir ente sí Fuerte Federación y Fortín Tiburcio con Fortín de La Teodolina y Fuerte Melincué, estos dos últimos en la provincia de Santa Fe.


(Fuente: Luis Sciutto Ferretto, "Junín en la historia y hombres que lo impulsaron")




Facón con S de cabo de guampa y hoja de machete.
2, 4, 7, y 8) Facón daga.
3) Facón de plata con S.
5) Facón caronero de hoja de espada.
6) Cuchillo cabo de madera dura.







Las pulperías de antaño – Parte 3

Para completar, algunas chafalonías de metal y los tan famosos facones con hoja de cuarenta a cincuenta centímetros de largo, de excelente acero, empuñadura de plata y guarnición en forma de "S" alargada. Estos facones servían para múltiples menesteres, pero sobre todo como temibles armas,  por cuanto los gauchos los manejaban con suma destreza y maestría en sus frecuentes alardes de bravura o en sus enconados duelos criollos.

Sin lugar a dudas, también las pulperías se constituyeron en el centro de atracción espiritual para la gente del lugar, que tenía oportunidad de alternar durante las reuniones domingueras y de días festivos. Allí disputaban supremacía en los tablones de la cancha los parejeros de la zona en las infaltables carreras cuadreras, que tanto emocionaban y enardecían a la paisanadas, que sólía apostar hasta el último centavo al caballo de su predilección.

El muy popular y arragaido juego de taba se practicaba hasta ya entrada la noche, bajo la luz de algunos candiles alimentados con sebo. Estas reuniones solían terminar frecuentemente en sangrientas reyertas protagonizadas por los apasionados y los malos perdedores, que actuaban generalmente bajo la influencia de fuertes dosis de alcohol.

Al igual que otros pueblos de la Provincia, también Junín  tuvo sus legendarías pulperías, diseminadas, a la vera de los caminos que atravesaban el partido.
Con rumbo a Bragado y a unas seis leguas de Junín se hallaba la pulpería que fundara don Vicente Ghigliotto allá por el año 1878. Más tarde fue ampliada con anexos de panadería y herrería, cuando comenzaron a colonizarse esos campos: posteriormente allí fue establecida una escuelita primaria.

Con el mismo rumbo y más hacia el S.E. en las cercanías del actual pueblo de Morse, se levantaba la pulpería de don Casimiro Carrica, que por muchos años cumplió con su misión de proveeduría y lugar de esparcimiento en esa alejada zona de Junín.
En dirección sur, sobre el camino a Los Toldos y a unos 12 kilómetros de Junín, se encontraba la pulpería de "Los Toscanos" de Vivarello y Lazzaretti, más adelante se arribaba a las pulperías de Zarlenga, Chodini y Pastorino.

"Los Toscanos" contaba con una sección de herrería y otra de carnicería; fue en su orígen una posta de la galera que hacía el recorrido entre Junín y Los Toldos.


lunes, 13 de octubre de 2014

Historia de la Plaza de Mayo - Parte 2


Gracias a la Recova la plaza quedaba dividida en dos, de un lado la Plaza de Armas o del Fuerte y del otro la Plaza Mayor, que desde 1808 se llamaría Plaza de la Victoria en conmemoración de la victoria sobre los ingleses en 1806. Luego de 1810, la parte que daba al Fuerte pasó a llamarse 25 de Mayo. En esta parte, hacia 1815, justo donde hoy está la estatua de Belgrano, funcionaba un improvisado mercado de alimentos.


En 1811 aparece otro gran protagonista de la plaza: la Pirámide de Mayo. Su erección fue todo un acontecimiento, ya que se trataba del primer monumento de la ciudad. Se coloca en el centro de la Plaza de la Victoria (manzana frente al Cabildo). En 1856 una comisión encarga a Prilidiano Pueyrredón, la tarea de remozar al monumento. Pueyrredón la eleva a 18 metros y medio y le coloca la estatua de la libertad. A ambos lados de la Pirámide había dos fuentes de hierro, que más tarde se movieron y actualmente están frente al Teatro Colón.


