Ubicado en la esquina de Ricardo Balbín y Núñez, fue un
verdadero templo para trabajadores y vecinos. El “Polaco” Goyeneche era uno de
sus clientes más fieles. En 2011 este periódico anunció que le quedaba poco
tiempo de vida ya que sus dueños no quisieron declararlo Bar Notable y tenían
intenciones de desprenderse del negocio.
El histórico bar La Sirena, que abrió sus puertas en el
siglo diecinueve como una pulpería, no era una simple construcción vieja
ubicada en la esquina de Ricardo Balbín y Núñez. Se trataba, por sobre todas
las cosas, de una leyenda arquitectónica, testigo de una época que ya pasó e
ícono del imaginario popular del barrio de Saavedra. Tras permanecer cerrado
algunos años, finalmente se construyó en esa propiedad un supermercado Día, que
abrió sus puertas a fines de diciembre pasado. Se trata de una empresa que
desembarcó con fuerza en la Comuna 12, ya que instaló varios locales
simultáneamente en el último tiempo.
Originalmente en esa ochava funcionó, desde 1876, una tienda
de venta de bebidas también llamada La Sirena, cuando la zona todavía
pertenecía al Partido de Belgrano. En 2011 este periódico anunció el inevitable
final con una entrevista al por entonces propietario, Marcelino Mayol,
quien contó: “En 1930 mi
padre había renunciado a su trabajo y estaba en la búsqueda de una nueva
actividad. Junto con mi abuelo descubrimos que se encontraba este mismo local
cerrado y en alquiler. Inmediatamente informamos esta situación a mi padre,
quien se acercó, lo alquiló y el 12 de febrero de 1930 abrió sus puertas”.
A lo largo del siglo veinte el café se convirtió en la
escala obligada entre el trabajo y el hogar, en un verdadero templo para los
vecinos de Saavedra. La mayoría de los clientes eran fieles integrantes de las
tertulias que finalizaban al amanecer. El propio Mayol contó que en la década
del 50, a
raíz de la consolidación de las fábricas lindantes Fate y Nestlé, el bar
permanecía abierto desde las cuatro de la madrugada hasta la medianoche.Roberto
Goyeneche fue un habitué de La Sirena. En una nota publicada en septiembre
de 2015, su viuda, Luisa, contó a este periódico que el cantante solía ir
al café a tomar “la última” después de algún show en el mítico Caño 14.
Cinzano, Campari y Hesperidina eran los tragos que el Polaco solía ingerir en
soledad o acompañado por amigos del barrio.
Un final anunciado
El dueño de la propiedad nunca quiso declarar a La Sirena
como un Bar Notable, lo que hubiese impedido su cierre. En la mencionada
entrevista de 2011, Mayol le informó a El Barrio que el café se
encontraba en venta. “Tomamos esta decisión porque los dueños ya somos personas
mayores y nuestros hijos no están interesados en continuar con el negocio”,
indicó. El final del mítico templo era inminente.
En 2012, cuando cerró sus puertas, se organizó una movida
vecinal para impedir la transformación del lugar y con la pretensión que el
Gobierno de la Ciudad lo expropiara. “La Sirena constituyó una página de Buenos
Aires, con su pasado y su presente”, dijo en aquella ocasión Juan “Tata”
Cedrón, músico nacido en Saavedra, quien brindó un show junto a otros artistas
para rescatar el bar.
Lamentablemente, el final no se pudo evitar. La propiedad
fue vendida a una compañía privada y a fines del año pasado se terminó el
último capítulo de una de los cafés con más historia de Saavedra y de la Ciudad
de Buenos Aires, cuando la cadena de supermercados Día abrió un nuevo local en
la esquina de Ricardo Balbín y Núñez. Un lugar más que sólo quedará en la
memoria.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario