Vísperas de La Tablada
En s marcha para enfrentarse con el general Paz, Facundo acampa en las
inmediaciones de Río Cuarto, población que el enemigo no parece dispuesto a
defender. Su ejército, en estos momentos, está compuesto por unos cinco mil
hombres, entre riojanos, catamarqueños, puntanos, mendocinos y cordobeses, pues
los sanjuaninos, sublevados en el camino contra sus propios conductores, han
regresado al punto de partida. Para castigar a los autores de esta sedición
Quiroga manda al coronel Félix Aldao, quien una vez en San Juan procede
violentamente contra los cabecillas del motín, la mayoría de los cuales es
pasada por las armas.
Además de los Aldao, que mandan los efectivos de Mendoza y San Luis, van junto
a Quiroga el general Bustos, ex gobernador de Córdoba, y el coronel Figueroa
Cáceres, gobernador de Catamarca.
Desde Río Cuarto el ejército federal avanza hasta el Salto del río Tercero,
donde se detiene en medio de un fuerte temporal de lluvia y viento.
Enterado de la ubicación de su enemigo, el general Paz avanza violentamente, de
día y de noche, a pesar de que las lluvias convierten los caminos en verdaderos
lodazales y que sus tropas van rendidas de cansancio. Lo guía el propósito de
resolver el problema cuanto antes, en un solo combate, especialmente porque la
ciudad de Córdoba, que queda a sus espaldas, no tiene suficientes medios de
defensa. Llega por fin, tras grandes sacrificios, a la margen del río Tercero,
cuando ya es de noche. Se preparan para atacar al enemigo, que está en la
orilla opuesta, al amanecer el día siguiente.
El "manco" Gral. Paz.
Cuando amanece, Paz se dispone a iniciar el combate. Monta a
caballo para hacer personalmente el último reconocimiento, y descubre que el
ejército de Facundo no está a la vista.
En el primer momento, el general Paz se desconcierta. Después se desespera,
porque comprende que ha caído en una trampa preparada por Facundo. Quiere
movilizarse en el acto, pero los jefes a sus órdenes le advierten que la tropa
no ha comido, que los caballos no toleran una nueva y dilatada marcha.
¿Qué ocurre para que el jefe unitario se alarme en esta forma? Y,
especialmente, ¿qué ha hecho Facundo durante la noche?
Facundo hace, precisamente, lo que el general sospecha. Prevenido de la
proximidad de éste, y de que la ciudad de Córdoba carece de una guarnición
capaz de defenderla, levanta campamento, retroce tres leguas buscando un vado
en el río, Tercero, lo encuentra, lo pasa y se lanza violentamente hacia la
capital de la provincia.
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