Recién en 1872 ambas plazas tuvieron un aspecto digno de un paseo. Fue gracias a una comisión de vecinos, que también se encargaban del mantenimiento. El 24 de septiembre de 1873, se inaugura el monumento al General Dr. Manuel Belgrano, hasta 1886 estuvo ubicada en el centro de la Plaza 25 de Mayo (frente al Fuerte) mirando hacia el oeste pero luego de esta fecha se la traslada frente a la Casa de Gobierno y dirigida hacia el norte.


Ya en 1883 el Intendente de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, compra la Recova y la destruye en cinco días, también a los árboles que rodeaban la plaza. Las palmeras que están hoy en la plaza ya estaban desde antes y se ordenó que se las quitase, pero como todos sabrán las palmeras siguen ahí. Así, con la demolición de la Recova las dos plazas quedan unidas en la que se llama Plaza de Mayo. En realidad la plaza continuó dividida por la calle defensa, pero en 1890 ésta se cerró. Al francés Charles Thays, arquitecto y paisajista, se le deben todas las mejoras en las plazas de Buenos Aires. Les dio jardines con bellas plantas y árboles. Thays actuó en nuestra ciudad desde 1891 hasta su muerte en 1934. A la Plaza de Mayo le efectuó un cambio total, se desmontó el terreno, se lo alisó e igualó en altura al de las calles circundantes. Transplantó algunas de las palmeras, llevándolas al Parque 3 de Febrero y trajo de este último algunos plátanos. Le diseñó caminitos en cruz y canteros. En 1895 se inauguró el alumbrado eléctrico y en 1904 se le agregaron dos estanques circulares luminosos. En 1913 se excavan sus entrañas para que por debajo de ella pase el subterráneo.


La imagen de la plaza siguió cambiando y mejorando hasta nuestros días, pero ahora sólo tenía un objetivo, ser un paseo lindo, no más mercados, ni carretas, ni ejecuciones. Sí pasó a ser el escenario predilecto de todas las manifestaciones públicas. Muchos acontecimientos y manifestaciones se dieron en su suelo, siendo de los más sonados, la concentración del 17 de octubre de 1945, o el bombardeo de la aviación naval en junio de 1955. Finalmente asumiría un nuevo símbolo a partir de abril de 1977, cuando las "Madres de Plaza de Mayo" comenzaron a ocuparla para exigir respuestas sobre sus hijos desaparecidos. Y, finalmente, con el regreso de la democracia la plaza albergó a miles de personas en 1983, que querían festejar el regreso a la libertad.


Las pulperías de antaño – Parte 2

También servían estas rastrilladas de guía para los reseros, como también para los caminantes que peregrinaban sin rumbo fijo, en procura de algún trabajo que habitualmente escaseaba.

Las pulperías de la zona rural fueron las casas de comercio que abastecían los artículos de primera necesidad a los pobladores de la región, arriesgadamente internados en la pampa desierta y hostil. Suministraban la yerba mate traída del Paraguay; la ginebra importada de Inglaterra; el vino Carlón proveniente de España o de Francia; la harina de trigo importada desde Europa o Chile, aunque solamente hasta el año 1870; galletitas enlatadas y galletas tipo marinera, de la próspera y afamada industria del pueblo de Mercedes.



Surtían además las modestas prendas de vestir, tales como paños importandos para la confección del popular chiripá; telas para camisas y ropa interior; percales para los vestidos femeninos, que se confeccionaban de falda larga y ponchos pampas o de otros tipos tejidos en regiones norteñas, de tanto uso por ser la única prenda de abrigo entonces conocida.

También satisfacían la gran demanda de las prendas que integraban los recados: carona, caronillas y matras tejidas a mano; bastos, encimeras, cojinillos y sobrepuestos; estriberas, lazos y boleadoras; frenos de hierro, riendas, cabezadas, bozales y castros, etc.



Todo un completo surtido de piezas de cuero crudo, sobadas a mano, y adornadas con esmerados tejidos de finos tientos de cuerpo de potro, constituían la mejor expresión del arte casero en esos tiempos.

domingo, 12 de octubre de 2014

Las pulperías de antaño – Parte 1


Las pulperías de campaña cumplieron en tiempo, quizás sin saberlo sus dueños, una misión útil y progresista, al jalonar heroicamente la ruta de avanzada sobre la inmensidad de la pampa desierta.

La mayoría de ellas se fueron ubicando a la vera de los principales caminos, o mejor dicho, de las antiguas rastrilladas marcadas por el transitar del indio. Este, en su continuo andar, procuraba la caza de la fauna regional, o trataba de llegarse hasta las tolderías más próximas, en busca de albergue o de cooperación.

A partir del año 1880, cuando se comenzó a alambrar los campos en esta zona rural, esas rastrilladas o huellas fueron totalmente rectificadas. Así pasaron a convertirse en caminos transitados por diligencias, algunos otros carruajes  y por lentas tropas de carretas. Estas últimas abastecían las pulperías y volvían cargadas con los primitivos frutos de la zona rural: lanas, cerdas, plumas y cueros.

Ya antes de la fecha señalada, las referidas carretas acostumbraban cargar a su regreso todos los productos de la variada fauna silvestre acopiados por los dueños de las pulperías. Estos productos, que los indios obtenían en abundancia, eran luego negociados en trueque en esas primitivas casas de comercio.


viernes, 10 de octubre de 2014

Fernet Branca






Año de fundación: 1845

Fundador: Bernardino Branca

1845 En Milán, Bernardino Branca funda la sociedad Fratelli Branca. Nace el primer establecimiento en Corso di Porta Nuova.

1861 Primer reconocimiento oficial a la calidad del Fernet con Medalla de oro y Gran diploma de honor en la Exposición de Firenze.

1862 Stefano Branca toma la dirección de la empresa. Fundación de Fratelli Branca e C. Primer reconocimiento internacional en Londres: Gran diploma, Medalla de oro.

1891 Al morir Stefano Branca, la empresa pasa a ser dirigida por su esposa Maria Scala hasta la mayoría de edad del joven Bernardino.

1893 Nace el “Mundo” Branca, obra de Leopoldo Metlicovitz.

1907 Dino Branca asume el control de la sociedad.

1925 La empresa Hofer & C. de Buenos Aires, concesionaria exclusiva para la venta del Fernet, es autorizada a fabricar el licor con el extracto enviado desde Italia.

1935 Nace Fratelli Branca en Buenos Aires. Inauguración del establecimiento Hofer & C. 

1941 Inaugura en Argentina su planta en la calle Uspallata -Parque Patricios– en un predio de 11.000m2.

1945 Fin del conflicto bélico mundial. Las empresas de Italia, Francia y Alemania están gravemente dañados, mientras que en Argentina y los Estados Unidos los establecimientos trabajan a todo ritmo. 

1955 Dos años antes de morir, Dino Branca renuncia a la presidencia, que pasa a su hijo Pierluigi.

1965 En Milán se lanza al mercado un nuevo producto: Brancamenta.

1981 Nace el Centro Servizi Maria Branca para el control global de la calidad desde Milán.

1986 Fratelli Branca Destilerías construye su bodega subterránea en Tortuguitas, Pcia. de Buenos Aires.

1999 Fallece Pierluigi Branca. Su hermano Pino Branca es nombrado presidente de la sociedad. 

2000 Fratelli Branca Destilerías S.A. construye e inaugura una nueva planta y oficinas administrativas en un predio de 30.500m2 en Tortuguitas. 

2001 Fratelli Branca Destilerías alcanza su venta record en Argentina.

2004 La familia Branca continúa con el control de la empresa en el mundo. Fratelli Branca en Argentina sigue incrementando sus volúmenes de ventas y realizando importantes inversiones.





domingo, 5 de octubre de 2014

Dardo Rocha y La Plata – Parte 6


Del otro lado de esta plaza, se levanta el Palacio municipal, de estilo renacentista alemán, diseñado por los arquitectos de esa nacionalidad que ganaron el concursos internacional, responsables también del diseño del Palacio de la legislatura.
Por su parte, la Casa de Gobierno responde a un estilo propio del renacimiento flamenco, y el Palacio de Justicia es de estilo clásico francés.
Pero, cabe aclarar, la ciudad de La Plata no nació solamente con estos importantes Palacios para albergar el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
El proyecto de Pedro Benoit incluyó el hospital Melchor Romero, la basílica de San Ponciano, el teatro Argentino, el observatorio astronómico –todos edificios diseñados por el mismo Benoit-, y el Museo de Ciencias Naturales, considerado hasta hoy el más importante de América del Sur.



Tanto el observatorio astronómico como el museo de ciencias naturales se encuentran dentro del gran marco verde que les ofrece el bosque de La Plata que, además de sus hermosas arboledas, presenta un lago, un anfiteatro y el jardín zoológico de la ciudad.
Para construir tanto en tan poco tiempo, llegaron miles de albañiles, en su amplia mayoría italianos. También fueron necesarios herreros, vitralistas y toda la gama de trabajadores dedicados a oficios y a artes, que levantaron y embellecieron iglesias, edificios públicos, calles y parques.
Muchos de estos trabajadores se afincaron en la ciudad que ellos mismos habían levantado y a la que también llegaron a vivir los empleados públicos de la administración provincial.
Poco después de su fundación, a todos estos imponentes edificios, se agregó el de la Universidad Nacional de La Plata.
El nombre de la ciudad, La Plata, fue elegido porque significa lo mismo que Argentina y porque está ubicada a escasos kilómetros del río del mismo nombre. Allí se instaló un importante puerto comercial, de donde parte y llegan buques de gran calado, sobre todo petroleros.
El proyecto original de esta ciudad es uno de los ejemplos más relevantes, a nivel mundial, del urbanismo del siglo XIX, y a fines del mismo siglo,  La Plata fue distinguida en la Feria Internacional de París con el premio a la Modernidad, entregado a Dardo Rocha por el mismísimo Julio Verne.
La Plata, hoy, es una importante ciudad, que si bien creció por fuera del plano realizado por Pedro Benoit, conserva sus palacios, sus edificios fundacionales, el trazado original de sus avenidas, diagonales, plazas, parques y las diferentes especies de árboles que se plantaron en cada calle.
En esta ciudad nacieron y llevaron adelante su obra numerosos escritores, científicos, artistas plásticos y músicos.

Por Julieta Galván – Texto preparado para ser leído en RAE, Radiodifusión Argentina al Exterior –


Dardo Rocha y La Plata – Parte 5



En el diario El Día, de La Plata, del 11 de julio de 1885, se lee la siguiente nota sobre la masonería: “De todas las sociedades que marchan a la vanguardia del progreso, es sin duda alguna la Masonería una de las primeras” (………..) “La nueva Capital de la Provincia, cuyos rápidos progresos son la admiración de todo el mundo, necesitaba un centro donde los muchos hijos de esta gran familia, aquí establecidos, se agruparan…”

Sus palabras siempre fueron elocuentes y justas, y podemos apreciarlas en parte del discurso que pronuncia Rocha al hacerse cargo del gobierno provincial, el uno de mayo de 1881. Expresa allí claramente su conciencia de misión y las cuales aun hoy tienen absoluta vigencia: “Entre los hechos de los hombres no hay ninguno más grande ni más hermoso que fundar una nacionalidad poderosa, fuerte y libre; pero estos hechos sólo se ejecutan, consolidan o desenvuelven con hondas raíces en el corazón de los ciudadanos, que los impulsen a todos los esfuerzos y a todos los sacrificios”.
Dardo Rocha murió como había vivido, con la serenidad de un justo.

De su personalidad civil se desprendían sus virtudes: generoso, afable, cultísimo, tal es así que recomendó a la gran escultora tucumana Lola Mora para que se perfeccionara en Italia.
Todo lo configuró, como debe ser un buen Mason, en el marco de una vida austera y fecunda.

Omar Daniel Adaro Rodríguez / Escrito el 11-10-2009

DARDO ROCHA, la concreción de un gran sueño.

La ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, fue fundada el 19 de noviembre de 1882, y ha sido considerada para integrar la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Cabe señalar que hasta el año 1880, la ciudad de Buenos Aires era el asiento de las autoridades nacionales y las de la provincia de Buenos Aires.
Luego de años de conflictos en torno de ese tema, en 1880 se declaró a Buenos Aires como la capital de la nación, y se dispuso fundar otra ciudad que fuera capital de la provincia. El gobernador de ésta, Dardo Rocha, fue quien impulsó la idea y la llevó adelante.
El lugar elegido, a cincuenta kilómetros de Buenos Aires y en cercanías del Río de la Plata, era un lugar en el que no había nada, salvo pastos, montes, bañados y la única población cercana era el pequeño pueblo de Tolosa, fundado unos años antes.
Por lo tanto, el desafío de crear una ciudad en poco tiempo y donde nada había era enorme.
A la decisión política de Dardo Rocha y a su capacidad para organizar todo el proyecto, se sumó un brillante ingeniero y urbanista argentino, Pedro Benoit, quien fue el encargado de planificar el trazado de la futura ciudad y el diseño de algunos de sus principales edificios, mientras que, para otros, se convocó a concursos internacionales.
El plano creado por Pedro Benoit se diferenció de las tradiciones españolas que marcaban a otras capitales de provincias argentinas.
Su idea fue la de crear una ciudad moderna y por ello proyectó un plano damero atravesado por calles, avenidas y diagonales, tantas, que a La Plata se la conoce como “la ciudad de las diagonales”.
En el proyecto, se crearon también los espacios destinados a plazas y parques, así como tuvo en cuenta la necesidad de brindar facilidades para la provisión de agua, la limpieza de la ciudad, la recolección de residuos. Entre tantos adelantos, La Plata fue la primer ciudad de la Argentina en contar con iluminación eléctrica.
El 19 de noviembre de 1882, Dardo Rocha colocó la piedra fundamental en el centro geográfico de la futura ciudad y, en 1884, los poderes públicos de la provincia ya pudieron instalarse en la flamante capital.
La ciudad fue concebida como una demostración del espíritu positivista que imperaba a fines del siglo XIX, sobre todo en lo que hacía a la idea de organización, progreso y modernidad.
También debía ser un símbolo de las buenas posibilidades económicas que tenía la Argentina de esos años, cuando aumentaban las exportaciones de cereales y carnes.
Por eso, los edificios destinados a asiento de los poderes públicos debían ser palacios.

Frente a la gran plaza Moreno, centro geográfico de la ciudad, se encuentra la Catedral, imponente con sus torres de ciento doce metros de altura y su estilo neogótico, diseñada también por Pedro Benoit.

sábado, 4 de octubre de 2014

Dardo Rocha y La Plata – Parte 4



DARDO ROCHA, Biografía.

Juan José Dardo Rocha y Arana, nombre con el que figura inscripto en la Parroquia de San Nicolás de Bari, fue iniciado masón en la Logia “Constancia”, número 7, en 1858, cuando tenía 20 años y estudiaba derecho.
Lo acerca a la masonería su padre, Juan José Rocha, notable opositor de Rosas. Lucha bajo las órdenes de Lavalle y Garibaldi, quien a su vez lo inicia Masón en la antigua Logia Constancia en 1855.
La influencia y el ejemplo de su padre se empieza a vislumbrar en su hijo Dardo, a temprana edad. Es así que contando con sólo 17 años es miembro fundador de la Sociedad Unión. En 1856 ocupa su primer puesto administrativo al ser designado Oficial primero de la Biblioteca Pública de Buenos Aires.
El 26 de agosto de 1856 funda, junto con Luis María Campos, el periódico manuscrito Eco Universitario.
Ya en 1858, año en que es iniciado, colabora en los periódicos 11 de Septiembre y La Espadade Lavalle. En dicho año, también se hace miembro del Ateneo del Plata.
En 1859 interrumpe sus estudios universitarios con motivo de la guerra que estalla entre el Estado de Buenos Aires y la Confederación, siendo designado Secretario del Jefe de la Escuadra, coronel don Antonio Susini noble H:., de la Logia Lealtad Nª 6 y héroe de Curupaytí, revistando con el grado de Subteniente 2ª de la Compañía de Cazadores del 2ª Batallón del Regimiento Nª 1 de Guardias Nacionales de Infantería activa.
Dardo Rocha recibe su bautismo de fuego durante el ataque a las baterías del Rosario, a bordo del vapor Guardia Nacional.
De porte inconfundible, con su habitual expresión paternal en la mirada y delicadeza en sus modales, Dardo Rocha enseñó a hombres, jóvenes y viejos, una lección de vida real, viviendo él la suya con la alegría interior del optimismo que acompañó la realización de sus proyectos, la materialización de sus sueños, siempre un ejemplo para sus HH. Así realizó su acción como literato, periodista, militar, jurisconsulto, gobernante, diplomático y, sobre todo, padre de familia.
Dardo Rocha era un trabajador activísimo que vivía la preocupación constante del bien público.
Participaba en las comisiones internas, el recinto, abordaba diversos asuntos, además de dilucidar complejas cuestiones doctrinarias.
Como buen demócrata, la veracidad en el sufragio tuvo en él un franco iniciador para purificar los comicios y el voto libremente emitido, como única forma de garantizar el origen popular del gobierno y asegurar el orden social.
Los problemas económico-financieros no estuvieron ajenos a su labor, apareciendo por primera vez en el país la legislación de tierras.
Otros aspectos que desarrolló fue la protección para la radicación de industrias nacionales, favoreciéndolas con la disminución de derechos aduaneros.
Proyectó la primera ley de patentes de invención, defendió el plan por el cual Buenos Aires tiene obras de salubridad, combatió los empréstitos extranjeros por considerarlos negativos para los intereses nacionales.
Equipó al Ejército Nacional de buen material de artillería para asegurar una paz con Chile por desinteligencias limítrofes.
Siguiendo con el tema de nuestras relaciones internacionales, creció su gravitación política por un triunfo parlamentario, el que a través de un concienzudo discurso rechazando un convenio donde se cedían derechos inalienables de la Nación, mereció el apoyo de la opinión pública y el aplauso de la prensa.

No menos importante fue su tarea como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, ya que a él se debe la existencia de su capital, la ciudad de La Plata. (Nombre elegido por el H:., José Hernández y diseñada por el H:., Pedro Benoit), ayuda al H:., Rafael Hernández a la fundación de la Universidad Provincial de La Plata, la que luego es nacionalizada por el H:., Joaquín V. González)

Dardo Rocha y La Plata – Parte 3


Los edificios estaban a medio terminar y los muebles fueron ubicados como se pudo, probablemente, el apuro se debía a presiones del gobierno nacional, cuyo titular no compartía las aspiraciones presidenciales de Dardo Rocha.

Sea como fuere, los informes del Departamento de Ingenieros, los periódicos, los relatos de los viajeros y la cámara fotográfica de Thomas Bradley fueron registrando semana tras semana, mes tras mes, año tras año, los espectaculares progresos de La Plata.

El trazado de La Plata fue encomendado al Departamento de Ingenieros, al frente del cual estaba el Ingeniero Pedro Benoit.
La nueva capital bonaerense fue un auténtico prodigio edilicio, urbanístico y demográfico. En 1882 tenía 7 mil habitantes; para el centenario, su población ascendía a 100 mil almas.
El impulso con que había surgido la ciudad se debió a varios factores, entre ellos, la premura con que se abrieron los concursos internacionales para proyectar los edificios públicos. El 6 de mayo de 1881 se llamó a concurso internacional para el proyecto de los cuatro edificios principales: Casa de Gobierno, Legislatura, Municipalidad y Catedral.

El carácter monumental que se infundiría a la ciudad era notable, así como la preocupación por los espacios verdes, las calles anchas, las plazas numerosas y el trazado original, susceptible de ensancharse o prolongarse. También se subrayaron las exigencias higiénicas del proyecto. Sin duda, esto evidenciaba desde el diseño la preocupación por brindar facilidades para la limpieza diaria, la extracción de residuos y la provisión de agua.

Mientras se iba convirtiendo en realidad, La Plata cobraba dimensión y vida propia, a pesar de haber nacido sin infancia previa.

La Plata comenzó a tener conciencia cultural y a elaborar su leyenda. Hacia fines del siglo XIX la ciudad ya era una sólida realidad urbanística, política y económica.

Tenía una sociedad propia, que se jactaba de sus calles iluminadas con electricidad y de su Teatro Argentino.
La Plata, ciudad del este de la Argentina, capital de la provincia de Buenos Aires –sobre la margen occidental del río de la Plata- está situada a poca distancia de la ciudad de Buenos Aires, con la que está unida por autopista y ferrocarril.

Es una ciudad moderna y bien planificada. Está diseñada en un cuadrado de cinco kilómetros de lado, con amplias y rectas avenidas y diagonales, por lo cual es conocida como “ciudad de las diagonales”. También posee numerosos parques y plazas.
Es el centro administrativo de la provincia, sede universitaria. Y se encuentra próxima a las instalaciones del complejo portuario-industrial y de la zona franca de Ensenada, desde donde parten buques de gran calado, en especial petroleros.
Entre sus industrias cuenta la refinería del petróleo, la siderurgia, los astilleros, empresas de envasado de carne, molinos, textiles y fábricas de maquinaria.

La Plata es sede la Universidad Nacional de La Plata (1905), de la Universidad Católica de La Plata (1968), y de la Universidad Argentina de Abogacía (1965). Es una ciudad eminentemente universitaria, la cual varía su paisaje en época estival.
Cuenta además con un museo de historia natural que comprende un prestigioso departamento de paleontología.
La Plata fue un modelo ejemplar del urbanismo mundial, distinguida en la Feria Internacional de París con el premio a la Modernidad, entregado a Dardo Rocha por Julio Verne.
La UNESCO la ha incluido entre las postulantes a ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Esta distinción le permite recibir importantes inversiones y constituirse en una referencia turística internacional muy visitada.

Biografías masónicas – Por Omar Daniel Adaro Rodríguez – Fuente, Logia Constancia Nª 7

viernes, 3 de octubre de 2014

Dardo Rocha y La Plata – Parte 2



Finalmente, luego de rechazar varios lugares, se eligió el partido de Ensenada, cercana a la boca del Río de la Plata y conectado con Buenos Aires a través del ferrocarril. Reunía las condiciones ideales.
Eso sí, era preciso fundar una ciudad desde sus cimientos, porque el sitio no era otra cosa que montes, lomas y bañados, recorridos por liebres, perdices y vizcachas, que servían de pastoreo a las haciendas de las estancias cercanas.
Los únicos habitantes de esas extensiones eran los puesteros de Martín Iraola y los pobladores de Tolosa, una pequeña localidad de siete mil habitantes, fundada en 1871.
Entre marzo y abril de 1882, la Legislatura de Buenos Aires consideró el tema de la nueva capital, que recibió entonces su nombre definitivo: La Plata.
El entonces senador José Hernández, autor de la obra literaria gauchesca argentina Martín Fierro, fue quien propuso el nombre de La Plata, y fundamentó su posición en consideraciones históricas: teniendo en cuenta que la región se había llamado Virreinato del Río de la Plata y Provincias Unidas del Río de la Plata.
Hay que señalar que la iniciativa mereció críticas y despertó polémicas en los periódicos porteños. Y el mismísimo Domingo Faustino Sarmiento habló y vaticinó sombríos pronósticos.
Entretanto, sin hacer mucho caso a estos y otros desdenes, las autoridades provinciales habían fijado fecha para la fundación.
Fue el 19 de noviembre, fiesta de San Ponciano, Patrono de la ciudad. La piedra fundamental debía colocarse en una urna que sería enterrada en el centro de lo que habría de ser, con el tiempo, la plaza principal. La actual Plaza Moreno.
Febrilmente comenzaron los preparativos de la ceremonia, que se había proyectado para que tuviera gran majestuosidad.
La Comisión de Invitaciones para asistir a la colocación de la piedra fundamental, previene  en la víspera casi del histórico acontecimiento “que le es sensible no haber podido invitar especialmente al bello sexo argentino, en razón de no hallarse todavía en la localidad, ningún edificio digno de poder alojarlo con las distinciones merecidas”.


También se advierte que los pasajes del ferrocarril no se venderán: “Se distribuirán gratis por el Directorio del Ferrocarril del Oeste, cada boleto esperará el tren en que se debe ir y la hora de salida”. El viaje desde Buenos Aires duraba en tren por lo menos tres horas.


El presidente de la Nación, Julio Roca, se hizo representar por el ministro Victorino de la Plaza.
La estructura levantada en la plaza, que los fotógrafos recogieron para la historia, estaba constituida por palcos, arcos triunfales y leyendas como “Paz y Libertad”, “Orden y Progreso”, “Vías de Comunicación y Vida Municipal”, “Educación común y sufragio libre”, “No basta odiar la tiranía, es necesario amar la libertad”.
Como se advierte, todo un programa ideológico, coherente con la iniciativa que empezaba a concretarse en medio del calor de esa jornada.

Y así empezó la “ciudad milagro”. A fines de 1884 los poderes públicos de la provincia se instalaron en La Plata.

Dardo Rocha y La Plata – Parte 1


Fundador de la ciudad de La Plata y de su Universidad, jurista, figura nacional pública y política. Nació en Buenos Aires, interrumpió sus estudios de abogacía en 1859 para tomar parte en la guerra entre la Confederación y la provincia de Buenos Aires.
Se graduó en 1863 cuando se restableció la unidad nacional; pasó su vida en el servicio público; ocupó varios cargos administrativos; fue miembro, en distintos períodos, de la legislatura provincial y de la Cámara Nacional de Diputados y del Senado.
Su nombre está ligado a la legislación concerniente a la navegación del río Bermejo; laprotección de industrias nacionales, y la primera ley para regular las patentes e invenciones; también fue magistrado de la Suprema Corte.

Dardo Rocha y la fundación de La Plata

Dardo Rocha nació en Buenos Aires el 1 de septiembre de 1838. Fueron sus padres Juan José Rosendo Rocha y doña Juana Arana. Realizó estudios primarios y secundarios, pasando luego a la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó de abogado.


En 1859 participó en la lucha sostenida entre Buenos Aires y la Confederación, como Teniente de Marina y Secretario del Jefe de la Escuadra; y en 1861, al estallar nuevamente la guerra, intervino en la Batalla de Pavón, con el grado de Teniente primero.
Durante la guerra del Paraguay, asistió al combate de Pehuajó, en el que resultó muerto el comandante Carlos Keen, y Rocha pasó a ocupar su cargo. Nuestro personaje del mes se distinguió por su valor y entusiasmo; herido de consideración en Curupaytí, debió regresar a Buenos Aires.
El doctor Dardo Rocha fue investido como gobernador de la Provincia el uno de mayo de 1881, y dijo en su discurso: “Debemos esperar que en un breve tiempo levantemos una ciudad populosa y floreciente que, para las necesidades administrativas y políticas, reemplace en cuanto sea posible a la antigua capital”. Se formaron dos comisiones que tuvieron a su cargo la elección del lugar apropiado para levantar la nueva capital.